por Agustin Gulman
06 Mayo de 2019 13:11
Una imagen difícil de imaginar: Cristina Fernández de Kirchner caminando por la explanada de la Casa Rosada o ingresando raudamente a la Residencia de Olivos para reunirse con el presidente Mauricio Macri y discutir los puntos básicos del consenso que pretende debatir el Gobierno con la oposición.
La reunión llegaría después de la “pesada herencia”, de los “70 años de fiesta”, de las múltiples acusaciones por corrupción desde el oficialismo; y luego de la seguidilla constante de críticas desde el kirchnerismo, de que la propia ex presidenta calificara al gobierno de Cambiemos como el “caos” y de que en su libro contara por qué no quiso entregar los atributos de mando en diciembre de 2015. El encuentro, admiten de uno y otro lado de la grieta parece, al menos en estos términos, muy remoto de imaginar. Se dijo más de una vez: ha pasado mucha agua debajo del puente.
La posibilidad real de una convocatoria a la principal líder opositora comenzó a especularse durante el último fin de semana. El diario Perfil lo publicó este domingo, y este lunes por la mañana lo confirmó el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, en declaraciones a radio La Red. “Probablemente sea convocada esta semana”, lanzó el funcionario.
El objetivo es conversar los diez puntos del acuerdo que el Gobierno lanzó la semana pasada luego de conversaciones con el gobernador de Salta, Juan Manuel Urtubey, y el jefe del bloque peronista en el Senado, Miguel Pichetto. El “protocandidato” Roberto Lavagna - así se calificó él mismo semanas atrás - y el líder del Frente Renovador, Sergio Massa, dejaron en off side los 10 puntos al señalar que no habían existido conversaciones con ellos y tildar el anuncio de “marketinero”.
Massa incluso dijo que debía ser convocada Cristina y tiró un palo: “Los acuerdos no se construyen por WhatsApp”. Por su parte, Lavagna presentó sus propios diez ítems, entre los que se destacan la educación, el respeto por los derechos humanos y la creación de empleo.
¿SALTAR LA GRIETA?
Desde el kirchnerismo afirman que si la convocatoria es para firmar los diez puntos del consenso, no existirá ningún tipo de reunión, y cuestionan que recién ahora se busque tender un puente: “¿Después de perseguirnos y descalificarnos llaman al diálogo?”, se preguntaba un dirigente peronista muy cercano a la ex presidenta.En el gobierno le bajan el tono y afirman a BigBang que no necesariamente se discutirá ese borrador. “Hay mucho pragmatismo, no son diez puntos para casarse”, esbozan. “Son puntos - explican - que generan certidumbre adentro y afuera”. Dicen que se pueden agregar y consensuar, pero que para eso es necesario que "haya voluntad". Sin embargo, hay algunos puntos que no serán negociables, como el equilibrio fiscal, el cumplimiento del pago de la deuda y la reducción de la carga impositiva.
Por el momento, no se sabe el "formato" que tendrá la convocatoria, y no descartaban que primero pudiera existir un diálogo entre el presidente de la Cámara de diputados, Emilio Monzó, y el presidente del bloque del Frente para la Victoria-PJ, Agustín Rossi para tejer algún tipo de acuerdo. "Puede ser un llamado directo de Macri", señalaban.
Como sea, cerca de Cristina ya deslizan duras críticas. Un diputado cercano a la ex presidenta califica como “cachivache” el acuerdo y cuestiona el modo: “Los acuerdos no se hacen así. Primero se negocia y luego se comunica. No se llama a una reunión por la prensa”. Incluso, no descartaban que se trate de una estrategia del Gobierno: “Tal vez no buscan un acuerdo, sino marcar que Cristina no va y es una muestra de intolerancia. Esto parece más una hoja de ruta del FMI”, evalúan.
Pero además, la convocatoria a la ex presidenta sale a la luz en una semana clave, ya que el jueves presentará su libro, “Sinceramente”, en la feria del libro. Hay quienes ven esa presentación un posible lanzamiento, o al menos un discurso en clave electoral.
