La demostración de fuerza que los sindicatos, encabezados por las tres CGT y las CTA de los Trabajadores y Autónoma, pusieron en escena el viernes pasado demostró una constante en la escena política argentina: el empuje del poder de los gremios.
Poder que se traduce, de manera visible, en la longevidad de varios de sus dirigentes, encaramados al poder durante décadas. Respetados por su alcance y recelados por sus cambiantes fidelidades políticas, los dirigentes sindicales con gestiones más largas hacen sentir su peso, de diferentes maneras, en la escena política argentina.
Baldassini, en una antigua foto con Carlos Menem.
Ramón Baldassini
Con 77 años y Bodas de Oro cumplidas al mando de la Federación Obreros y Empleados de Correos y Telecomunicaciones, el entrerriano Baldassini lleva 53 años al mando del gremio.
Antes de asumir, en 1963, ya había sido Secretario General del Sindicato de Trabajadores de Correos y Telecomunicaciones de la Provincia de Santa Fe durante cinco años y, como sindicalista a nivel nacional, lo rodea una historia oscura: durante la última dictadura no dudó en mostrarse en público junto a Jorge Rafael Videla durante la asunción de Mario Benjamín Menéndez como gobernador de las islas Malvinas.
Omar Viviani lleva 32 años al frente del Sindicato de Peones de Taxis.
Omar Viviani
Tiene 32 años al frente del Sindicato de Peones de Taxis, luego de ganar cinco elecciones consecutivas. La más reciente, celebrada en el 2014, le aseguró el puesto hasta el 2018.
Intentó un salto a la política el año pasado, cuando se convirtió en candidato a diputado nacional por el Frente para la Victoria pero eso no mermó su influencia dentro del gobierno de Mauricio Macri, ya que mantiene una cercana relación (llamados telefónicos semanales mediante) con el ministro de Transporte, Guillermo Dietrich. Su más reciente desafío fue la llegada a Argentina de la app de transporte de pasajeros Uber.
Amadeo Genta, dirigente del SUTECBA, terminó procesado por el caso "escuela shopping".
Amadeo Genta
Ya cumplió 32 años como titular de SUTECBA, el sindicato que nuclea a los trabajadores municipales de la ciudad. De tradición peronista, el dirigente fue uno de los que apoyó la candidatura de Néstor Kirchner como secretario general del Partido Justicialista, aunque (también como Viviani) tiene buena relación con Macri.
Durante los años '90 se probó como concejal y terminó procesado por el escándalo de la “escuela shopping”: una maniobra corrupta del ex intendente porteño Carlos Grosso, que cedió fraudulentamente la planta baja de la escuela Presidente Mitre para la instalación de locales comerciales.
El histórico gremalista petrolero Guillermo Pereryra es también senador.
Guillermo Pereyra
El secretario general del Petróleo y Gas Privado de Neuquén, Río Negro y La Pampa tiene 31 años al frente del gremio, el cual encabeza desde que finalizó la intervención ordenada por la última dictadura militar. Pereyra es, además, secretario adjunto de la CGT que conduce Hugo Moyano y senador nacional por el Movimiento Popular Neuquino.
Sin embargo, a pesar de su filiación moyanista, en declaraciones recientes a Radio La Red Pereyra se mostró en desacuerdo con la realización de un paro nacional si se veta la ley antidespidos. Y, a pesar de que admite que "la situación social es delicada" afirmó que le cree al gobierno nacional la promesa de "que en el segundo semestre va a mejorar”.
Barrionuevo es una de las figuras históricas más polémicas del sindicalismo argentino.
Luis Barrionuevo
Uno de los sindicalistas más polémicos del país, Barrionuevo conduce la Unión de Trabajadores del Turismo, Hoteleros y Gastronómicos de la ciudad desde 1985.
Su prontuario de desmanes y roces con la justicia es notable, también su siempre cambiante relación con los distintos gobiernos democráticos argentinos, cuya muestra más reciente tuvo que ver con su negativa a participar en la marcha con la que, el viernes pasado, las centrales obreras reclamaron por la difícil situación del mercado laboral.
Ex titular de la CGT, Daer estuvo muy cerca del menemismo.
Rodolfo Daer
Su pasado lo vincula al Partido Comunista y la Juventud Sindical Peronista, desde donde pasó a las 62 Organizaciones bajo el ala de Lorenzo Miguel. Así, llegó a la titularidad del Sindicato de Trabajadores de la Industria Alimenticia, que encabezó durante los últimos 30 años.
Fue titular de la CGT, se acercó al menemismo durante los '90 y actualmente se muestra tibiamente crítico del gobierno de Macri. "Con el gobierno anterior prácticamente no existía diálogo con el movimiento obrero, pero había una política que mantenía el poder de compra de los salarios y las medidas que tomó el nuevo gobierno trajeron como consecuencia un empobrecimiento masivo de los sectores más populares", señaló hace unos días en Radio El Mundo.
Carlos West Ocampo tiene una relación fluida con el gobierno macrista.
Carlos West Ocampo
Secretario general de la Federación de Asociaciones de Trabajadores de Sanidad de Argentina (FATSA) desde 1985, la carrera política de West Ocampo lo tuvo como fundador de la llamada "Mesa Político - Sindical Menem Presidente - Duhalde Gobernador" a principios de los '90, durante la cual también apoyó la instauración de las AFJP.
Siempre afín al "palo" duhaldista, se mostró también como simpatizante de las propuestas de Néstor Kirchner y Cristina Fernández. Estuvo ausente en la marcha masiva del viernes pasado y desde el ministerio de Trabajo insisten en remarcar que con West Ocampo hay "un diálogo fluido".
Uno de los gremialistas más cercanos a Cristina, Cavalieri posee un amplio y discutido patrimonio.
Armando Cavalieri
Con un mandato asegurado hasta el 2019, Cavalieri lleva ya 29 años al frente del Sindicato de Empleados de Comercio, en el que ya no tiene oposición a causa de un acuerdo con otras corrientes internas redondeado en el 2014.
Fue uno de los gremialistas más cercanos a Cristina Fernández, y es dueño de un amplio imperio inmobiliario y comercial que incluye una estancia de 5.000 hectáreas, un club de campo de 92 hectáreas, una productora cerealera y un tambo. También es propietario de una empresa de emprendimientos sociales y deportivos, inmobiliarias y casas de repuestos automotrices.
A través de 29 años, Lingeri se ganó la confianza de tres gobiernos diferentes.
José Luis Lingeri
El secretario general del Sindicato del Gran Buenos Aires de Trabajadores de Obras Sanitarias está al frente del gremio desde 1986. Apoyó al gobierno de Menem colaborando en la venta de Obras Sanitarias a la empresa francesa Suez y luego también mostró su apoyo al kirchnerismo defendiendo su proceso de estatización kircherista.
Con la llegada al poder de Macri, Lingeri maneja indirectamente la millonaria caja de las obras sociales nacionales: la Superintendencia de Servicios de Salud le fue otorgada por el presidente a Luis Scervino, director médico de la obra social de Obras Sanitarias.