Jueves 14. El reloj marca que son las 17.12 y la temperatura llega a los 14 grados. La avenida 9 de julio, en el centro de la Ciudad de Buenos Aires, es un hervidero por la multitudinaria marcha que comenzó por la mañana. Los canales de noticias cubren cada novedad. Uno de los móviles es el de TN, con Sandra Borghi a la cabeza. La conductora devenida en cronista callejera ve a una nena que duerme sobre unos cartones, tapada con su campera. El batifondo de los redoblantes y los bombos no interrumpen su sueño. A su lado, de pie, la madre vigila a la pequeña.
El micrófono de Borghi apunta a la joven mamá. La entrevista dura 7 minutos. La manifestante habla de su vida, de lo que gana, de las razones que la llevan a cortar la calle; sus compañeros interrumpen la nota, ella sigue, cuenta cómo vive, su día a día, cómo cría a sus hijos y se queja porque la plata no alcanza. El móvil en vivo y en directo dura 7 minutos. Pocas horas después, un recorte de la nota a la piquetera se viralizará. Sólo 16 segundos le alcanzarán a muchos para defenestrarla por una frase en las redes sociales.
“¿Qué quieren que trabajemos de 8 de la mañana a 5 de la tarde por la misma plata que nos pagan? El plan social. Nos quieren mandar a trabajar a la calle y eso no es justo. No es justo porque toda la vida vivimos trabajando de esto”, fueron las palabras de la joven. Los insultos y las cargadas de anónimos (y no tanto, dado que muchos periodistas difundieron desde sus cuentas oficiales el recorte) se multiplicaron en las redes. Algunos medios de comunicación se encargaron de estigmatizarla a través de ese recorte con notas en la que la criticaban con una ferocidad que no usan contra los poderosos. Hicieron daño. Y a propósito.
Resulta ser que el nombre de la joven protagonista del viral de la semana es Soledad Biotti. Ella tiene 28 años, está casada y tiene tres hijos que se llaman Melanie, de 9 años, Alexander de 8 y Ruth, de 4. Esta última era la chiquita que dormía placenteramente en medio de la marcha. Soledad y su familia viven en Parque San Martín, en el partido de Merlo. Desde hace unos años, la joven forma parte del Movimiento Argentina Rebelde (MAR).
“Me expresé mal, dije que no era justo porque 20 mil pesos los gasto en insumos básicos”, le dice Soledad a BigBang, durante una entrevista. También contó que ella participa en todos los piquetes de su organización social sin que nadie la obligue. E hizo un repaso de su durísima vida: cuando era niña, perdió a su mamá. Estuvo pupila en una escuela hasta que la dejó. No pudo termina el secundario. Quedó embarazada y empezó a trabajar. Intentó retomar el colegio, pero se le hacía imposible. “No somos vagos como muchos dicen. Yo quiero un trabajo, pero nadie me lo da”, sintetiza Soledad.
-¿Cómo estás viviendo este momento después de ser viral por la entrevista con TN?-La verdad que un poquito mal. Hay gente que está en contra, hay gente que está a favor; gente que no, gente que me dice de todo menos bonita. Pero es la realidad que nos tocó.
-¿Eso te pasa en la calle?-No, porque los vecinos del barrio sabe quiénes somos. En cambio la gente que no nos conoce y que nos sigue en redes, dice cualquier cosa.
-¿Qué te pasó cuando te hicieron la entrevista el día de la marcha?-Me quería morir cuando vino a preguntar porque me vio con la nena durmiendo en el piso.
-¿Por qué?-Porque, en realidad, nunca pensé que esa nota iba a salir en la tele. Pensé que no le iban a dar bolilla a esa entrevista. Hay tantos piqueteros que van, que les hacen notas y qué sé yo... y yo era una más de todas las que están ahí.
Nota al lector: No fue una más. En el recorte viralizado, Soledad dijo lo que aquellos que informan y desinforman desde los medios de comunicación estaban esperando. Una frase para estigmatizar. Estigmatizar a los piqueteros. Estigmatizar a las marchas. Y estigmatizar la pobreza. En 16 segundos del comienzo de esa cobertura de TN encontraron oro. Ideal para vender una fake news como tantas otras. Porque la manifestante se encontró de golpe con un micrófono y una cámara por primera vez en su vida y dijo lo primero que le salió. Se confundió. Y aprovecharon eso para castigarla a ella y a todo el movimiento piquetero.-¿Hace muchos que militás en MAR y que vas a marchas o piquetes?-Sí, hace bastante. Unos cinco años más o menos. De hecho, una persona preguntó en redes sociales si hace cinco años que cobro eso, por qué no terminé el secundario. Porque yo trabajaba, no era que solamente iba a las marchas.
-Claro.-No es que solamente vivo de eso.
Tras las asambleas y en la previa de las marchas, Alberto se reunió con organizaciones sociales
-¿De qué trabajaste durante los últimos años?-Siempre cuidé personas grandes. También vendía cosas en la calle como medias o pastelitos, lo que fuera.-¿Cuánto cobrás del Estado?-Cobró 20.000 pesos y lo uso todo para cubrir los gastos de la casa y la comida. Yo quiero salir a trabajar, pero nadie me ofrece un trabajo.
-Además trabajás en tu casa cuidando a tus hijos. -Claro. Y a mí qué seguridad me dan si yo contrato a una niñera... o acordate del caso de esa chica que fue a trabajar, le pagó a la niñera y encontró a su hija muerta. A mí no me da seguridad dejar a mis hijos con otra persona con todas las cosas que pasan hoy en día.
-Además es muy caro pagar a un niñera.-Sí, es muy caro y trabajaría solo para pagar para que cuiden a mis hijos. Cambiaría la plata y nada más.
-¿Vos creciste en Merlo?-Sí, viví un tiempo en Merlo. Después en San Miguel porque estuve internada en un colegio. Y después siempre en Merlo.
-¿Cómo conociste a tu marido?-Cuando salí del internado, me fui a vivir a la casa de una mujer que me dio una habitación para dormir. Obvio que en ese momento empecé a trabajar para ayudar a esa señora y tuve que dejar el colegio. Si a mí me prestan un lugar, no puedo estar esperando que todo me caiga de arriba. Entonces empecé a trabajar. Y ahí conocí a mi esposo José Frutos. Al tiempo tuve a mi nena, se me agrandó la familia y empecé a trabajar en la casa. Después volví a trabajar vendiendo en la calle y quise volver a hacer el secundario, pero tenía a mis chicos chiquitos y se me hizo imposible.
-¿José, tu marido, tiene changas o de qué suele trabajar?-Siempre hacemos changas. Anoche, a las 10 de la noche, limpiamos la casa de enfrente. Él hace de todo. Incluso juntos. Con mi marido le hemos colocado las membranas en el techo a la señora de enfrente de mi casa, si lo tengo que ayudar a pintar, lo ayudo. Limpia restaurantes. No es que nos quedamos en nuestras casas esperando que nos caiga todo.
¿Ganó Cristina Kirchner? Juan Zabaleta confirmó que no habrá más “altas” de planes sociales
-En los últimos años Argentina vivió duras crisis económicas. ¿Para vos cuál fue el momento económicamente más duro en la calle?-Para mí este año siento que fue el más crudo de todos. Siento que se ve más la pobreza este año. Acá por mi casa, pasan cuatro carros por día. Pasan a la mañana, a la tarde, a la noche y a la madrugada. A mí me da mucha tristeza. Con mi marido, en un momento, juntamos cartón... Gracias a Dios ya no estamos más con los cartones, porque no salen otras changas. En el barrio siempre trabajamos de algo, desde limpiar terrenos, cortar el pasto o limpiar las zanjas. Pero como te digo, este año es el más duro de los que vi. No sé por qué, pero lo siento así.-¿Cómo te arreglás con la comida con los chicos con los precios de la carne tan caros o la leche que sube sin parar?-Por ejemplo, compro dos kilos de carne, hago cuatro bollos, los meto en el congelador, y voy sacando para hacer los guisos. Para hacer eso, voy a la verdulería, compro 200 pesos de verdura para hacer una sopa, los caldos a veces tengo, a veces compro el pollo, le pongo verdura, le mando sal y tratamos de buscarle la vuelta a todo.
-En la nota durante la marcha, también hablaste sobre la comida.-Lo que quise decir es que hoy la gente no tira nada. Me acuerdo cuando era chica e iba a las verdulerías a pedir, y en aquel momento, solían tirar papas o verduras de todo tipo. Hoy, en la verdulería de enfrente, ven una papa fea, la cortan a la mitad y te venden eso. Y así es con todo. Ya no le dan nada a los que necesitan porque la gente no tira nada. En ese país, yo digo que si la gente se muere de hambre es porque no le busca la vuelta. ¿Sabés qué hago cuando no hay plata? Compro acelga, le mandás un poco de harina, un poco de huevo y un poco de condimento, ajo, perejil, y con eso te hacés una comida. Pero ojo, no todo el mundo tiene. Eso lo entiendo. Es verdad que hay pobreza.
-¿Qué te dijeron tus conocidos, tus amigos, tus compañeros y tus vecinos después de lo que pasó con tu video?-Me dijeron que me acompañaban. Ayer que vinieron varios canales, vino una amiga para estar conmigo. Hay gente que nos quiere y hay gente que no nos quiere. Yo sé que a los piqueteros no nos quiere nadie. Pero, a veces, no tenemos otro camino. Si no quieren que estemos cortando las calles, que nos den un trabajo. Hay gente que me escribió que el trabajo me lo tengo que conseguir yo, pero, ¿cómo lo voy a conseguir si nadie me emplea?
-Vos querés trabajo.-Sí, si alguien me dice, yo te doy un laburo, listo, yo voy. Obviamente tiene que ser un laburo por un sueldo digno. A mí hace poco una conocida que trabaja en una zapatería y está en blanco, me dijo que me iba a ayudar para entrar. Entonces me preguntó si tenía el secundario completo y no, no lo tengo completo. Después me preguntó cuantos hijos tengo, cuando le dije que tenía dos en aquel momento, me dijo: “Ah no. No te van a agarrar porque te tiene que pagar salario”. Y así es con todo. En ese momento, yo cuidada a una abuela y estuve hasta su último día de vida en la clínica Noguera de Padua.
-¿Qué le dirías a la vicepresidenta Cristina Fernández que hace un tiempo dijo que hay que eliminar a los “intermediarios” de los planes sociales?-Yo puedo hablar por nosotros. En mi movimiento mi referente no me saca un mango. Es más, nos ayuda a que nuestra gente pueda cobrar, lleva nuestros documentos y nuestros datos a Desarrollo. La verdad es que estoy muy conforme con el Movimiento. Hay gente que capaz no está de acuerdo con nosotros porque estamos así, cortando la calle, pero no nos queda otra.
-¿Qué actividades hacen en la organización social?-Hacemos Roperitos, huertas, ollas populares... De paso le voy a pedir a Desarrollo Social si nos puede bajar más mercadería para las ollas populares porque la verdad que no nos alcanza las cosas que nos dan. Si nos pueden bajar más puré de tomate, más fideos y más arroz...
"Mínimo te quedás sin cel": el tuit clasista de un legislador macrista sobre la marcha del 1F
-¿A ustedes no les mandan?-Es que reparten. Es cierto que reparte, pero para las Regionales. Y la Regional de nosotros no da abasto por la cantidad de personas que van a las ollas.-¿Cómo fueron los últimos años en las ollas?-Fueron años duros. En la pandemia estuvimos dándole de comer a mucha gente. Si a mí me dan las herramientas para trabajar, nosotros vamos a hacer todo. No hablé con mi referente si ya le mandaron algo, pero sería bueno que nos bajen mercadería para que nosotros podamos hacer las ollas. Me acuerdo la cantidad de gente que venía. Con chiquitos, gente grande, gente muy humilde, con carros desde lejos a buscar la comida para llevarla en tuppers. Hoy en día, para poder una comida, uno tiene que tener 2.000 pesos para poder comer un poquito de carne y verdura, como se tiene que comer, y muchos no tienen.
-Es que los precios subieron sin parar.-Sí, el otro día para hacer milanesas, me pidieron por un kilo 550 pesos. En otro lado están más caros. En un kilo de milanesas entran cinco o seis. Nosotros somos cinco y eso me alcanza para una comida sola. Y eso sin contar el arroz, el queso para ponerle algo arriba o un poco de verdura, ya sube todo. Jamón o muzzarella ni se puede porque están carísimos. Es imposible. El otro día estaba mirando que el dólar está casi 300 pesos. Yo creo que ahí está el problema. La devaluación de la plata y los precios que están por las nubes. Ese es el gran problema que hay. Por eso la plata no nos alcanza. A eso sumale la desocupación que hay. Yo hablo por mí, porque no soy una persona que tenga un empleo en blanco y porque lo veo en la calle.
-Con todo esto que me contás, ¿qué le dirías al presidente Alberto Fernández?-Le diría que nos alcance más mercadería para poder ayudar a la gente. Que si no quiere que tengamos los planes sociales, que nos dé un trabajo en blanco. En resumen, lo que quiero es remarcar esto: si nos dan un trabajo, que nos den un trabajo que nos alcance para cubrir la canasta básica. No pido un trabajo de 100.000 pesos. Pero por lo menos, que el trabajo nos permita comprar frutas, verduras, carne, leche y yogurt para nuestros hijos. Y no lo pido sólo por mis hijos, lo pido por todo el país. Hay gente que la pasa peor que nosotros. Gente que depende de un comedor. Si el presidente mirara en Merlo, lo que era la Iglesia de la Merced cuando daban los platos de comida hace un tiempo la cantidad de gente que iba a buscar comida y frutas. Había personas grandes, mamás con chicos, personas con enfermedades que no pueden trabajar. Esa gente tendría que estar mejor. Hay gente muy necesitada y hay que ayudarla. A los jubilados hay que darles una mano. No tienen que pasar hambre.