18 Septiembre de 2017 15:11
La semana pasado lo adelantó Román Lejtman en Infobae y desde entonces buena parte de los medios repiten lo mismo: Alberto Nisman supuestamente fue asesinado en el baño de su departamento, de acuerdo con un peritaje que realizan expertos de la Gendarmería Nacional.
Ese trabajo, que será incorporado en la causa se estima a fin de mes, fue ordenado por el fiscal Eduardo Taiano, quien está a cargo del expediente luego de que se lo hubiera delegado el juez federal Julián Ercolini.
Básicamente, los trascendidos de ese peritaje, que según adelanto Clarín en mayo iba a decir que Nisman fue asesinado, sostiene que en el departamento de Nisman hubo dos homicidas que golpearon al fiscal, le suministraron ketamina y que luego lo obligaron a dispararse dentro del baño.
La fiscal Viviana Fein tuvo a su cargo la causa al comienzo.
Lo llamativo es que en el mismo expediente hay otro peritaje realizado por los peritos de la Corte Suprema de Justicia, cuando la causa estaba a cargo de la jueza Fabiana Palmaghini y la fiscal Viviana Fein, y que dice todo lo contrario: no hay indicios de terceras personas en la escena del crimen.
¿Un peritaje vale más que otro? "El peritaje de Gendarmería no tiene más valor que el anterior. Los peritajes son opiniones fundadas de los expertos y luego los que deciden son los jueces", explicó un abogado, que prefirió no identificarse.
Es necesario aclarar que la pericia de Gendarmería es realizada justamente por una fuerza de seguridad que depende del Gobierno, es decir del Poder Ejecutivo. Además, se encuentra en medio de una crisis luego de haber sido denunciada por la desaparición de Santiago Maldonado, en Chubut.
Cómo quedó el cuerpo de Nisman en el baño.
El otro estudio
El otro peritaje fue realizado a mediados de mayo de 2015 por 12 médicos que integran el Cuerpo Médico Forense y que depende de la Corte Suprema, es decir, del Poder Judicial. No dependían del Ejecutivo -como la Gendarmería- cuando entregaron su trabajo a la fiscal Fein.
Los expertos de la Gendarmería sostienen que Nisman fue golpeado por los supuestos asesinos, quienes le habrían fracturado la nariz. Un detalle por demás llamativo es que los médicos de la Corte que realizaron la autopsia no encontraron ninguna fractura: imposible que les hubiera pasado por alto.
Ahora, los peritos de la Gendarmería, sin haber realizado una nueva autopsia, concluyen en que hubo una fractura en la nariz a partir del análisis de las fotografías y los videos que constan en la causa.
Otro dato que hace ruido es la supuesta existencia de ketamina, un anestésico usado por veterinarios, en el cuerpo del fiscal. Lo notable que para encontrarla en las vísceras tendría que haber sido metabolizado. La explicación de los gendarmes es que se le suministró ketamina para doblegar su voluntad.
La pistola Bersa de Lagomarsino apareció en el baño de Nisman.
Sin embargo, la autopsia realizada por los médicos de la Corte no encontraron nada cuando realizaron el análisis toxicológico de rigor. La ketamina también es una droga que se usa con fines reacreativos.
Un dato en el que no existe discusión es sobre el arma que provocó la muerte de Nisman y que fue encontrada dentro del baño. El técnico Diego Lagomarsino explicó en la causa que la pistola era suya y que se la había llevado al fiscal porque le había pedido tener un arma a mano por seguridad.
La pericia de Gendarmería no explica porque los supuestos homicidas usan la pistola Bersa de Lagomarsino, para obligarlo a matarse. Tampoco explica cómo entran y salen los homicidas del edificio de Le Parc sin dejar rastros.
Dos pericias. Dos resultados muy distintos. ¿Qué dirá el juez?