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"Suicidios", traiciones y poder voraz: el sello House of Cards en la política argentina

La serie de Netflix regresa con su quinta temporada. Los personajes y sus llamativos parecidos con la arena “rosquera” local.

por Manuela Fernandez Mendy

31 Mayo de 2017 10:04
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Los políticos locales, fans de la serie: las similitudes con la arena política argentina

¿Querían ficción? House of cards, la exitosa serie de Netflix, volvió a la pantalla del sistema de contenido prepago con su quinta temporada. La pareja protagonista, Frank y Claire Underwood, hacen su finalmente su regreso con una boleta infalible: se presentarán juntos en las elecciones presidenciales. La fórmula será Underwood-Underwood y Frank, quien escaló hacia la presidencia gracias a la “rosca política”, se medirá por primera vez en las urnas.

El poderoso matrimonio de ficción comenzó la serie con él (Kevin Spacey) siendo sólo un congresista demócrata de Carolina del Sur. Ella (Robin Wright), una aristocrática y calculadora esposa abocada a su ONG ambientalista. Pero el final de la cuarta temporada los encontró en la cima de su ambición: la reelección presidencial en la que Claire jugará un rol “oficial”.

El personaje de Doug Stamper, parecido físicamente a Larreta.

Pocos se animan a confesarlo, pero son muchos los políticos locales fanáticos de la serie. Uno de ellos es el propio jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, cuyo parecido con el personaje de Doug Stamper (mano derecha de Underwood) en la serie es, cuanto menos, llamativo.

Tal vez por la oscuridad con la que el guión presenta la real rosca política estadounidense, tal vez por la cantidad de asesinatos y traiciones que se acumulan capítulo a capítulo.

La huelga docente que enfrentó Underwood, ¿similar a la de Vidal?

Lo cierto es que con o sin fans "oficiales", la serie es un éxito y presenta llamativas coincidencias con hechos históricos de la Argentina. De la muerte del fiscal Alberto Nisman a la batalla que la gobernadora María Eugenia Vidal mantiene con los gremios docentes de la Provincia.

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Underwood-Underwood: un poderoso matrimonio con sello “K”

Néstor y Cristina Kirchner supieron llevar en paralelo sus carreras políticas: él basó su poder desde la gobernación de Santa Cruz, mientras que ella optó por una carrera parlamentaria oficiando de “oposición interna” del partido justicialista durante el menemismo.

Se conocieron en septiembre de 1974 en la Facultad de Derecho de La Plata. Se casaron seis meses después.

Y, pese a que jamás compartieron boleta ni fórmula electoral, su “matrimonio político” superó, para muchos, su unión civil real. Las similitudes con los Underwood son, cuanto menos, sorprendentes: se muestran (aunque con altibajos) como una alianza más política que amorosa.

Claire y Frank Underwood, la pareja ficcional de "House of cards".

La mañana del miércoles 27 de octubre de 2010 dejó en jaque los planes políticos del matrimonio de pingüinos. Según detalla el parte médico, el ex presidente murió a las 9.15 de la mañana luego de sufrir un “paro cardiorespiratorio no traumático” en su residencia del Sur.

¿Iba a ser Cristina la compañera de fórmula de Néstor en 2011?

La noticia pateó el tablero político: faltaba un año para las elecciones, Cristina todavía estaba en el poder y el plan, hasta entonces, era alternar los mandatos. ¿Iba a ser Néstor el candidato? ¿Iría Cristina como compañera de fórmula o volvería Daniel Scioli a ocupar ese lugar después de la “traición” de Julio Cobos?

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El sueño frustrado de Evita y la victoria de Claire

El enigma de la fórmula matrimonial persistirá en el imaginario popular kirchnerista. Tal vez, del mismo modo en el que lo hizo el sueño de la boleta “Perón-Perón”, tan ambicionada por Evita y frenada no sólo por el establishment de la derecha peronista, sino también por el propio Juan Domingo Perón. Pese a que el propio “pueblo” la había proclamado candidata en el histórico Cabildo abierto del 22 de agosto de 1951.

El discurso con el que Evita “renunció a los honores”

“Quiero comunicar al pueblo argentino mi decisión irrevocable y definitiva de renunciar al honor con el que los trabajadores y el pueblo de mi patria quisieron honrarme. Ya en aquella misma tarde maravillosa que nunca olvidarán mis ojos y mi corazón, yo advertí que no debía cambiar mi puesto de lucha en el movimiento peronista por ningún otro puesto.

(...) No tenía entonces, ni tengo en estos momentos, más que una sola ambición, una sola y gran ambición personal: que de mí se diga cuando se escriba el capítulo maravilloso que la historia dedicará seguramente a Perón, que hubo al lado de Perón una mujer que se dedicó a llevar al presidente las esperanzas del pueblo y que, a esa mujer, el pueblo la llamaba cariñosamente 'Evita'. Eso es lo que yo quiero ser”.

Evita no logró hacerse de un lugar en la boleta electoral que tres meses después le daría la victoria a su marido y a su compañero de fórmula, Juan Hortensio Quijano. Ocho meses más tarde, la muerte de la primera dama cerraría por completo el capítulo de especulaciones y reclamos hacia el riñón del partido.

Perón-Quijano: la fórmula por la que perdió Evita.

Perón, aseguran, no creía en el rol político oficial de Evita. Algo similar a lo que pensó Underwood cuando, en la cuarta temporada, su mujer lo acorraló y, por primera vez, logró fisurar la sólida unión matrimonial. Su rol como embajadora de los Estados Unidos en las Naciones Unidas y su participación decisiva en un conflicto con el líder ruso la envalentonaron.

La resistencia de su marido a abrirle el juego hizo que la primera dama lo abandonara. Aunque mantuvieron las formalidades pese a la especulación de la prensa, e inició una “rosca masiva” en el Congreso para postularse como congresista de Texas.

Una pareja hecha a medida de la política más feroz.

Frank no la frenó de inmediato. La dejó “jugar la previa de las internas”, aunque su incondicional apoyo público a su rival, Celia Jones, sepultó cualquier campaña. Claire tragó su orgullo y dio un discurso similar al de Evita, pero dio batalla; y el ultimátum fue claro: “O vamos juntos en las elecciones o te arruino”. Y así, la campaña será la clave central de los primeros capítulos de la nueva temporada.

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La soledad del poder: de las escapadas de Macri a las “costillitas” de Frank

Una de las primeras escenas con las que el director presentó a Underwood fue llamativa: el por entonces congresista bajándose de su auto último modelo, dejando atrás su custodia y sentándose en el patio de un local de baja monta. El local de “Freddy”, conocido por pocos, hasta que la llegada de Frank a la presidencia le dio notoriedad mundial.

“Mi principal placer culposo es una buena porción de costillitas de cerdo a las 7.30 de la mañana”, le reconoce directo a la audiencia y mirando a cámara (uno de los recursos característicos de la serie), antes de explicar el motivo: “Tengo el lugar sólo para mí. De hecho, Freddy a veces abre el local sólo para mí”.

En sus giras, el presidente prefiere comer solo y de "incógnito".

La necesidad de escaparse del mundo y ser “uno más” por un rato es un sentimiento compartido por el propio Mauricio Macri, quien aprovecha sus giras internacionales para alejarse de la custodia (incluso de su familia) y comer solo en algún restaurante local. Su entorno asegura que es una práctica que lleva adelante desde hace años, cuando presidía Boca.

“Me la pasé mirando a la gente. Lo mejor fue que ninguno me miraba a mí. No me conocían, nadie se me acercaba

De hecho, en el día final de su reciente gira por China, el presidente dio una instrucción clara, que no llamó la atención de la comitiva: almorzaría sin compañía en un restaurante de comida italiana. Pidió carpaccio y se quedó solo durante una hora y media. “Me la pasé mirando a la gente. Lo mejor fue que ninguno me miraba a mí. No me conocían, nadie se me acercaba”, le reconoció luego al diario Clarín.

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El “suicidio” que pasó por muerte y el fantasma de Nisman

La sorpresiva muerte del personaje de Peter Russo, el congresista de Pensilvania que fue encontrado muerto dentro de su auto marcó un antes y un después en la serie. El turbulento vínculo del legislador con Underwood y la trama de una relación que culminó con el “suicidio” del personaje.

El asesinato de Russo marcó un antes y un después en la serie.

La relación de Peter y Frank comenzó como una trampa. Fue Underwood quien, a sabiendas de los problemas de alcoholismo que mantenía el congresista, sobornó al jefe de la Policía de Washington para que lo liberase, luego de ser detenido por conducir en estado de ebriedad. Junto a Russo, quien se acababa de divorciar de la madre de sus dos hijos, se encontraba una prostituta.

El congresista luchaba contra su adicción a las drogas.

La “ayuda” le costó cara. En principio, Underwood lo obligó a cerrar un astillero de su ciudad natal (en pos de mantener sus oscuros vínculos comerciales con china), algo que le generó inestabilidad en su banca política local. La presión no hizo más que hacerlo recaer en sus adicciones, justo en el momento en el que Frank lo impulsa como candidato a gobernador de Pensilvania.

Underwood se aprovechó y potenció el cuadro depresivo de Peter.

Desbordado por las presiones y encerrado en su océano de adicciones, Peter decide ponerle un fin a las presiones de Underwood y decide entregarse a la Policía. Revelaría, en parte, muchos de los secretos de Frank, quien por entonces agitaba su propia “rosca” dentro del partido para convertirse en el nuevo secretario de Estado.

Pero Russo nunca llegó a la Policía. Interceptado por Doug Stamper, fiel asesor de Underwood, el congresista regresa a su departamento. Estaciona su auto y es allí que se encuentra con Frank, quien se aprovechó de su estado etílico.

“Cerrá los ojos, dejá que todo se vaya. Tenemos todo el tiempo del mundo”, fueron las últimas palabras de Underwood, quien aguardó a que Russo finalmente se durmiera. Luego, borró todos sus ratros, abrió la ventana del auto (en funcionamiento) y cerró el garaje. Dibujó, claro, un suicidio.

El fiscal fue encontrado muerto el 18 de enero de 2015.

El suicidio del congresista resonó en los principales medios del país. Tal como sucedió aquella madrugada del 18 de enero de 2015, cuando se supo que habían encontrado muerto al fiscal Alberto Nisman, el mismo que pocas horas después debía presentar una grave denuncia en el Congreso contra la por entonces presidenta Cristina Kirchner.

La teoría del suicidio (inducido) se instaló de inmediato y, al día de hoy, es una hipótesis que la Justicia no pudo descartar. Sin embargo, recientes pesquisas realizadas por Gendarmería advirtieron la presencia de una tercera persona en el baño en el que fue encontrado el fiscal y avanza la hipótesis del asesinato.

Fue Néstor quien creó la Unidad Fiscal AMIA y designó a Nisman como fiscal.

Al igual que Russo con Underwood, Nisman también supo mantener una buena relación con Néstor Kirchner. De hecho, fue el ex presidente quien creó en 2003 la Unidad Fiscal AMIA para investigar el atentado ocurrido en julio de 1994 y quien designó a Nisman como su máxima autoridad.

Arroyo Salgado insiste con que su ex marido fue asesinado.

La por entonces mujer del fiscal, la jueza Sandra Arroyo Salgado, también mantuvo un buen vínculo con los Kirchner. De hecho, fue ella quien manejó la causa contra la dueña del grupo Clarín, Ernestina Herrera de Noble, por la causa de la presunta apropiación de sus hijos adoptados: Felipe y Marcela.

Pero todo cambió en diciembre de 2014, cuando Nisman presentó una denuncia formal contra la por entonces presidenta por presunto encubrimiento a los iraníes acusados de haber sido los autores ideológicos del atentado a la AMIA.

Timerman también fue salpicado por la denuncia de Nisman.

La presentación judicial de más de 300 páginas también salpicaba al por entonces canciller Héctor Timerman, y sumaba el llamado a indagatoria del diputado oficialista Andrés Larroque, Luis D'Elía, Fernando Esteche, personal de la SIDE, al referente comunitario iraní Jorge “Yussuf” Khalil y al ex juez de instrucción Héctor Yrima.

Aquel lunes en el que fue encontrado muerto en el baño de su departamento de Puerto Madero, Nisman debía presentarse a pedido de la oposición en Diputados para brindar detalles de la denuncia que había presentado contra la mandataria. Al igual que Russo, nunca llegó a hacerlo.

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Vidal, Frank y la educación como “fortalecimiento” del poder

En su carrera hacia la Casa Blanca, el legislador oriundo de Carolina del Sur debió sortear más de un obstáculo y la huelga docente durante su gestión como jefe del bloque demócrata del Congreso fue una de las primeras. La resistencia a su “ley de educación” y las similitudes con la batalla que María Eugenia Vidal está dando con las todavía inconclusas paritarias docentes de la Provincia.

La gobernadora, al igual que Underwood, enfrenta una huelga docente.

Con una ajustada mayoría en el Congreso, las posibilidades de que el ala derecha de su propio partido y los republicanos aprobaran la ley era casi una misión imposible. Sin embargo, el presidente había dado una orden clara: el proyecto debía aprobarse dentro de los primeros 100 días de gracia de su mandato, tal como anunciaría al día siguiente desde las escalinatas de la Casa Blanca.

"Esto tiene que servir para algo. No saben lo cabezadura que puedo llegar a ser -advirtió Vidal-

Era una forma de fortalecer su poder, tal como lo entendió Vidal y su equipo. “Esto tiene que servir para algo”, es la frase que repitió una y otra vez la gobernadora, cada vez que le preguntaban por el todavía abierto frente que mantiene con los gremios. “No saben lo cabezadura que puedo llegar a ser”, advirtió en más de una oportunidad.

El escrache de los docentes a Underwood por la reforma educativa.

La escalada entre el conflicto enfrentado por Underwood y el de Vidal fue similar. Rechazo al diálogo, escraches y denuncias cruzadas. En el medio, se elevó la imagen de la gobernadora, que insiste todavía en que no le importa si su “lucha” la lleva a perder las elecciones de medio término.

El conflicto fortaleció en las encuestas al ministro de Educación nacional, Esteban Bullrich.

Lo mismo sucedió con su equipo: Esteban Bullrich, ministro de Educación nacional, escaló en las encuestas y logró, hasta ahora, quedar en el “shortlist” de Cambiemos para las Legislativas. Algo impensado si se comparan las estadísticas previas al conflicto, tan estudiadas por la administración macrista.

Underwood y Vidal apostaron al diálogo, pero el personaje de ficción lo hizo en público: se sometió a un debate en la CNN (ficcional, claro) que lo dejó mal parado. La gobernadora, por su parte, evitó cualquier confrontación pública, aunque mantuvo abierta la “mesa de diálogo” de su equipo.

Frank capitalizó el asesinato de un chico y dijo: "Tienen que estar en las escuelas".

¿Cómo resolvió el problema Frank? Capitalizó en los medios la muerte de un estudiante por una balaperdida. Conmovido para las cámaras, el congresista le exigió a Marty Spinella (su Baradel) el cese del reclamo. “Los chicos no tienen que estar en las calles, tienen que estar en las escuelas”. Idénticas palabras utilizadas en todas sus entrevistas por la gobernadora.

Marty Spinella, el Roberto Baradel de Underwood.

El gremialista “no se quedó en el molde” e irrumpió en el despacho de Underwood. La discusión escaló, hasta que el congresista terminó con un ojo morado, que le sirvió como amenaza final: si la huelga docente no se detenía, se encargaría de hacer pública la agresión y terminar así con la hasta entonces intachable carrera gremial de Spinella.

Sólo el tiempo dirá cómo logra la gobernadora bonaerense superar las diferencias que mantiene con los seis gremios docentes, quienes mantienen al día de hoy su amenaza de retomar las medidas de fuerza antes de las vacaciones de invierno.

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