Un gesto de acercamiento. Mauricio Macri y Hugo Moyano almorzaron en la residencia de Olivos en un encuentro que viró entre el fútbol y la política. La cumbre se produjo tras la presentación de la flamante CGT unificada con fuertes críticas hacia el rumbo económico del país.
Macri y Moyano, protagonistas de un almuerzo en la residencia de Olivos.
El encuentro entre el presidente y el referente sindical y presidente de Independiente tuvo un tono amable y cordial a pesar de las amenazas de la nueva CGT de lanzar un plan de lucha contra el Gobierno por el desempleo y el incremento de las tarifas.
Pese al tono crítico del triunvirato, Moyano le habría transmitido al Presidente que no ve "las cosas tan mal como algunos piensan”, según consignó Clarín. El diálogo fluido fue una constante en todo el encuentro. Incluso, al llegar al lugar, el dirigente gremial manifestó su alegría por saldar una deuda: “Nos debíamos este almuerzo”. Macri se sorprendió por el gesto.
El Presidente y el líder sindical se habían mostrado juntos en la campaña.
Moyano dejará la CGT tras doce años de liderazgo, en los cuales pasó de ser el principal socio sindical del gobierno kirchnerista a su enemigo íntimo. La batalla con la gestión de Cristina Kirchner lo debilitó, aunque tras la llegada de Macri al poder intentó mostrar su fortaleza con una postura crítica a Cambiemos.
No todo fue rosca en la cumbre y la pelota también tuvo su lugar especial. La reunión, de la que también fueron parte el vicejefe de Gobierno porteño, Diego Santilli y el presidente de Barracas Central, Claudio "Chiqui" Tapia, giró en torno a las problemáticas de la AFA, que pusieron en peligro el inicio del torneo.
En ese sentido, el Presidente cuestionó el manejo de los fondos de Fútbol Para Todos durante el kirchnerismo y la falta de control de las partidas. Moyano coincidió y comparó el escenario heredado por el macrismo con su gestión en el club de Avellaneda. “Cuando llegué a Independiente estaba quebrado y me costó solucionar los problemas”.