El cambio de Gobierno desencadenó una serie de medidas para abordar el supuesto desorden económico que arrastra la Argentina desde hace años y, tal y como lo prometió el ahora presidente Javier Milei, hará lo posible y ajustará donde tenga que ajustar para llegar al objetivo de estabilizar las cuentas, bajar la inflación y dolarizar el país. Todo lo que expresó en campaña lo está cumpliendo a rajatabla y sin ningún tipo de tapujos, sin pensar, por supuesto, en el ciudadano promedio, que necesita subsistir en una economía absolutamente vulnerable.
Una de las cuestiones más urgentes para el libertario es el manejo de los subsidios, especialmente en el sector energético, donde el congelamiento tarifario implementado por la administración de Alberto Fernández generó un aumento significativo en su volumen.
En este sentido, el Gobierno informó que desde este mes habrá un incremento del 150 por ciento en las tarifas de electricidad que las pagarán los usuarios de mayores ingresos, luego de que se dieran a conocer los huevos cuadros para las distribuidoras del AMBA, que estarán vigentes durante todo el año. Por otro lado, los consumidores de ingresos bajos, tendrán un aumento del 70 y los de ingresos medios (conocidos como N3) en torno al 65, aunque ya se advirtió que este último trecho si supera los 600 KW/h el salto estará en la zona del 130.
Esta información fue difundida por la Secretaría de Energía a través de un comunicado oficial, que indica que: "En términos absolutos, considerando un consumo promedio de 380 KV/h por mes, en el caso de los usuarios N1, una factura de 13.900 pesos pasará a pagar 34.332". El organismo remarcó en este mismo sentido que: "En términos de puntos porcentuales relativos (la comparación de los actuales valores con los que regían hasta ahora) no puede indicarse un único incremento generalizado porque, hasta ahora había distintas categorías de usuarios que pagaban precios diferentes por la energía y potencia que las distribuidoras adquirían en el Mercado Eléctrico Mayorista (MEM)".
De más está mencionar que no importa en cuál categoría se encuentre el ciudadano, correrá peligro su poder adquisitivo debido a que todo incrementa menos el salario y son cada vez menos los usuarios que podrán pagar la totalidad de la tarifa debido a que el sueldo no les alcanza para continuar viviendo. Los recortes en la economía del hogar son cada vez mayores y llegan hasta los servicios básicos para tener una vivienda digna.
Por otro lado, según estimaciones del Fondo Monetario Internacional (FMI) y la consultora Economía & Energía, para el año 2023, los subsidios económicos alcanzaron el 2,1 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), siendo el sector energético responsable de 1,6 puntos porcentuales, equivalentes a unos 9.683 millones de dólares.
Para abordar esta situación, el Gobierno tuvo como objetivo reducir los subsidios al 1,3 pro ciento del PIB en términos generales y al 1,1 específicamente en el ámbito energético para el año 2024.
En este mismo sentido, expertos del FMI informaron en su staff report que los incrementos tarifarios significativos proponen un aumento superior al 200 por ciento en electricidad y del 150 en gas a partir de febrero. Sin embargo, el Gobierno nacional decidió optar por una postura más cautelosa, cuando pospuso cualquier ajuste tarifario hasta después de llevar a cabo una nueva audiencia pública que defina la validez de la "Canasta Básica Energética". Este movimiento impactará al 70 por ciento de la población cuyos ingresos no superan las 3,5 canastas básicas.
Los incrementos vendrán también en abril y mayo para introducir un nuevo esquema que reemplace la segmentación actual de los subsidios pero que, en consecuencia, afecta a los hogares cuyo gasto energético excede el 10 por ciento de sus ingresos. Sin embargo según las contemplaciones de la Secretaría, el apoyo estatal se dirigirá a aliviar la carga financiera sobre aquellos consumidores cuyo gasto energético sea desproporcionado en relación con sus ingresos. A corto plazo, este incremento sumado a otros aumentos que incluyen el transporte, la comida, el colegio y la salud, hacen inviable la economía familiar.