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Política

Tensión en el Gobierno por la "Carrió-dependencia" de Macri

Desde que asumió Macri, la relación entre ambos varió entre las críticas de la diputada hacia el presidente y sus encuentros distendidos de trabajo.

28 Abril de 2016 09:03
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Ella mantiene reuniones con ministros. Él la escucha e interpreta: cambia de opinión y da marcha atrás con algunas medidas en términos políticos a raíz de sus consejos. Ella lo llama Mauricio; Él, Lilita. Él es ni más ni menos que el presidente. Ella en muchas ocasiones dice lo que él no puede decir en público. Ella es la diputada Elisa Carrió. La relación entre ambos atraviesa un gran momento, aunque puertas adentro del gobierno muchos se preguntan cuánto más persistirá esa relación correspondida en términos políticos.

Desde que asumió como presidente, Macri habló decenas de veces con Carrió. La recibe en la Quinta Presidencial de Olivos y si ella se encuentra en su provincia, mantienen extensas charlas telefónicas. La “Carrió-dependencia” del presidente es una de las piezas clave en el armado político de estos meses: Carrió opina, da consejos y hasta marca agenda en el Gobierno.

En la intimidad, el presidente dice que tienen "una muy buena relación" y que se siente 

El poder irrefutable de Carrió para influir en muchas decisiones de Macri.

Sus encuentros cara a cara se extienden por más de dos horas y se dan en un marco de distensión, aunque no sin una etapa previa de varios minutos de reproches. Luego, terminan en un clima cálido, que hasta ella misma describió en alguna oportunidad como divertidos.

Sin embargo, no todo son alegrías para muchos hombres cercanos al presidente. El caso de Daniel Angelici, uno de los operadores del gobierno en materia judicial, es el más paradigmático. Carrió acusó al presidente de Boca e íntimo allegado a Macri de “intervenir” en la Justicia?, motivo por el cual se inició una causa judicial en el juzgado de Sebastián Casanello. "Hoy me toca cuestionar al Gobierno que llevé al poder", sostuvo semanas atrás. Para muchos funcionarios, la diputada es la responsable de que el gobierno dejara de tener una figura clave y con cintura en los pasillos de Comodoro Py.

Ya en la campaña electoral del año pasado, la relación entre ambos se había mostrado muy cercana.

De hecho, en uno de los últimos diálogos entre ambos, el presidente le pidió a Carrió que bajara el tono de sus críticas hacia funcionarios y amigos.

Se refería no sólo al caso de Angelici, sino también a las palabras de la dip utada sobre el intendente de Lanús, Néstor Grindetti, mencionado en el escándalo de los Panamá Papers. “Es inexplicable”, aseguró sobre las sociedades offshore del jefe comunal.

ENCUENTROS Y CHARLAS CON MINISTROS

Más allá de las distendidas y hasta divertidas conversaciones con Macri, Carrió comenzó a reunirse semanas atrás con importantes funcionarios del Gobierno nacional. Incluso es el propio jefe de Gabinete, Marcos Peña, quien le manda por mail muchos de los informes de gestión y proyectos que se encuentran aprobados y próximos a ser anunciados.

En Casa Rosada, pero también en la Quinta Presidencial de Olivos ocurren los encuentros.

El “factor cambio” de Carrió no es un dato para nada menor. De hecho, fue la encargada de salir al cruce de una de las primeras medidas de Macri como presidente, cuando intentó impulsar el nombramiento de dos jueces por decreto para ocupar los cargos vacantes en la Corte Suprema de Justicia. En ese momento, presentó un proyecto de ley para dar marcha atrás a la propuesta del presidente, y aseguró que su iniciativa perseguía el objetivo de “evitar designaciones que pudieran ser tachadas de dudosa constitucionalidad”, en una clara crítica hacia el gobierno.

El diálogo más fluido lo mantiene con los ministros de Energía, Juan José Aranguren; de Medio Ambiente, el rabino Sergio Bergman; y de Seguridad, Patricia Bullrich. En el último tiempo, además, Carrió mantuvo conversaciones con la gobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal.

Elisa Carrió se comunica con Mauricio Macri de manera constante, cada dos o tres semanas.

Incluso, un detalle que no pasa inadvertido y sirve para graficar el poder que tiene al interior del partido: a uno de los ministros con quien mantiene un diálogo fluido lo recibió en el Instituto Hannah Arendt que ella dirige, en lugar de ir a verlo, por ejemplo a la Casa Rosada. ¿El motivo? Ella tenía la agenda muy ocupada. El funcionario, claro, asistió al encuentro.

Idas y vueltas. Charlas críticas y conversaciones distendidas y relajadas, donde en muchas ocasiones sobran risas. La “Carrió-dependencia” de Macri avanza, pero las dudas sobre esa relación aumentan: no son pocos los funcionarios que se preguntan hasta cuánto está dispuesto el presidente a que le marquen agenda, y hasta dónde le otorga poder a la diputada, sin que se produzcan choques o rupturas entre ambos.