La muerte de Héctor Timerman coronó un difícil año en el cual el ex canciller del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner tuvo que batallar en dos frentes: el judicial y el de la salud.
Héctor Timerman junto a Axel Kicillof en una fotografía tomada a principios de este año.
Al diagnóstico de cáncer de hígado que había recibido hace unos dos años, se le sumó la acusación de haber encubierto a los responsables del atentado a la AMIA a través del memorándum de entendimiento con Irán.
La medida buscaba concertar con el gobierno de aquel país una serie de puntos, entre los cuales estaba la creación de una comisión integrada por juristas internacionales para cooperar con la investigación del atentado y la posibilidad de que el juez de la causa, Rodolfo Canicoba Corral y el fiscal Alberto Nisman, pudieran interrogar a los sospechosos iraníes.
De acuerdo a la acusación judicial, el tratado favorecía a los intereses de Irán, aunque lo cierto es que el régimen iraní se negó a firmarlo, por lo cual nunca entró en vigencia.
Frente a la Justicia, Timerman declaró desde su casa -donde se hallaba en prisión domiciliaria- a causa de su debilitada salud. Allí aseguró que el memorándum buscaba destrabar la causa evitando choques diplomáticos entre Argentina e Irán.
"No hice nada que interfiera con la Justicia. Si tuviera alguna duda no hubiese firmado el memorándum", aseguró señalando que si Fernández de Kirchner le hubiera dado una orden contraria a la ley él "jamás la hubiera cumplido".
El último recurso
El 9 de enero del 2018, Timerman tenía previsto viajar a Estados Unidos para tratar su cáncer, pero aquel país le había suspendido la visa de ingreso cuando impidió el ingreso de un cargamento de material militar durante el gobierno de Fernández de Kirchner.
Tiempo después, la Cámara Federal le revocó la imputación por traición a la patria derivada de la firma del Memorándum y Estados Unidos le permitió ingresar en marzo mediante un permiso especial para encarar un tratamiento experimental.
"Me voy pensando en la causa AMIA. Pienso que hubo 85 víctimas, más de 200 heridos. Hoy sólo dos individuos me acusan por traición a la Patria y esos dos, más la DAIA, por encubrimiento. No sé qué me duele más, si saber del cáncer o la ofensa escuálida de la acusación. Todo duele demasiado", declaró en aquel entonces a través de un mensaje difundido por su abogado, Alejandro Rúa.