Tenso equilibrio. Así procuran definir los colabores del presidente Alberto Fernández a los momentos que se viven por estas horas en Olivos, sobre todo por el caso Vicentin. La forma en la que se procura comunicar cualquier avance, según explican, procura resguardar la necesidad del jefe de Estado de dejar contentas a todas las tribunas dentro de la alianza gobernante.
El viernes por la noche cuando el gobernador de la provincia de Santa Fe, Omar Perotti, abandonó la quinta de Olivos el panorama era claro. La expropiación de Vicentin iba a ser un hecho, restaba ver tal y como publicó BigBang si de limitaba a la empresa exportadora o a su totalidad, pero se iba a bajar el tono en lo discursivo.
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El mandatario provincial fue el encargado de hacer el anuncio en cuanto canal de noticias y medio estuviera dispuesto a entrevistarlo, algo inusual en el rafaelino que mantiene una estricta política en cuanto a la relación con la prensa. Las declaraciones procuraban bajarle el tono a la cuestión, sobre todo en la antesala de las masivas movilizaciones que se verían horas después durante el sábado.
“La expropiación es el camino, lo que estamos haciendo es una vía intermedia para no quedar expuestos políticamente”, le dijo a BigBang uno de los funcionarios que participó de las negociaciones durante los últimos días. En concreto, lo que procuró llevar a la mesa Perotti era una solución para apaciguar las críticas y poder avanzar con la expropiación más aun cuando el panorama en el Congreso no se ve, por estas horas, con un horizonte tan claro.
El silencio del presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, sobre todo después del anuncio de Vicentin hace más de dos semanas es una señal que tanto oficialismo como oposición tienen en cuenta. Con el poroteo fino de Diputados -en donde aliados como los diputados del gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti, ya adelantaron que no acompañaran la medida- el lobby contra el proyecto de ley que aun no fue presentado empieza a articularse de forma más intensa.
Varios legisladores nacionales recibieron llamados de empresarios de los más bastos rubros para saber su opinión y ver si les podían adelantar el voto. “Por algo Fernández también le mandó un mensaje al juez”, contó uno de los legisladores del interior que recibió esos aprietes.
Es que horas después de que se conoció la noticia del pedido para que sea la provincia de Santa Fe la que intervenga Vicentin, Fernández le envió un mensaje a Fabián Lorenzini, ”Si el juez dice que no a la propuesta, sólo nos queda expropiar", dijo el mandatario en declaraciones a radio El Destape.
Si el juez dice que no a la propuesta, sólo nos queda expropiar"
Esa frase descolocó al gobernador santafesino. No era lo que se había acordado. “Alberto tiene que mantener contentos a todos y es díficil”, explican. Es que casi al instante que se realizaron los anuncios llegaron los primeros ruidos por parte del kirchnerismo duro, que ya empezaba a mostrar su fastidio con algunas medidas del jefe de Estado.
A la búsqueda de una salida intermedia, que terminaría en la intervención, se le sumó las pocas novedades de impuesto a la riqueza, que todavía no tiene fecha de presentación u tratamiento en el Congreso.