Terminada la Convención de la Unión Cívica Radical (UCR), con un panorama más claro de lo que sucedería con los miembros de Alternativa Federal y con el peronismo que casi que confirmó la fórmula para la provincia de Buenos Aires, el presidente Mauricio Macri espera por estas horas el embate final por parte de los impulsores del “Plan V”.
En la Casa Rosada todos saben que en los próximos días, y sobre todo poco antes del cierre de listas el 22 de junio, se vendrá el último pedido para que Macri se baje como candidato y sea la gobernadora de la provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal, quien encabece la nómina presidencial.
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“Esto lo tendríamos que haber hecho antes, ahora es muy difícil. ¿Cómo haces para que no quede como una respuesta de debilidad? Es complejo”, sostiene una alta fuente oficial que siempre vio con buenos ojos ese cambio.
La UCR, el círculo rojo y hasta varios de los principales dirigentes de Cambiemos, ya dejaron en claro que les gustaría ese cambio pero aceptan que el margen se acortó demasiado. Del otro lado, Macri ya dejó en claro que la estrategia es “a todo o nada” y que así se jugará en octubre.
Aún envalentonados por las últimas encuestas hay una cuestión que no es menor y son las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO); en Cambiemos dan por descontado que el binomio Fernández-Fernández sería el más votado en esa instancia pero la cuestión central estará en la diferencia. “Si hay más de seis puntos vamos a tener un problema financiero importante”, se confesó un importante dirigente del armado de la coalición de gobierno que prefiere ni pensar en lo que harían los mercados con Argentina en ese escenario.
Mientras tanto, los teléfonos de los gobernadores no paran de marcar los números de diferentes funcionarios para saber si habrá o no habrá un cambio con respecto a octubre. Uno de los más interesados, aún cuando no es de Cambiemos, por la continuidad de Macri es el de Neuquén, Omar Gutiérrez, quien tiene buena sintonía con la Casa Rosada.
Pero ese no es el único problema
El ministro de Interior, Obra Pública y Vivienda, Rogelio Frigerio, tiene su atención puesta en particular en la provincia de Buenos Aires; es que para él (como también otros miembros de Cambiemos) si Vidal no se impone no hay chances de ganar un ballotage. “Es como pretender ir a jugar la final del Mundial sin Messi en el equipo”, analizan desde su entorno.
Si comparte la boleta con Macri como candidato a presidente, Vidal pierde entre 12 y 10 puntos de intención de voto y en algunas zonas del conurbano bonaerense esa cifra baja hasta 20. “Igual todavía Vidal no entró en modo campaña. Ahí es una locomotora”, remarcaron.
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Las elecciones de Santa Fe son otro de los focos de discusión por estas horas. Si bien la apuesta de la Rosada es una victoria del senador nacional del peronismo Omar Perotti, también servirá para disciplinar a ciertos sectores radicales. La casi decretada derrota de la capital provincial, en donde hubo una gran cantidad de obras del Estado nacional, servirá para poner en la mesa la carta de “ustedes tampoco son tan buenos gestionando”.Algo que el gobernador de Mendoza y presidente de la UCR, Alfredo Cornejo, tendrá que digerir sin demasiada alegría porque su gestión en la tierra del Sol y el buen vino es elogiada hasta por sus rivales del peronismo.
El temor de Peña
En el medio de todas estas discusiones, otro de los factores que sorprendió en los últimos días es el estado de ánimo del jefe de Gabinete, Marcos Peña, a quien notan “muy asustado” por lo que pueda llegar a suceder en octubre. Es que la mano derecha de Macri sabe dos cosas: de perder no tendrá donde refugiarse y hasta se baraja con que se tendría que ir del país, y de ganar perdería la centralidad que tiene ya que está obligado por la presión interna a abrir el Gobierno.
Incluso después de que la Convención de la UCR remarcó que permanecerá en Cambiemos pero con algunas condiciones, Peña mandó una “chicana” que hizo enojar a todo el radicalismo y a varios del PRO. Acorralado y todo, el gestor del “a todo o nada” sigue cosechando enojos.