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Toma, mano a mano con BBN: de "Las Julietas" y "Los Romeos" a Jaime Stiuso, el "mejor espía" que conoció

El ex titular de la otrora SIDE, también calificó como pésimo el manejo de la inteligencia en tiempos de Mauricio Macri.

05 Octubre de 2023 09:36
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A partir del escándalo político conocido como el Marbella-Gate, en el cual Martín Insaurralde quedó expuesto en un viaje de opulencia junto a la modelo Sofía Clerici, las expresiones acerca de Romeo y Julieta nada parecen tener que ver ni con la obra de William Shakespeare, ni con el peligroso concepto de morir por amor. Es que, luego de las revelaciones que brindó el ex titular de la inteligencia argentina Juan Bautista "Tata" Yofre, en donde reconoció que ese nombre femenino se suele dar a las agentes que utilizan su seducción para conseguir información, todo cambió.

Para hablar fundamentalmente de esta definición, y también de las expresiones de Patricia Bullrich respecto a oír las conversaciones entre los presos y los abogados, es que se contactó BigBang con Miguel Ángel Toma, otro de los especialistas que estuvo al frente de la otrora Secretario de Inteligencia del Estado (SIDE) -hoy Agencia Federal de Inteligencia (AFI)-, durante el Gobierno provisional de Eduardo Duhalde. Pero se encontró con más, con mucho más.

En la charla, el ex diputado nacional reveló que el mejor agente de inteligencia que conoció en su historia, tanto en la Argentina como en otros servicios secretos de Europa, Norteamérica y el resto del mundo, fue Jaime Stiuso, un hombre que estuvo en el centro de la escena política a partir del fallecimiento de Alberto Nisman y que estuvo marcado por propios y extraños como el cuadro fundamental de las operaciones de inteligencia y contrainteligencia local. También cuestionó lo hecho en el área durante las gestiones kirchneristas y la de Mauricio Macri.

-Patricia Bullrich recientemente habló de grabar conversaciones entre imputados y abogados, ¿qué opinión tiene sobre esas definiciones?

-Eso evidentemente vulnera un principio constitucional, que es el derecho a la defensa. Es más, yo no soy abogado, pero cuando se consagra la posibilidad de que un imputado no diga la verdad en su favor, de hecho hay una una autorización implícita a la preservación de la reserva con el abogado que lo defiende, porque en el fondo apuntan exactamente lo mismo. Yo me remito simplemente a lo que señala la Constitución y, la verdad, es que no escuché lo que dijo Bullrich y no sé en qué contexto lo dijo, pero de todos modos, conceptualmente e independientemente de lo que haya dicho, es así.

-Hubo mucho también mucho cuestionamiento durante la gestión de Macri a la utilización de la inteligencia para fines ajenos a los que debería tener...

-El manejo de la inteligencia durante el gobierno de Macri fue pésimo, porque quienes estaban al frente de esa estructura realmente eran unas personas sin ningún tipo de conocimiento de la materia. Consecuentemente, cuando se desconoce, no hay profesionalidad, no hay experiencia en ese manejo. Quienes operan por debajo, pueden cometer cualquier tipo de barbaridad y si no hay una acción clara, precisa, de control, las cosas se van de la mano.

El manejo de la inteligencia durante el gobierno de Macri fue pésimo, porque quienes estaban al frente de esa estructura realmente eran unas personas sin ningún tipo de conocimiento de la materia"

En definitiva, de la época de Macri esperábamos dos cosas en el plano de la inteligencia, quienes estamos en este tema desde siempre. Una, que terminara de desmontar la estructura que había dejado (Oscar) Parrilli y (Juan Martín) Mena y compañía, durante la intervención que terminó en una brutal purga en el 2014, principio del 2015, que echó a los mejores oficiales de inteligencia que tenía la SIDE. Esto es lo primero que esperábamos: una purga donde se profesionalizara y se depurara la estructura. Y la segunda cuestión era que se constituyera consecuentemente una estructura eficiente, en términos de lo que es la inteligencia, que es la preservación de intereses estratégicos de la Nación frente a cualquier amenaza de naturaleza, interna o externa.

El kirchnerismo había convertido a la inteligencia en una estructura de espionaje ilegal y paralela, que en lugar de estar en función de los intereses de la Nación, estaba en función de los intereses de un Gobierno. Esta confusión entre Estado, Nación y Gobierno, terminó llevando a que hoy, por ejemplo, tengamos una estructura que es una suerte de agencia de colocaciones de militancia de La Cámpora, y que consecuentemente haya que depurarla de punta a punta.

Esta interna que se vivió en la AFI, fue la que se manifestó con fuerza a partir de la aparición pública de un nombre que a la opinión pública la cautivo mucho: Jaime Stiuso

-Stiuso fue el mejor oficial de inteligencia que yo he conocido. Adentro y afuera del país. Y conozco muy bien a muchos servicios. Creo que el problema con Stiuso fue que él se negó a cumplir el mandato político de dejar de apoyar a Alberto Nisman en la investigación del atentado a la AMIA, y no quiso negar la participación de Irán y de Hezbollah, e investigar una supuesta pista Siria. Eso le costó la cabeza, obviamente, y con él, una purga que se llevó puesto a los mejores oficiales de inteligencia que yo tuve la oportunidad y el honor de conducir, y que realmente eran de primer nivel, comparable con cualquier servicio a nivel internacional.

La consecuencia de esa negativa le costó la carrera a Stiuso, y la pérdida de un valor no sólo de él, sino de toda la gente que fue barrida con él, realmente inestimable. Una pérdida lamentable para la inteligencia Argentina.

-Lo último que se supo es que Stiuso estaba en Norteamérica. Y hay mucha crítica respecto a que podría estar filtrando secretos de la Argentina. Usted que lo conoció y lo condujo, ¿qué podría decir sobre esas afirmaciones?

-Primero que está en la Argentina. Es más, me lo encontré la semana pasada, que estuvimos tomando un café y charlando, de casualidad. De manera que no sé a qué se refiere con eso. Además, Stiuso es un profesional de la inteligencia, sabe cuáles son los límites y, más allá de que esté o no en funciones, lo que es la historia y la pertenencia de un oficial de inteligencia a una estructura. Yo le tengo un gran respeto, porque lo he conocido y sé de la seriedad y del profesionalismo de su tarea.

-En su momento hizo una aparición en Intratables, cuando él estaba en el centro del conflicto público. Entiendo que quizá fue una situación en la que lo habían puesto en un lugar completamente incómodo para alguien que trabaja de inteligencia...

-La primera incomodidad, y que ya le generó un problema en su actividad profesional, fue cuando Gustavo Béliz hizo conocer su foto cuando estaba él enfrentado con Néstor Kirchner. En realidad lo usaron a Stiuso como un mensaje para Kirchner, que en aquel momento había constituido la UFI AMIA, la unidad de investigación especial sobre el caso, y había determinado por decreto que Stiuso era el principal colaborador de Alberto Nisman en la investigación. Como había una crisis política entre Béliz y Kirchner, lo que hizo Béliz fue utilizar a Stiuso como parte de su confrontación con Néstor, que inmediatamente lo echó. Pero le produjo un daño muy grande a Stiuso y a la inteligencia.

-Lo expuso cuando su función básicamente era no estar expuesto.

-No, pero además Stiuso era el principal investigador de Nisman en la causa AMIA y exponerlo de esa manera era un modo de generarle un riesgo personal muy alto. No sólo en su actividad profesional, sino en un riesgo de vida. Esto fue de una irresponsabilidad absoluta desde todo punto de vista. Es inadmisible.

¿Alguien puede pensar en Patricia? Macri le soltó la mano (una vez más) y Bullrich lo cruzó-Para usted, ¿la inteligencia tiene que cumplir el rol de espionaje interno?

-Diferenciamos el espionaje de la inteligencia. El espionaje es la utilización de metodologías propias de la inteligencia, en función de acciones ilegales. Mientras que la inteligencia es la acción del Estado tendiente a proteger intereses estratégicos de la Nación, frente a amenazas que pueden ser externas o internas. Por ejemplo, para tener en claro, el caso de las RAM en el sur. Constituyen una amenaza a la soberanía territorial, porque quieren reconstruir la supuesta nación del Wallmapu, que implica una secesión territorial y una afectación de la soberanía nacional. Esa es una amenaza a un interés estratégico, de naturaleza interna. Sobre eso hay que hacer inteligencia. La ley obliga a hacer inteligencia sobre eso.

La acción, a su vez, de cualquier tercera potencia, que implique un riesgo a la soberanía nacional, también obliga a hacer inteligencia externa. ¿Dónde estaría el espionaje ilegal? Si, por ejemplo, yo utilizo estructuras o metodologías de la inteligencia para investigar a un periodista porque no me gusta lo que escribe. Esta es la gran diferencia, que no se entiende, entre lo que es inteligencia y lo que es la utilización de una estructura ilegal y paralela de espionaje.

Stiuso fue el mejor oficial de inteligencia que yo he conocido. Adentro y afuera del país. Y conozco muy bien a muchos servicios"

Es muy importante este concepto porque, justamente, cuando al kirchnerismo la estructura de Inteligencia Nacional no le fue funcional, porque se negó a dejar de investigar y de apoyar a Nisman en la investigación de la AMIA, creó una estructura ilegal y paralela, en cabeza militar como las mejores épocas del terrorismo de Estado, que era (César) Milani. Y que le dio infinita cantidad de presupuesto, infinitamente superior, incluso, al presupuesto de la AFI. Y cuando la AFI se negó, en el caso de Stiuso, a dejar de investigar junto con Nisman, lo echaron. Esto es lo que hay que tener en claro: la inteligencia es fundamental para la preservación de intereses estratégicos del país. Cuando se la utiliza en función de intereses de un gobierno circunstancial o de personas, entonces se cae en el espionaje, sea interno o externo, no importa. Es el carpetazo, escuchar ilegalmente al periodismo, a los empresarios, a la oposición, y utilizarlo como un mecanismo de extorsión o de descalificación pública. Eso es un delito, no es inteligencia.

-Juan Bautista Yofre salió a hablar de "Las Julietas", esta definición que se utiliza para un tipo de agentes basados en la seducción.

-Sí, lo escuché al "Tata". A lo que ha hecho referencia él es una metodología que históricamente ha sido central en las estructuras de inteligencia. Desde Cleopatra en adelante, se utilizaron las debilidades humanas para obtener algún tipo de información o de beneficio. Voy a poner dos casos, pero podría poner muchísimos más. El de Mata Hari, que terminó siendo una espía doble y la terminan fusilando, que utilizaba sus encantos para seducir a oficiales enemigos y obtener información. Un día lo descubrieron y terminó fusilada.

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Y un caso más reciente voy a poner, que es el de John Profumo, quien en la década del 60 era el ministro de Defensa de Gran Bretaña, y entabló una relación sentimental con una mujer muy hermosa, y también muy atractiva intelectualmente, que era modelo y se llamaba Christine Keller. Resulta que esta mujer era un agente encubierta del GRU, que era el área de espionaje militar del Pacto de Varsovia, o sea que de la Unión Soviética y de la KGB. Y a través de eso obtuvo la Unión Soviética una serie de informaciones muy significativas sobre el funcionamiento de la OTAN, que era la contracara occidental del Pacto de Varsovia.

Podemos poner infinita cantidad de ejemplos en ese sentido. La Unión Soviética tuvo un desarrollo muy grande y de utilización de ese tipo de metodologías en la reunión de información. Bueno, lo usan en general muchos servicios. En la Argentina eso no ha tenido prácticamente utilización. Durante la dictadura, las estructuras de inteligencia utilizaron mujeres para infiltrarse, hubo algunos trascendidos y conocimientos, pero después eso en la Argentina no tuvo andadura. 

Desde Cleopatra en adelante, se utilizaron las debilidades humanas para obtener algún tipo de información o de beneficio"

-Mismo hablaban de Alfredo Astiz y su cara de ángel...

-Por eso. A eso me refiero: a casos que hubo durante la dictadura de infiltración. Ahí estarían "Los Romeos" de los que hablaba "El Tata".

-En términos de inteligencia -o espionaje-, hoy en día como que es mucho más simple investigar a través de las redes sociales, internet.

-Se llaman fuentes abiertas, y sobre eso no hay legislación que la penalice. Pero cualquiera, por vía de las redes y lo que es la información abierta... a ver, y además cualquier particular hoy puede hackear un teléfono. Esto es terrible, pero es así. La tecnología ha llegado a tal extremo, que cualquiera puede activar su celular cuando usted está en una reunión, porque se lo hackea. En el fondo el celular es una computadora también. Entonces le activa el audio y escucha lo que usted está hablando en una reunión, que si es privada, nadie tiene por qué intervenir.

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Acá hay que realmente hacer toda una actualización de lo que significan los delitos informáticos, porque ahí también hay delito cuando se accede a la privacidad por un mecanismo que sea de naturaleza tecnológica y que no está regulado como delito. De manera, que eso también hay que tenerlo en cuenta y, lamentablemente, esto excede el marco de la inteligencia. Esto lo puede hacer cualquier privado. 

Lo que hemos visto recientemente con el caso Insaurralde, ahí hubo una utilización de Instagram. Está bien que es pública, pero se accede a una fuente pública para hacer una acción de esta naturaleza, que implica -más allá de que es incalificable lo que hizo-, para generar todo un estrépito social que tiene efectos políticos. 

-¿Hay que cambiar la Ley de Inteligencia?

-Hay que actualizar. La 25.520, que fue una ley que consensuamos en su momento, yo era diputado y presidía la Comisión Bicameral de Inteligencia, pero era opositor. Fue en el año 2001, que el secretario de inteligencia era Carlos Becerra, y nos pusimos a trabajar en una ley que realmente fue aprobada prácticamente por unanimidad. Esa ley fue extraordinaria, en el sentido de que terminó derogar todos los decretos, decretos secretos, bandos militares, que regían la inteligencia hasta esa época. De manera que se constituye una estructura de naturaleza pública, una ley, que además creaba una comisión específica de seguimiento de la actividad de inteligencia, con normas muy precisas y de conocimiento público, como es en Estados Unidos, Gran Bretaña, Alemania, en todos los países democráticos.

Ahora bien, esa ley que sigue siendo conceptualmente extraordinaria, hay que actualizarla porque han aparecido nuevas formas, como esta que estamos hablando, por el impacto tecnológico, que naturalmente tienen que ser incorporadas para actualizar esa legislación. Lo que hay que hacer es derogar la 27.126, que fue esta ley que sacó el kirchnerismo entre gallos y medianoches, e imponiendo una mayoría circunstancial, y que hizo barbaridades, estragos. A diferencia del anterior, que había sido de un altísimo debate y de consenso de todas las fuerzas políticas, modificó algunas partes que hacen que directamente haya que derogarla, para volver a la 25.520 hasta que podamos consensuar una nueva ley, que la actualice, pero manteniendo los valores de transparencia y de control, que se consagraron en esa primera ley del 2001.