07 Marzo de 2018 15:03
Reynaldo Bignone no sólo tomó el poder del país durante los últimos años de la Dictadura (entre julio de 1982 y diciembre de 1983), sino que también era genocida, torturador y apropiador de bebés.
Recibió unas de las mayores condenas por parte del Tribunal Oral Federal N° 1, en el juicio oral por crímenes de lesa humanidad cometidos como parte del Plan Cóndor y en el centro de detención conocido como Automotores Orletti.
Le dieron veinte años de prisión por la desaparición de más de 100 personas. Además fue sentenciado junto a su colega de mando, el genocida Jorge Rafael Videla, por apropiación de hijos e hijas de desaparecidos.
Entre los testimonios de los testigos se puede citar la declaración de Ricardo Daniel Bella. Le preguntaron si conocía a alguno de los acusados y no dudó en responder. “Recuerdo a Bignone, director del Colegio Militar”, al momento de su conscripción, y “Alvarado, un teniente”.
“Nos movilizaron para el Golpe del 76. Cuando salimos a la calle, la gente nos aplaudía”, recordó. Bella estuvo asignado a la compañía Comandos. “Te maltrataban por ser judío, por ser lento, por tener la piel oscura, era normal en esa época”, dijo. Cuando el fiscal García Berro le preguntó si había escuchado acerca de la desaparición de soldados en el Colegio Militar, respondió: “Tuve compañeros de los que se decía que desertaban”.
También, por su parte, Flora García -otra testigo- contó que su ex marido, Sergio García (quien vive en Estados Unidos y ya declaró), hizo la conscripción en el Colegio Militar y estuvo tres días secuestrado.
“El padre de mis hijas empezó el servicio militar en julio del 75. Estábamos casados. En agosto del 76 se lo llevaron de mi casa, en Caseros. Y cuando fui al Colegio Militar a preguntar dónde estaba, me atendió Bignone y me dijo que no sabía. Que en las planillas no figuraba ni como que haya entrado ni salido del Colegio”, sostuvo.
LA TOMA DEL HOSPITAL POSADAS
Entre otro de los hechos más recordados de Bignone, fue su participación en la ocupación del hospital Posadas porque consideraba que funcionaba como centro sanitario de los guerrilleros heridos.
Bignone fue condenado en marzo de 2016 a cadena perpetua por crímenes de lesa humanidad.
Bignone, entonces delegado de la Juntar Militar en el Ministerio de Bienestar Social, fue el encargado de ocupar el hospital. Allí llegó con helicópteros y tanques. En sus instalaciones montó el centro clandestino de detención apodado El Chalet. Un cuerpo militar bautizado SWAT lo custodiaba. Otros dos exmilitares fueron condenados por los crímenes cometidos en el hospital: Luis Muiña, a 13 años de prisión, e Hipólito Mariani, a ocho años.
Después de su paso por el hospital Posadas, Bignone dirigió una área de uno de los principales centros clandestinos de detención, el del regimiento de Campo de Mayo, también en los suburbios bonaerenses. Por los crímenes cometidos allí recibió su primera condena, en 2010, a 25 años de cárcel.
Bignone negoció la transición a la democracia tras firmar una Ley de Amnistía, que fue anulada más tarde, y ordenó la destrucción de toda la documentación sobre detenciones, torturas y asesinatos de desaparecidos.
En abril de 2016 sufrió el segundo fallo en contra: un tribunal del municipio de San Martín, en la zona noroeste del Gran Buenos Aires, lo sentenció a prisión perpetua por otros crímenes de lesa humanidad.