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Política

Tragedia de Once: en lugar de arreglar trenes, TBA pagaba joyas, recitales y más lujos

Nuevas pericias contables sobre la firma de los Cirigliano desnudaron el gasto indiscriminado de fondos que deberían haber sido destinados al mantenimiento de los ferrocarriles.

14 Septiembre de 2015 13:15
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Joyas, pago a periodistas y hasta una entrada para ir a ver a Roger Waters. Los lujos que la familia Cirigliano pagó con fondos de la empresa Trenes de Buenos Aires (TBA) que debían ser destinados al mantenimiento de los formaciones. 

Es dinero proveniente del conglomerado de transporte que explotaba el ferrocarril Sarmiento, donde el 22 de febrero de 2012 se produjo la tragedia de Once que dejó un saldo de 51 muertos y más de 700 heridos. Los particulares gastos de la familia Cirigliano.

La tragedia de Once dejó un salgo de 51 y 700 heridos. Los formaciones estaban en muy mal estado. 

Tras la tragedia de Once, el juez Claudio Bonadio investigó no sólo cómo sucedió el trágico choque, sino también el modo en que TBA utilizó los $ 3.517 millones recibidos en subsidios del Estado entre 2000 y 2012. Y allí encontró curiosos gastos. Todos ellos amparados bajo la gestión de los ex secretarios de Transporte, Ricardo Jaime y Juan Pablo Schiavi.

Justicia. La familia de las víctimas exigen prisión para los responsables de la tragedia. 

Según pericias contables de TBA y COMETRANS, firma de los Cirigliano, se pagaron un $ 1,5 millones en honorarios a periodistas y medios en pautas pero sin aire. Se cree fueron utilizados para apaciguar la lluvia de críticas por el deplorable estado de los ferrocarriles en el país.

Aunque habría más gastos increíbles. El día anterior al choque que dejó un saldo de 51 muertos, TBA gastó US$ 6.000 en joyas. Además, también se encontró un muy particular gasto vinculado a la música: entradas para ir a ver a Roger Waters.

Los Cirigliano utilizaron dinero de TBA para comprar entradas del concierto de Roger Waters.

Por último, se desprende del análisis que TBA le pagó una obra social privada a la hija de Cirigliano, que nunca trabajó en la empresa. A su vez, la pericia dejó al desnudo otro gasto polémico: facturas de la tienda de  vinos Winnery, de la cual se cree se habrían adquirido champagne de reconocidas marcas.  

Familia cercana al poder 

Los hermanos Mario y Claudio Cirigliano construyeron uno de los grupos empresariales más poderosos del país. Propietarios del Grupo Plaza, que integra, a su vez, Cometrans, comenzaron a forjar su fortuna en los '90 y se reafirmaron con la llega del kirchnerismo al poder, en 2003.

Otros tiempos. Claudio Cirigliano, uno de los empresarios más poderosos del país. 

El Grupo Plaza comenzó a pulir su fortuna a fuerza de subsidios estatales y lazos estratégicos con el poder político de turno.

Además de esta firma, la familia Cirigliano posee la empresa Tecnología Avanzada en Transporte (TATSA), dedicada a la fabricación de colectivos; y Sistemas Integrados de Gestión (SIG) que brinda soluciones orientadas a nuevas tecnologías aplicadas al transporte, entre otros.

El otro Cirigliano. La familia cosechó fuertes vínculos con el kirchnerismo.  

Corporate Corp SA se especializa en tecnología. En 2010, a la compañía le adjudicaron la provisión de 250.000 netbooks escolares para el plan Conectar Igualdad. La firma también consiguió una parte de la distribución de decodificadores en la televisión digital terrestre.

La última licitación obtenida fue a mediados de 2014 para el equipamiento tecnológico del Centro Cultural Néstor Kirchner, en el edificio del Correo Central, por la que sumó contratos por $ 438 millones. Según publicó el Boletín Oficial, en su Decisión Administrativa 443/2015, el ministerio de Planificación Federal, a cargo de Julio de Vido, adjudicó esa licitación a los hermanos empresarios.

La firma tiene 15 años en el rubro, y ha sabido hacerse de varias licitaciones del Gobierno nacional. En el ámbito de la ciudad, se encarga de la provisión e instalación de conectividad Wi Fi para la totalidad de la red de subtes.