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Traición, rebeliones y otros secretos del traspié de Cambiemos en Diputados

Massa sufrió una rebelión en el bloque que lo obligó a votar con el kirchnerismo. Stolbizer afirmó que el proyecto del gobierno era "volver al Estado bobo de los noventa" y también influyó sobre los renovadores. Monzó quedó tan shokeado que no advirtió que la votación daba empate.

27 Octubre de 2016 16:25
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El fracaso en la votación del Proyecto de Participación Pública Privada ayer en Diputados fue un traspié inesperado para el gobierno nacional y todos los reproches del gobierno fueron destinados a Sergio Massa, el rey del "opoficialismo". 

Con Elisa Carrió en el rol la más crítica opositora, Cambiemos necesita hoy como el agua el respaldo del Frente Renovador y el Bloque Justicialista.

Massa había acordado el respaldo a la ley a través de dos de sus espadas predilectas: Graciela Camaño y Marco Lavagna, que fue el encargado de trabajar durante varias semanas en la modificación del proyecto original del Poder Ejecutivo. 

Lavagna y Laspina trabajaron en el proyecto. El Frente Renovador iba a apoyar. 

El hijo del ex ministro de Economía se reunió con el presidente de la Comisión de Presupuesto, Luciano Laspina, y con el jefe del Bloque Justicialista, Diego Bossio, para negociar durante la madrugada del miércoles las modificaciones a una ley que otorgaba grandes beneficios a las empresas concesionarias de la obra pública. 

Massa se había comprometido a apoyar y era el dueño de la llave que abría a una victoria legislativa de Cambiemos, que hubiera servido para reponerse de la frustración que le provoco Carrió cuando rechazó el proyecto para acortar el mandato de Alejandra Gils Carbó en la Procuración.

Pero el ex jefe de Gabinete de Cristina Kirchner enfrentó una rebelión dentro del bloque que lo obligó a votar con el Frente para la Victoria para evitar que la bancada se parta a la hora de aprobar la ley.

El kirchnerista Abel Furlán pidió votar una moción de orden y cambió el escenario por completo. En lugar de aprobar la ley de Cambiemos se votó para que el proyecto vuelva a comisión para ser modificado nuevamente.

Facundo Moyano con Bregman, del FIT, y Grosso, del Evita. Camaño, lejos, no lo mira.

Felipe Solá, José Ignacio De Mendiguren, Héctor Daer, Facundo Moyano, y los diputados camioneros Jorge Taboada (Chubut) y Florencia Peñaloza (de San Juan) se negaron a acompañar el proyecto del oficialismo. Le aclararon que no iban a votar una iniciativa que le ofrecía a los privados indexar, reincidir e incluso litigar contra Argentina en los tribunales de Nueva York.        

El primer alerta fue el encuentro que De Mendiguren y Daer organizaron el lunes en el Congreso con la CGT para expresar su rechazo a la ley de Cambiemos.

Uno de los diputados que participaron del encuentro se lo dijo a Massa.

- Es una locura aprobar eso, es un papelón, parece una ley de los noventa.

Es una locura aprobar eso, es un papelón, parece una ley de los noventa

El ex intendente de Tigre amenazó con hacer valer la disciplina partidaria pero finalmente desistió.

En la reunión de bloque otro de los que se opuso fue Solá. 

- Si votamos esta ley, quedamos a la derecha de Carrió, dijo.

- Para decir que No a una ley hay que trabajar en la ley. No esperar que otros trabajen y después decir que no, respondió Camaño.

Los cortocircuitos en el Frente Renovador le dieron la victoria al kirchnerismo.

El triunfo del FPV y el resto de la oposición fue ajustado (107 a 105) y contó con el apoyo involuntario del oficialista radical Hugo Marcucci, que se equivocó al votar. Emilio Monzó, el presidente de la Cámara de Diputados, estaba tan shockeado por la derrota y la sorpresa que no advirtió que Marcucci le pedí votar nuevamente.

De la mano de Héctor Recalde y Axel Kicillof, el kirchnerismo se alzó con una victoria impensada, más aún cuando había acompañado el proyecto del gobierno en la Cámara de Senadores. 

No es la primera vez que Massa afronta aires de rebeldía en su propio bloque. Sucedió con la ley antidespidos, donde la posición del subloque sindical se diferenciaba claramente de la del candidato.  El líder del Frente Renovador incluye diputados que sintonizan con el peronismo opositor que sobrevivió al kirchnerismo: podrían incluso confluir en el mediano plazo.                    

Los kirchneristas Recalde y Teresa García con el macrista Massot.

Pero no sólo el kirchnerismo y el massismo duro rechazaron la ley del gobierno. También lo hizo Margarita Stolbizer, la principal aliada de Massa de cara al año electoral que se avecina.

La jefa del GEN fue una de las más críticas a la hora de intervenir en el recinto. "Estamos abriendo una puerta que da amplísimas facultades al Poder Ejecutivo para eludir todas las normas de contratación. Esto reedita el Estado bobo que conocimos en la década del 90 y que fue funcional para que algunos pocos se hicieran de las ganancias que los otros -a veces en condiciones de explotación? estaban produciendo", dijo.

Festejo kirchnerista en Diputados. En el Senado, habían apoyado la misma ley.

La aliada de Massa consideró que el proyecto incluye un privilegio de excepcionalidad para los grandes grupos económicos se van a presentar para realizar estas obras. "Ellos sí van a poder actualizar o indexar sus precios", afirmó.       

Antes de bajar, Stolbizer le envió un mensaje al líder del FR para decirle que no se podía votar esa ley.

                               

Bajo la batuta de Graciela Camaño, los renovadores habían comprometido su apoyo a las dos leyes que quería el macrismo está semana: la cabeza de Gils Carbó y el proyecto de participación público privada en obra pública. No pudieron acompañara en ninguna de las dos.

            

En busca de salvar la votación, Luciano Laspina envió un último borrador en medio de la sesión para que apruebe la oposición. La última versión del proyecto ingresó a la Cámara a las 15.30, pero ya no había tiempo para nada.                      

Una escena hasta hace poco impensada se concretaba: el kirchnerismo festejando haberle doblado el brazo al gobierno y Monzó, el presidente de la Cámara de Diputados, reprochándole a su amigo Massa que -a último momento- había  voto en contra del gobierno y lo había traicionado.

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