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Política

Tramo final de la renegociación de la deuda: cinco puntos para entender el plan con el que se busca salir del default

Ayer los bonistas se agruparon nuevamente e hicieron una contraoferta. Los detalles de los pasos que siguen en la negociación.

21 Julio de 2020 12:28
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Ayer por la tarde, tres de los principales tenedores de los bonos que Argentina busca renegociar hicieron público su rechazó a la oferta que realizó el ministro de Economía, Martín Guzmán, e instaron a que continúen las negociaciones. Con este escenario, el Gobierno, según fuentes del ámbito privado, conseguiría una adhesión del 40% de la totalidad de la deuda, lo que haría que el país siga en default.

¿Qué es lo que sucedió ayer? Después de varios meses de negociación, Guzmán, por pedido explícito del presidente Alberto Fernández, corrió los márgenes y ofreció un canje en promedio de USD 53 por cada USD 100. Un dato a tener en cuenta es que esos mismos bonos hoy en día, tienen un valor entre USD 30 y USD 40 por lo que, al canjearlos, los tenedores de por sí ya ganan dinero.

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Sin embargo, los tres comites que ayer rechazaron la oferta solicitan que se pague, en promedio, USD 56 por cada USD 100. Esos USD 3 de diferencia representan unos USD 2.000 extra en total. ¿Cómo sigue entonces la negociación? En principio, “la pelota quedó en la cancha del Gobierno”, según consignó uno de los voceros de uno de esos fondos de inversión. 

Si bien tanto Guzmán, como Fernández, realizaron fuertes declaraciones ni bien se conoció la noticia ayer, una de las claves que escucharán con especial atención los bonistas será el mensaje que mande el jefe de Estado en su discurso hoy en el Council of The Americas. Es que ayer afirmó: "Es imposible que nos podamos mover de esta oferta que hicimos porque es un esfuerzo muy grande, eso también lo tienen que saber todos, es un esfuerzo que nos pone al limite. No queremos hacer una oferta que ponga en riesgo a los sectores más vulnerables, Argentina necesita sacar de la pobreza a un numero muy importante de argentinos y no lo puede seguir exigiendo a esos argentinos más esfuerzos. La deuda debe ser sostenible, la podemos pagar en el tiempo y no a costa de sectores vulnerables”.

Por su parte, Guzmán dijo: “Aceptar lo que piden algunos acreedores significaría someter a la sociedad argentina a más angustia, implicaría por ejemplo ajustar jubilaciones, y no lo vamos a hacer. Seguimos esperando que prime la buena fe por parte de los acreedores. Consideramos que la mayoría de nuestros acreedores va a aceptar la oferta”.

Por fuera de la señal política que de hoy el Presidente, diversos analistas consideran que es viable la posibilidad de alcanzar un acuerdo, en caso de mantenerse el diálogo con el Gobierno. La expectativa no sólo se sustenta en la cercanía efectiva entre las ofertas, sino también en el impacto que podría ocasionarle a la Argentina la continuidad de un default.

“Está para cerrarlo, con una nueva oferta coordinada y consensuada. Los acreedores hasta dieron una salida diplomática al tema legal. La diferencia es mínima y estamos, en promedio y teniendo en cuenta los últimos 30 años de reestructuraciones, en la zona que siempre se vió como de acuerdo”, afirmó el economista de la consultora Ledesma, Gabriel Caamaño

“Esas declaraciones no tienen sentido económico, ni en la negociación con todo lo que pasó hasta acá. Esto está para cerrarlo. Insistir con la oferta del Gobierno tiene riesgos que no se justifican desde ahí, creo que son más políticas. O, sinceramente, espero que así lo sean y no seguir alargando algo porque sí”, agregó.

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¿Por qué entonces es importante que se llegue a un acuerdo? Junto con la necesidad de ordenar, desde el punto financiero, las cuentas públicas; también se esgrime la posibilidad de que el país pueda salir a colocar bonos en el mercado, cuya repercusión también afectará la capacidad de las provincias y empresas de hacerlo.

Tal y como cuando uno necesita recurrir a un crédito hipotecario para poder comprar una casa o a un préstamo para poder montar un negocio, las empresas y provincias lo hacen para inversiones de capital, expansiones y demás. Si el país no arregla su situación con la deuda, conseguir financiamiento externo se hace más restrictivo y por ende se convierte en más caro. El paralelismo con la economía casera es claro: si el banco cree que tenés pocas chances de poder cumplir con un crédito, lo más probable es que la tasa de interés sea más elevada y, por ende, la línea de crédito se torne más costosa.

Después está el impacto político puertas afuera y hacia adentro. De concretarse el acuerdo, desde la Casa Rosada procurarían "venderlo" como una negociación exitosa porque se dejarán de pagar, de proponer una nueva oferta de acuerdo a lo que piden los bonistas, USD 44 por cada USD 100.

Desde principio de año, los bonistas dejaron trascender que en su mayoría estaban de acuerdo con una oferta que rondará los USD 60 en promedio y en algunos casos (los menos) USD 70. En ese momento, de acuerdo a fuentes del ministerio, la estrategia de renegociación de deuda de Guzmán buscó marcar un piso "bajo", para evitar que los bonistas eleven su reclamo inicial en el transcurso de las negociaciones.

La oferta inicial de Guzmán, que tuvo una adhesión menos al 15%, fue de USD 39. Mientras que, siempre y cuando se cierre en USD 56 el canje, los bonistas habrán planteado una reducción de USD 4 desde su oferta inicial, Guzmán se habrá extendido USD 27 de lo que había ofrecido en abril.