La disputa por la presencialidad de las clases en el AMBA no solamente dividió las aguas, nuevamente, entre el presidente Alberto Fernández y el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta. El tironeo en el medio de la pandemia del coronavirus (Covid-19) por los respectivos fallos judiciales fue la parte final del deterioro de la relación entre ambos funcionarios.
Pero toda la situación tuvo un efecto colateral. Ambos lograron, al menos por ahora, hacer que sus respectivos espacios políticos cierren filas detrás de ellos; algo que intentaron desde el 10 de diciembre del 2019.
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En la Casa Rosada, desde el lunes por la mañana, una frase recorría de forma incesante los pasillos: “Ellos son Macri, no nos podemos pelear”. La buena sintonía con Rodríguez Larreta que tanto le criticaron al presidente empezó a ser olvidada. Y la situación con las clases cerró ese capítulo.
La prueba de eso es que comenzaron a llegar mensajes de apoyo de dirigentes del núcleo duro del kirchnerismo, remarcando la intransigencia de la Casa Rosada, con los pedidos de la Ciudad. Tal y como contó BigBang, Fernández había mantenido una serie de charlas con el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, antes de decidir la suspensión de las clases presenciales.
Es por eso que, también a modo de darle su apoyo, el propio Kicillof dio una conferencia de prensa primero y varias declaraciones los días siguientes remarcando que estaba totalmente de acuerdo con las medidas que tomó el presidente.
Ese apoyo no se hizo extensivo solamente a la figura presidencial. Los dos ministros que habían quedado offside la semana pasada por las nuevas restricciones también recibieron sendas muestras de apoyo. El caso del titular de la cartera de Educación, Nicolás Trotta, es el más simbólico.
Desde hace meses que es el blanco de varias de las críticas del sector mas duro del Gobierno que no estaba del todo de acuerdo con mantener las clases presenciales y pretendía que sigan de forma virtuales ante la situación sanitaria. Además le endilgaban haber quedado detrás de las posturas del jefe de Gobierno, que exigía que regresen las clases de forma presencial e incluso antes de lo que se había pactado como inicio del ciclo lectivo.
La ministra de Salud, Carla Vizzotti, también había quedado en el centro de la escena en las últimas semanas. Incluso cuando el mismo miércoles le manifestó a sus pares que las clases se mantendrían y que había un problema grave con la provisión de vacunas. Tras ese episodio, ella recibió la protección del ala que responde a la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner.
En la verdad de enfrente, en Juntos por el Cambio, se dio un escenario parecido. Desde el ex presidente Mauricio Macri hasta la presidenta del PRO, Patricia Bullrich, pasando por los miembros de la Unión Cívica Radical y los sectores del peronismo disidente festejaron la dureza del alcalde porteño con respecto a las clases presenciales.
E incluso celebraron el “palito” sobre el operativo de vacunación y las dudas sobre los vacunados VIP. “Fernández nos está haciendo la campaña, hay que poner foco en que la gestión no se desmadre”, remarcan cerca de Rodríguez Larreta. Uno de los puntos en los que se empezó a sentir esto es el destino de 60 respiradores que le pidió a Nación, luego de que le prestó 50 unidades al sistema privado. Cuestiones en las que todavía Rodríguez Larreta no dio muchas más precisiones por fuera de la conferencia del ministro de Salud, Fernán Quirós.
El punto neurálgico de la situación con la pelea con Nación es que, por primera vez desde que empezó la pandemia, considera que Bullrich está controlada o neutralizada en lo que es el armado de cara a las elecciones. En sus planes, la ex ministra de Seguridad aparece como la mejor opción para contener el voto liberal que puede ir a la opción que encabeza José Luis Espert.
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Con ese objetivo en puerta, Rodríguez Larreta quiere empezar a darle un definición a uno de los enigmas electorales: si la ex gobernadora de la provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal, será candidata o no.
Un dato no menor, en su reciente raid mediático en el que procuró mostrarse presidenciable, mantuvo varias palabras de elogio para con Vidal en lo que interpretaron como una invitación para que decida ser candidata nuevamente.