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Tras Pichetto, adiós "apertura": Peña controló la lapicera y lo sufrieron Monzó y Frigerio

Los dos referentes del "aperturismo" dentro del Gobierno resultaron los grandes heridos en el cierre de listas.

por Gonzalo Prado

23 Junio de 2019 00:10
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La tan anunciada apertura al peronismo por parte de la Casa Rosada duró menos que las aspiraciones de Lionel Scaloni de seguir como el DT de la Selección Argentina. El cierre de listas nacionales y provinciales en los diferentes distritos del país dejó en claro que la lapicera sigue en el poder del jefe de Gabinete, Marcos Peña, quien fiel a su estilo esgrimió una nueva embestida, quizás la final, contra “el aperturismo” del oficialismo hacia el peronismo.

“Duró menos de una semana”, sostiene en los pasillos de la Casa Rosada de cara al cierre de listas que, después de mucho tiempo, tienen al PRO con pocos lugares para repartir entre sus dirigentes. Peña digitó desde su oficina de Balcarce 50 quiénes iban a ser los candidatos de Juntos por el Cambio. No se metió en la provincia de Buenos Aires, ni en la Ciudad, ya que ahí los liderazgos fuertes de la mandataria provincial, María Eugenia Vidal, y del jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, se hicieron sentir.

En el resto de los distritos fue la voz final. Si bien cerró la ventana para la apertura, sí aceptó algunas recomendaciones que le había realizado el candidato a vicepresidente, el senador Miguel Ángel Pichetto, de rever la decisión de repetir candidatos en las provincias. Entre las dos principales víctimas del nuevo cerrojo se encuentran el presidente de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó, y el ministro de Interior, Obra Pública y Vivienda, Rogelio Frigerio, que recibieron algunos reveses de cara al cierre de listas.

Monzó vio como todos sus soldados bonaerenses se quedaban sin lugares en las listas. Según publicó el diario Perfil, la charla en la que Vidal le comunicó al titular de Diputados la decisión de no dejarle lugar en las listas provinciales fue corta pero muy tensa. Sucedió el viernes en las oficinas del museo ferroviario.

Monzó se dio cuenta de que sus días estaban contados. Un día antes, quizás pidiendo un gesto sobre el tema, Vidal y el presidente Mauricio Macri tuvieron una muy tensa charla telefónica de la que, por ahora, se sabe poco y nada. “Fue muy fuerte, pero todavía no compartieron nada de lo que hablaron”, le dijo a BigBang uno de los que estuvo al tanto de los cruces.

¿Es definitiva la salida de Monzó? Por estas horas se encuentra con sus colaboradores más estrechos para terminar de definir lo que sucederá. Es que además de lo que sucedió con Vidal, Peña también se encargó de mandar mensajes dejando fuera de competencia a los predilectos del jefe del bloque de Unión PRO, Nicolás Massot, en Córdoba.

“Espero que podamos mejorar la relación entre María Eugenia y Emilio hacia adelante. Eso me gustaría”, agregó uno de los miembros del círculo íntimo de Vidal que se sinceró y admitió un posible reencuentro si Monzó finalmente acepta trabajar como armador para Rodríguez Larreta.

La relación con Frigerio

Si bien históricamente no fue un hombre de pedir lugares, después de su labor en la cartera de Interior, Frigerio esperaba poder tener algún tipo de injerencia en el cierre de listas. Pero no sólo no consiguió eso, sino que además algunos de sus colaboradores más estrechos  se vieron impedidos de poder tener un lugar en las listas.

“Un concejal en Chaco, eso moja Rogelio”, dijo de forma irónica uno de los colaboradores del ministro que mantuvo una serie de encuentros con Monzó entre ayer y hoy.

Uno de los primeros en plantear la necesidad de abrir el viejo Cambiemos, Frigerio, siempre fue muy crítico de cómo se iba a gobernar ante una eventual victoria de Macri en octubre, ya que el tándem, entre Monzó y él no iba a ser suficiente.

Ahora habrá que ver cómo termina la novela para el ministro más político de Macri. Si ve que el panorama del cierre de listas se extiende a la apertura para la gobernabilidad, podría llegar a cumplir su promesa de irse como representante del país ante el BID; pero si se cambian algunas cuestiones vería con buenos ojos continuar.

 

Larreta también tuvo lo suyo

“Revolución, tristeza y bronca en los históricos militantes del PRO con el cierre y la entrega partidaria a la oposición que siempre nos hizo la guerra. Mirá los 10 primeros lugares de la lista a legisladores y eso habla por sí solo”. De esa forma, uno de los históricos dirigentes del PRO porteño se refirió al cierre de listas con el cual Rodríguez Larreta materializó su alianza con la Unión Cívica Radical, la Coalición Cívica, Confianza Pública y el Socialismo.

El frente, que le podría permitir ganar en primera vuelta, genera una duda en los dirigentes porteños del macrismo: ¿hasta qué punto acompañarán las leyes molestas en la Legislatura?

Una de ellas puede llegar a verse dentro de poco. Es que la concesión del Casino Flotante vence en noviembre. Desde 2017 la Ciudad dispone de la totalidad de los ingresos por la industria del juego en la Ciudad; entre el barco y el Hipódromo podrían generar casi el 2% de los ingresos. La decisión de extender el funcionamiento del Casino sin estatizarlo podría ser la primera prueba en la que el alcalde porteño le pida a sus socios colaboración.

Ahí se verá qué parte del PRO tenía razón.

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