25 Mayo de 2015 09:45
Cristina Kirchner preparó su último 25 de Mayo en el poder con toda la pompa que el kirchnerismo suele poner en marcha cuando se trata de celebraciones para quedar en el inconsciente colectivo. Fueron seis días, desde el miércoles 20 hasta hoy, en los que la Presidenta y la gestión fueron protagonistas absolutos. Esta tarde, cuando caiga la noche, subirá al monumental escenario, montado en la Plaza de Mayo y utilizando la Casa Rosada como pantalla para proyectar imágenes y un sutil show de luces, para pronunciar un fuerte discurso donde repasará los hitos de los 12 años del kirchnerismo en el poder.
Un saludo a la distancia para la gente que la aguardó ayer, en las afueras del Museo Histórico Nacional.
La Plaza estará colmada de militantes trasladados desde la periferia de las barriadas del conurbano, que le asegurarán el impresionante marco que el comienzo de la despedida requiere. También habrá niños, familias y ciudadanos espontáneos que no querrán perderse las palabras, y el habitual baile de la Presidenta, y ninguno de los show musicales preparados especialmente para la ocasión. Desde el escenario, además del repaso de lo hecho, Cristina le hablará a la multitud sobre el futuro, sobre lo que viene cuando ella ya no esté en la Casa Rosada y reforzará aquellos hechos que deberán perdurar, gobierne quien gobierne, ya que en algunos temas, dirá, no habrá marcha atrás.
En el tedeum de Luján se mostró de buen humor y elegante: tapado celeste que combinó con un pañuelo de seda blanco.
Su último 25 de Mayo comenzó en la Basílica de Luján, donde la Presidenta recibió el saludo protocolar de las delegaciones extranjeras con representación en el país. Antes se tomó su tiempo para recorrer, acompañada por Monseñor Agustín Radrizzani la remodelación de uno de los templos máximos de la Argentina, que corrió por cuenta del su gobierno.
La Presidenta mira fijo a la cámara y le sonríe. Fue este mediodía en la Basílica de Luján.
También participó del tedeum acompañada del vicepresidente Amado Boudou y todo su Gabinete. A su arribo la aguardaba en la Basílica, el gobernador bonaerense Daniel Scioli. En la ceremonia, Radrizzani llamó a encarar esta "nueva etapa" de la patria y "cultivar la convivencia en todos los argentinos, solidaridad, mayor justicia social y participación de todos en los proyectos comunes" y alentó a promover iniciativas "más amplias y generosas" en favor de lo más humildes.
Además, agradeció a Néstor y Cristina Kirchner por los cambios "en nuestro querido santuario, que luce como en los momentos de su inauguración". Luego, leyó unas palabras del Papa Francisco instando al "diálogo".
Al salir del templo se tomó un largo rato para saludar a la multitud que la aguardaba debajo de la explanada, en la calle. Recogió obsequios, saludó con una sonrisa y un beso y se tomó varias selfies con la gente.
La Presidenta le hace la veña, el típico saludo militar, a un niño disfrazado de Granadero.
Ayer, domingo 24, se codeo con la historia al decidir trasladar el sable corvo del General José de San Martín, desde el Regimiento de Granaderos, en Palermo, hasta el Museo Histórico Nacional, en el Parque Lezama, donde ella lo recibió.
El sable corvo. Cristina deposita el arma del Libertador en una urna dispuesta especialmente.
El jueves inauguró la polémica obra del restaurado Palacio de Correos, y lo renombró como Centro Cultural Néstor Kirchner.
?El miércoles en la ex ESMA otra inauguración. Esta vez se trató del Sitio de la Memoria, en lo que fuera el Casino de Oficiales y Centro Clandestino de Detención durante la última dictadura.
Bajo la lluvia. Cristina debió hablar en la ex ESMA debajo de un fuerte chaparrón. Su nieto la miraba de cerca.
Allí también la acompañó todo el gabinete de ministros, pero el protagonismo absoluto de lo robó su nieto, Néstor Iván, que siguió toda la ceremonia en brazos de su madre, Rocío García, que estuvo al lado de Máximo Kirchner, su pareja. Se prevé que el niño, podría ser unos de los protagonistas de la tarde-noche de hoy.
Néstor Iván, el nieto de la Presidenta,en brazos de su madre Rocío García. A su izquierda Máximo Kirchner, su padre.
También firmó el decreto para la creación de Ferrocarriles Argentinos Sociedad del Estado, en la estación Retiro, en un acto donde tuvo a su lado al precandidato presidencial y ministro del Interior y Transporte, Florencio Randazzo. La reforma del sistema ferroviario fue uno de los objetivos de su gestión tras la Masacre de Once, en febrero de 2012, donde murieron 52 personas.
En Retiro, flanqueada por el jefe de Gabinete, el ministro de Interior y Transporte y el Secretario General.