Desde el 16 de febrero, día en que se conoció la novedad, poco y nada se pudo saber sobre el extraño hallazgo: el cadáver calcinado de una mujer frente al edificio de Puerto Madero en el que vivió el fiscal Alberto Nisman. Un NN, hasta el momento.
En sintonía con los vaivenes de la investigación, que desde hace más de 8 meses intenta determinar si a Nisman lo mataron, lo “suicidaron” o se suicidó, la causa por la que se determina saber quién era la mujer que apareció calcinada un mes después de la muerte del fiscal, frente a las Torres Le Parc, en Puerto Madero, marcha al mismo ritmo.
En esta subestación de Edesur había aparecido el cuerpo totalmente calcinado.
El periodista Jorge Asís, a través de tuits (@CayetanoAsis) y con notas publicadas en su página (www.JorgeAsísDigital.com), fue el único que señaló que podría haber una segunda persona muerta en ese departamento: “no había sólo un muerto en el bulo de Le Parc”. Y agregó que sería “una muerta” la que aparecería convertida en carbón. 25 días después”. Es lo que ocurrió el 16 de febrero.
Uno de los tuirs anticipatorios del periodista.
Hace pocos días, el día 19 de setiembre, desde su misma cuenta tuiter, el periodista escribió: “La calcinada de Puerto Madero. A.R. ¿son las iniciales de su identidad? Ampliaremos”.
Según trascendió en las últimas horas, a través de su cuenta de tuiter, la doctora en derecho, Gabriela Alonso, reveló que el cuerpo que apareció calcinado aquél 16 de febrero a metros de la subestación eléctrica situado en el predio de Avenida de los Italianos y Parque Lynch -frente a Le Parc-, pertenecería a Alejandra Beatriz Ravenna, de 41 años, aparentemente soltera.
Este sería el cuerpo tal como apareció en la madrugada del 16 de febrero de este año.
Esta mujer era socia con su hermana, Vanesa Laura Ravenna, de 39 años, en la firma SEDEMI SRL, una sociedad que tiene actividades que, a la vista de los investigadores, podrían estar relacionadas con las tareas que el único imputado en la Causa Nisman, y la última persona que lo vió con vida además de facilitarle el arma con la que lo mataron o se mató, Diego Lagomarsino.
La firma SEDEMI se dedica a “servicios de microfilmación y digitalización de documentos, guarda y custodia de documentos de terceros”. La misma actividad que Lagomarsino desarrollaba para el fiscal.
Otro de los documentos que trascendieron: La empresa de Vanesa Ravenna y su hermana.
Hubo un testigo de la aparición del cuerpo calcinado: un vecino advirtió a la Policía y ésta a su vez dio aviso al SAME. Por esos días el titular del servicio de emergencia sentenció que el deceso se produjo por una electrocución. Sin embargo la empresa EDESUR, a quien le pertenece la subestación, negó que se haya producido por una falla eléctrica.
Uniformados en el departamento del ex fiscal, en las torres Le Parc, en una de las tantas inspecciones oculares.
Los policías de la Comisaría 22 que intervino en el sospechoso suceso determinó que a metros de ésta se halló un bidón que presuntamente habría contenido nafta.
En un comunicado el 13 de este mes, la fiscal Bugeiro, quien está a cargo de la investigación del hecho, indicó que tras “los resultados de la autopsia practicada por el Cuerpo Médico Forense y el estudio realizado por el Equipo de Antropología Forense se concluyó que el cuerpo correspondía a una mujer de entre 40 y 50 años y que su altura era de entre 1,52 a 1,60 metros.
Una de las tantas fotos que trascendieron del fiscal junto a sus amigas de la noche.
Hasta ahí, lo que se sabe. Sin embargo, a partir de ahora quizá se abra otra página sobre la posible vinculación del cuerpo de quien supuestamente sería Alejandra Ravenna, Diego Lagomarsino y Alberto Nisman.