" type="video/youtube">
Operación Flipper
La zona de Santa Fe, donde se busca a los tres condenados que se fugaron hace 12 días del Penal de General Alvear, en la provincia de Buenos Aires, es un territorio donde tienen refugios, casualmente, otros personajes sospechados (algunos detenidos en megaoperativos e investigados por la Justicia), vinculados al narcotráfico y a la efedrina.
Coronda está situada a poca distancia en kilómetros del territorio donde se alojaron los fugados, en un galpón abandonado cercano a Matilde. Esa mansión en Coronda fue allanada hoy en el marco de la captura de los prófugos. El otro punto es Funes, pegado a Rosario y muy cercano también a Coronda. Las localidades están atravesadas por la Ruta 11 y 19, las elegidas para el transporte narco desde el norte del país. Son los mismos caminos que habrían recorrido los hermanos Martín y Cristian Lanatta y Víctor Schillaci. Demasiadas coincidencias: Triple Crimen de Rodríguez, fugados condenados por esa causa recorriendo en las rutas del interior santafesino y dos familias, una muy cercana geográficamente a la otra, vinculadas al narco y la Efedrina. Y también muy cerca del radio de acción de los fugados. ¿Es pura coincidencia?
Coronda, Funes, cerca de Rosario y las zonas de las Colonias, por donde anduvieron los prófugos de la cárcel de Alvear. Puntos cercanos y con la Efedrina como nexo.
Los Zacarías
Si la ruta de Los Zacarías y la SEDRONAR, que sigue la jueza María Romilda Servini de Cubría, llega a conectar a los hermanos, que trabajaron durante 12 años al lado del matrimonio Kirchner y ocupando lugares clave en el poder, con el Triple Crimen de General Rodríguez, el asunto se pone por demás denso. Quizá por eso, o por que se buscan conexiones precisas entre los fugados y el Clan Zacarías, es que hoy allanaron la mansión de los Zacarías en Coronda. Para llegar a esta conclusión hay que hurgar un poco en quienes eran y que hacían los hermanos que integran el Clan Zacarías.
Quien es quién en el Clan que trabajó con Néstor y Cristina, según la infografía de Clarín.
Rubén, ex jefe de Protocolo y Ceremonial de Presidencia de la Nación, es dueño de tres terrenos en Santa Fe y al menos cinco vehículos que habría adquirido entre 2005 y mayo de 2012. Dos de ellos serían ambulancias para la empresa Emerger, otro negocio de los hermanos que está vinculado al PAMI. El resto del patrimonio es una incógnita ya que “El Petiso”, como lo conocían en la privada de la Presidencia, no habría presentado su declaración jurada.
Rubén Zacarías fue la sombra de Néstor y Cristina en el área de Ceremonial. Se fue cuando estalló el escándalo de la empresas de ambulancias que prestan servicio en los aeropuertos del país.
Luis Zacarías, que trabajó en la privada de la Presidenta, tiene un departamento de 96 metros cuadrados en Godoy Cruz y Paraguay, donde el metro cuadrado supera los 2.000 mil dólares. Y un Peugeot 307 Premium. Luis Zacarías ingresó a Presidencia en 1991, pero siempre mantuvo un pie en Coronda, donde suele viajar los fines de semana. Antes del final del kirchnerismo dejó de frecuentar su trabajo.
Miguel, Luis y Rubén, todos cercanos al poder.
El más humilde de los cuatro Zacarías es Miguel, el ex secretario de Granero en la SEDRONAR, el lugar que autorizaba las misteriosas toneladas de Efedrina que se importaban desde Asia. No declara propiedades ni autos, aunque vivía en un lujoso departamento de Puerto Madero, inalcanzable para un sueldo de $2.900, según consta en registros oficiales de julio de 2011.
Todos los Zacarías, incluyendo al padre y a una de las mujeres, en una reunión familiar en Mercedes.
La mansión de Luis Zacarías en Coronda está ubicada en la calle Roca, sin número y tiene una vista privilegiada del Río Coronda.
El cuarto hermano, Máximo, es el único que presentó su declaración jurada en 2013: declaró apenas 25 mil pesos. Pero tiene una casa y una ambulancia por la cual es investigado dentro del PAMI.
Máximo trabajaba en el PAMI, pero tenía mucha llegada a ministros del poder K.
Según tasadores de la zona de Coronda, el “rancho” de los Zacarías tendría un valor deUS$ 2 millones. Los prófugos del penal, están o estuvieron muy cerca de ese lugar.
La historia de los Zacarías y la SEDRONAR es un tanto más compleja. Ramón “Bochi” Granero, el odontólogo de Néstor Kirchner, se convirtió en su titular allá por el 2007. Durante los cuatro años de Granero y Zacarías en la SEDRONAR ( 2007-2011), ingresaron en el país más de 47.625 kilos de efedrina.
Las oficinas de Emerger, la empresa de ambulancias de los Zacarías, está bajo la lupa de Servini por el tráfico
de Efedrina. Las oficinas, en pleno centro de Rosario, Santa Fe.
Negocios sucios
Cada bolsa de un kilo costaba menos de 100 dólares y se revendía entre 3 mil y 12 mil dólares en el mercado mexicano, el destino final. Por la envergadura de ese negocio, nada hubiese sido como fue sin la complicidad de los máximos responsables de la Sedronar, donde funcionaba un sistema “automático” de permisos de importación. La jueza Servini de Cubría avanza a paso firme sobre los vínculos con la Casa Rosada y el rol de los hermanos Zacarías, que se especializaron en facilitar negocios en los últimos años, por su cercanía con Néstor y Cristina Kirchner.
Miguel, Máximo, Rubén y Luis Zacarías.
José Granero, Gabriel Abboud y Julio De Orué están procesados por “haber introducido al país materias primas destinadas a la fabricación de estupefacientes”. Se probó un desvío de casi 41 toneladas. “Todos los que estaban en la Sedronar, incluidos los Zacarías, se beneficiaron económicamente con la maniobra”, coinciden los que conocen los detalles de la trama según relata una vieja nota del diario Clarín.
El ex titular de la SEDRONAR, José Ramón Granero, odontólogo de Kirchner, fue citado por Servini.
Delfín, el otro Zacarías
En setiembre de 2013 la Justicia allanó la mansión de Delfín, donde la familia producía drogas a gran escala.
En la quinta de Funes, en la que a comienzos de setiembre de 2013 detuvieron a Delfín Zacarías, funcionaba la cocina de cocaína más grande del país: allí encontraron 300 kilos de cocaína y 2000 litros de precursores químicos, además de todos los elementos para la fabricación y manufactura de pequeñas dosis como balanzas, lámparas de alto valor calórico. Lo llamaron Operativo Flipper, en honor a la serie del delfín más famoso de la televisión de comienzos de los 70. En ese caso vuelven a aparecer los precursores químicos y otra vez la Efedrina.
El ex secretario de Seguridad, Sergio Berni, fue a la mansión de Delfín y se fotografió rodeado de precursores.
Allí, los investigadores encontraron una termoselladora, balanzas digitales, lámparas eléctricas, licuadoras, 300 kilos de cocaína, 600 de pasta base y bidones con mil litros de acetona. A Delfín lo procesaron un mes después. Está acusado de liderar una organización narco y del delito de “administración y disimulación de bienes provenientes de las ganancias recibidas por el tráfico de estupefacientes con el fin de que éstos adquieran apariencia de origen lícito”. Junto con Zacarías fueron procesados varios miembros de su familia: Gloria, la hermana; Sandra, la esposa, Sandra; sus hijos Joel y Flavia; y su ex nuera, Ruth Castro. También un grupo de presuntos testaferros, proveedores de precursores químicos y un policía federal apodado “He Man”, acusado de brindar protección a la banda.
Defín David Zacarías, en la prisión, siempre dijo que te tendieron una cama.
Quienes conocieron a Delfín Zacarías de cerca lo definen como un hombre ostentoso. Solía moverse entre Rosario, Funes y Granadero Baigorria -donde funcionaba una remisería de su propiedad- en una camioneta Toyota Rav 4 blanca o en una VW Amarok negra. Cuando viajaba al casino de Punta del Este, donde se dice que solía jugar grandes cantidades de dinero, iba en un Audi TT negro. La familia Zacarías tenía a su nombre por lo menos 24 autos, entre ellos varios de alta gama. También figuraba como dueña de 40 inmuebles, la mayoría adquiridos en los últimos años.
Parte de las drogas, el etanol, la efedrina y la cocaína que estaban en poder de Delfín y su familia.
La investigación se inició varios meses antes, cuando “La Tata”, dueña de un kiosco de drogas en la zona noroeste de Rosario, transfirió un Chevrolet Spark a nombre de Zacarías. Se sospecha que la mujer habría pagado una deuda por drogas con el vehículo.
Delfín Zacarías figuraba como Monotributista con una facturación de $ 15 mil.
A partir de ese momento, el fiscal Juan Patricio Murray - a cargo de la causa- siguió de cerca a Zacarías y su entorno. Así descubrió, a través de escuchas telefónicas, que el proveedor de los precursores químicos, Alfredo Silva, le había vendido dos mil litros de acetona. Habían sido retirados por una mujer llamada Lorena de la empresa Alconar S.A. La policía siguió la ruta de los precursores y llegó hasta la quinta de Funes.