06 Octubre de 2016 05:20
Mientras aún aguardan la definición sobre un paro, las internas en la CGT comienzan a aflorar en medio de la “tregua” de diez días dispuesta con el Gobierno. De los sectores dialoguistas hacia los más “ásperos”, todos consideran que el Ejecutivo debe dar respuesta a los reclamos, aunque algunos descreen de las promesas y otros se muestran menos confrontativos.
Esta semana el que dio una señal fue el jefe de Camioneros, Pablo Moyano, cuando apuró el paro y dijo que debía haber una reacción del movimiento obrero en respuesta al “verdugueo” de los funcionarios. Su padre, el ex jefe de la CGT, Hugo Moyano, y su hermano, el diputado del Frente Renovador y titular del sindicato de Peajes, habían pedido tiempo y no apurar una medida de fuerza.
En las últimas horas, Pablo Moyano se inclinó por la idea de concretar una medida de fuerza.
Pero ahora el panorama es otro. Según le dijo Facundo Moyano a Clarín, “tiene que haber un endurecimiento en la postura de la CGT”. En la reunión de hoy del Concejo Directivo de la CGT, según Moyano hijo “primará el no paro a la espera de lo que resuelva el Gobierno”.
Lo cierto es que las posturas más críticas no se hicieron esperar en las últimas horas. Esta semana, el titular del gremio de canillitas, Omar Plaini, pidió avanzar en una medida de fuerza. “No es lo que hablamos”, le reclamó al Gobierno en torno a las negociaciones por el bono de fin de año.
El diputado y titular del sindicato de trabajadores del peaje, Facundo Moyano, coincidió con su hermano.
En cambio, el jefe de SUTERH, el gremio de los encargados de edificios, Víctor Santa María, se mostró más afín al diálogo, aunque coincidió en que la medida de fuerza tiene que hacerse efectiva. “De la reunión tendrá que salir la fecha del paro como un paso más de la negociación”, especuló.
En el fondo, de eso se trata. El triunvirato de la CGT unificada nunca definió la fecha de una medida de fuerza, aunque sí amenazó con ir a huelga en varias ocasiones. Incluso, dos semanas atrás llegaron a decir que el paro estaba confirmado. Si bien no hubo una marcha atrás oficial, la posibilidad de parar se diluyó con el inicio de las conversaciones con el Ejecutivo.
El titular del sindicato de encargados de edificios, Víctor Santa María.
De todos modos, el malestar con el Gobierno explotó debido al anuncio del bono para los “sectores más vulnerables”, como prometió esta semana el ministro de Hacienda, Alfonso Prat-Gay. Esa definición no cayó bien en la central obrera. “No nos sirve un bono que se da en negro y que representa una extorsión del Gobierno, queremos que la cifra que otorgue vaya directo al salario”, remarcó Sergio Romero, titular de la Unión de Docentes de Argentina.
Días atrás, Prat-Gay sostuvo que el bono será para los "sectores más vulnerables".
Así, aún faltan cuatro días para que finalice el plazo de diez que acordaron Gobierno y CGT en la reunión del viernes pasado. Recién entonces podría llegar una decisión formal. Algunos sindicalistas consideran que, más allá del reclamo de las bases, también debe oírse la voz de la sociedad, que no quiere una medida de fuerza.