25 Enero de 2024 15:43
Las negociaciones para que se apruebe el dictamen para discutir la Ley Ómnibus que impulsa el presidente Javier Milei en el Congreso Nacional trajeron al presente ciertas prácticas parlamentarias del pasado que hicieron recordar a la reforma laboral de Fernando de la Rúa y el escándalo de coimas conocido como la Banelco, o las privatizaciones que se votaron en el menemismo.
Durante la madrugada en la que se consiguieron los 55 votos para que salga el pie para la discusión formal, los diputados nacionales tucumanos Agustín Fernández, Gladys del Valle Medina y Elia Fernández de Mansilla, rompieron con el bloque de Unión por la Patria (UP), a pedido del gobernador tucumano, Osvaldo Jaldo. La "traición" del mandatario generó muchas repercusiones, y las razones que ofrecieron, muchas dudas.
Mientras que semanas atrás se conoció como Martín Menem encabezaba charlas extra recinto dentro del Hotel Savoy, donde se vio entrar y salir a muchos diputados nacionales, ahora, y luego de la firma del dictamen que tardó 13 horas en aparecer ante los legisladores, aparecieron las sospechas de que fue redactado en el departamento del ex delaruista Cristian Caram, con todos los jefes de bloques dialoguistas presentes, según reportó el sitio La Política Online.
En la mañana de este jueves, Jaldo ofreció una conferencia de prensa, acompañado por Fernández y De Mansilla. Allí advirtió que "desde el primer momento esto ha sido una preocupación del gobierno provincial", debido a que había artículos que tienen que ver con las principales economías regionales provinciales.
"Cuando vemos las gestiones que hemos tenido con el gobierno nacional y con los diferentes sectores productivos de Tucumán, mayoritariamente hemos tenido una respuesta positiva", reveló el gobernador. "Como cumplieron con los pedidos de Tucumán, de sostener nuestras actividades de las cuales depende nuestra economía y nuestras fuentes de trabajo, nuestro diputado Fernández firmó el dictamen de mayoría", explicó después.
Según detalló, en este "se eliminó el artículo 59, que dejaba sin efecto la Ley de la Azúcar que regula la producción en la provincia, se bajaron las retenciones de la actividad citrícola, y hubo un avance importante del bioetanol". También agregó que "falta cerrar algún acuerdo con quienes producen alcohol de maíz, el alcohol de caña de azúcar y el biodiesel".
Toda esta explicación fue para decir que a partir de "la experiencia" que adquirieron en las gestiones favorables con La Libertad Avanza (LLA) y sus ministros, decidieron "tener un bloque propio en diputados". "A pesar de que uno con estas decisiones se somete a algunos tipos de cuestionamientos, mayoritariamente malintencionados, que tienen que ver más con la política que con lo institucionalidad, pero a este gobernador lo ungieron para gobernar para todos los tucumanos sin excepción", se justificó Jaldo.
Lo cierto es que en la conferencia también mencionó la influencia del Centro Azucarero Argentino (CAA) y el Centro Regional del Azúcar (CRA), los dos conglomerados empresariales quizás más fuertes de la provincia; primero perjudicados y luego favorecidos en la negociación del dictamen.
Por otro lado, la ruptura era previsible a partir de la interna que el mandatario tiene con el anterior gobernador, Osvaldo Manzur. Es quien conduce a los diputados que se quedaron y quien en las últimas horas tuvo un gesto para diferenciarse de la actitud colaborativa de quien fuera su ladero en otras épocas.
El ex ministro de Salud firmó el pedido del kirchnerismo en el Senado para que se convoque desde el 1 de febrero a sesiones especiales con el fin de tratar el DNU 70/23 y poder conseguir el quórum para derrotarlo. La bancada, compuesta por 33 legisladores, está cerca de los 37 necesarios para hacerlo y es algo que está en sus planes.