“Un osito de peluche de Taiwan, una cascara de nuez en el mar. Suavecito como alfombra de piel, delicioso como el dulce de leche”. La textual pertenece a una canción de Los Auténticos Decadentes, pero bien podría haber sido la banda de sonido de la presentación oficial del nuevo billete de $500 que desde hoy estará en circulación en todo el país.
La imagen es extraña. Casi como un detalle escenográfico. Una puesta en escena que pasó casi inadvertida. Sin embargo, lejos de esa idea de ternura, es insólito. En pleno acto público, un ministro del gobierno posó en su atril a un yaguareté de peluche. No es para nada casual, ya que el diseño de los nuevos papeles tiene como protagonista al yaguareté, que se encuentra en peligro de extinción.
El peluche está en el margen izquiero del billete. Hoy entraron en vigencia.
Sin embargo, sí es llamativo. Se trata del rabino Sergio Bergman, ministro de Medio Ambiente, una cartera prácticamente inadvertida en el gobierno de Mauricio Macri. No es la primera vez que el gobierno tiene “problemas” con los peluches. Resulta que allá por enero, cuando la idea de los billetes comenzaba a tomar forma, se conocieron detalles de los diseños y muchos pusieron la mira en unos extraños dibujos que aparecían en el margen izquierdo del dorso.
Antes del discurso de Bergman, hablaron varios expertos del Banco Central que explicaron por qué era necesario un nuevo diseño de billete, pero también por qué se incluyó al yaguareté.
Eran peluches. Dibujados, camuflados entre estridentes colores. Ocurría en el que salió a las calles hoy con los yaguaretés. Pero también con el de las ballenas, cuya denominación es de $200. En ese caso, se trataba de la ballena franca austral. Y ahí también hubo inconvenientes con el diseño: en el diseño estaba al revés, y en lugar de aletas, parecía que tenía orejas.
A su lado. El peluche de yaguareté acompañó al rabino Sergio Bergman.
Eso le valió unas cuantas críticas al presidente del Banco Central, Federico Sturzenegger. Si bien corrigieron el diseño del billete con ballenas, los peluches quedaron. Y ayer, mientras hablaba en un anuncio oficial, Bergman contó con un fiel compañero que, sin parpadear, permaneció atento, inmóvil, sentado en sus cuatro patas de peluche, mientras el funcionario hablaba sobre la importancia de destacar animales en peligro de extinción.
En Internet, ese tipo de peluches varían entre los $260 y los $400. Si bien el peluche que tenía como fiel ladero el ministro Bergman era pequeño, si se observa en detalle en las imágenes que el propio ministro de Medio Ambiente, justo arriba hay otro yaguareté de peluche, con un tamaño mucho más grande.
Dos peluches para un ministro. El rabino Bergman, ayer, en el acto en el Banco Central.
Ahora, lo curioso es saber a dónde fueron a parar esos peluches. Y por supuesto, si cuando sea la presentación oficial del billete con el diseño de la ballena, se montará la misma escenografía, casi border por cierto, de un ministro rodeado de ositos de peluche.