A medida que pasan los días, y que siguen habiendo acumulación de casos positivos de coronavirus (Covid-19), los funcionarios de Nación, la provincia de Buenos Aires y de la Ciudad se ponen cada vez más de acuerdo en una cuestión: los contagios se dan en las reuniones sociales y en el transporte público.
Es por eso que hoy el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, y la ministra de Salud, Carla Vizzotti, mantuvieron un encuentro con el ministro de Transporte, Mario Meoni, el titular de la Comisión Nacional de la Regulación de Transporte (CNRT), José Arteaga, y la ministra de Seguridad, Sabina Frederic. De la reunión salió que se va a buscar cambiar los protocolos que hay sobre todo en los trenes metropolitanos.
Pero el problema es otro. El aforo del transporte público depende exclusivamente de las actividades que haya habilitadas. “Hay 78 categorías de esenciales”, explicó uno de los participantes del encuentro para referirse de que el cambio tiene que venir por ahí.
Hoy en día el aforo en trenes urbanos es de1 persona parada por m2, en colectivos de hasta 10 personas paradas y en larga distancia el tope de capacidad es del 80%. Dentro del nuevo protocolo lo que se buscará es que se mantengan abiertas y trabadas ventanillas de trenes y colectivos. ¿El motivo? El reciclado del aire.
“Ratificamos las medidas que estaban tomadas y que están vigentes desde el año pasado, como la ventilación de unidades tanto de trenes como de micros”, dijo después del encuentro Meoni en donde aclaró: “Lo que estamos haciendo es adoptar acciones complementarias, como la fijación de ventanillas, para que no se puedan cerrar y que más allá de la lluvia o no lluvia, queden abiertas de manera permanente”.
Al margen de ese cambio, en el Gobierno aceptan que es imposible que no se repitan las imágenes en los trenes urbanos porque son incontrolables. Las frecuencias están a la máxima capacidad que habilitan las medidas y en muchos de los casos se está en niveles pre pandemia. “No se pueden subir más las frecuencias porque si lo hacemos tenemos que tener bajar las barreras todo el tiempo de los pasos a nivel y se genera un caos”, explicó una fuente al tanto de las negociaciones.
La escolaridad no es un problema para el uso del transporte público. En la Ciudad la posibilidad de los alumnos es del 0,12% y en el conurbano bonaerense salvo contadas excepciones existe una cercanía entre el domicilio y la escuela, algo que también se repite en territorio porteño.
Todos los caminos, entonces, conducen a que para reducir la cantidad de contagios y propagación del virus se tienen que hacer cambios en las activadles esenciales para usar transporte público.
“Es una encerrona”, agregan en Nación. La cantidad de personas que viajan dependen de la cantidad de personas que trabajan y tienen actividades económicas. Pero tampoco hay dinero en el Estado como para apoyar un sistema de ayuda como existió el año pasado. Que el ministro de Economía, Martín Guzmán, este por Europa en una gira oficial dilata algunas cuestiones.
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Por lo bajo, en Nación, provincia y Ciudad remarcan que se está buscando ganar tiempo para ver qué medidas concretas se terminan tomando.