De cara a la interna de Juntos por el Cambio (JxC), el gobernador de Jujuy, Gerardo Morales, lanzó su precandidatura a presidente en un acto en el teatro Gran Rex de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), donde exhibió un radicalismo renovado y bastante unificado, y donde llevó una plataforma electoral que se plantea la consigna de dar vuelta la Argentina y terminar con el pasado.
Mientras que la interna del principal espacio opositor ya tiene dos precandidatos fuertes como la presidenta del PRO, Patricia Bullrich, y el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, los cuales polarizan la PASO de JxC, la principal figura radical del momento no se achicó y, durante un encuentro con la prensa previo a dar su discurso ante un colmado teatro, aseguró que "dentro de dos meses" iba a estar mejor posicionado que ellos en las encuestas.
Para el mandatario provincial los meses de abril y mayo serán decisivos y clave para la definición del postulante de su espacio para ocupar el sillón de Rivadavia. Aunque las especulaciones son que, más que intentar volver a conseguir un presidente de la Unión Cívica Radical (UCR), la idea es posicionarse bien como para lograr empalmar en mejores condiciones con quien se imponga en las PASO. "Falta el trayecto más definitorio. Luego viene la pelea de fondo, pero ahí va a estar el radicalismo", prometió.
"Cristina (Fernández de Kichner) nos haría un gran favor si ya se retira", confesó Morales de cara a la prensa. "Creo que el desafío que tenemos los argentinos no pasa sólo para cambiar el gobierno, sino por terminar con un ciclo. Le haría un gran favor a los argentinos", agregó. Ante la pregunta de si el ex presidente Mauricio Macri también es parte de ese ciclo, el radical dijo que "no son iguales".
"(Sergio) Massa se ha entregado al kirchnerismo. Está perdido para la causa", caracterizó sobre quien fuera su aliado. También dejó críticas a la situación económica actual y precisó que cree que es peor la que dejará el actual gobierno que la que recibió el ex presidente de Boca Juniors en 2015.
Los ejes políticos del lanzamiento del radicalismo se ordenan de acuerdo a los principales debates actuales de la sociedad, instalados fundamentalmente por la agenda liberal y de centro derecha. Baja de impuestos, libertad política, crítica a la clase política y la palabra orden, probablemente la más mencionada durante su discurso. Aunque también el concepto podría ser interpretado como rigurosidad con quienes protestan, otro de los problemas que identifica como fundamentales para su campaña.
"Acá, hablando de dar vuelta la Argentina, nos están dejando el país patas para arriba, con la inflación superando el 100 por ciento anual y generando pobres todos los días", señaló Morales, antes de definir a Alberto Fernández, como "el peor presidente de la historia". Sobre el mandatario nacional añadió que no habla con él desde que fue a su provincia a visitar a la dirigente social detenida Milagro Sala.
Sí tuvo elogios con el ministro del Interior, Eduardo "Wado" de Pedro. "Ese es un espacio que creo que es bueno", en referencia a las reuniones del Norte Grande que se auspician desde el Poder Ejecutivo nacional con las provincias del NOA y NEA.
El dirigente fue críptico a la hora de mostrar si su cercanía con Larreta implicaba una distancia con Bullrich, aunque en todo momento intentó jerarquizar la situación de su partido, de cara a una eventual negociación. "El radicalismo intenta lograr centralidad en la coalición. Tenemos con que. Tenemos territorio, el 70 por ciento de los mejores candidatos son radicales. No es el radicalismo del 2015 y no vamos a ir con la estrategia del sálvese quien pueda", indicó.
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El apoyo de las principales figuras de su partido en el acto son una demostración directa de que la estrategia radical implica fortalecerse como organización y dejar de lado ser furgón de cola de otras fuerzas. La presencia de Mario Negri, Julio Cobos, Rodolfo Suárez, Martín Lousteau, Gustavo Valdes, Gustavo Posse, Rodrigo de Loredo, Martín Tetaz, Héctor "Toti" Flores, Alfredo Cornejo, Miguel Basse, y hasta la mismísima Elisa Carrió, una ex radical que no dudó en llevar su apoyo, son el ejemplo de esta definición.Al mismo tiempo, el eje de defender sus posibilidades en la Capital Federal y en Mendoza, los cuales definió como "temas centrales en la relación del radicalismo hacia el PRO dentro de JxC", evidencian que la UCR ya puso sus prioridades sobre la mesa y no quiere sacar los pies de ese plato, donde Lousteau puede ser jefe de Gobierno y donde Mendoza debe mantenerse conducido por ellos.
Palabras como "costos laborales" en referencia a los salarios y el pedido de "una fuerte burguesía local", también dejan claro la nueva orientación radical. "Hay que dar un fuerte golpe de timón. Hay que cambiar la legislación tanto laboral como tributaria", expresó.
"Yo tengo en Jujuy el mayor registro de empleados de la obra pública. No sólo por el litio, sino por el cannabis, energías renovables, el proyecto de promoción de inversiones. Ahí tiene que ir el país. Yo en Jujuy necesito una burguesía local fuerte, necesito que se genere más producción para que haya más trabajo y más riqueza. Hay que romper con el concepto anti empresario que ha puesto en vigencia el kirchnerismo", explicó Morales.
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"En Jujuy la corrupción está presa. La política tiene que dejar de ser el refugio de los corruptos. Eso lo voy a resolver con la reforma de la Constitución. Vamos a terminar con los fueros, con el tema de las reelecciones indefinidas, vamos a prohibir los cortes de ruta y vamos a terminar con los privilegios de la política, que se resuelven desde la política y no desde la antipolítica", prometió el gobernador.El Gran Rex colmado lo aplaudió y lo respaldó, dejando una imagen de un insólito piquete radical en la Avenida Corrientes, debido a la enorme cantidad de militantes del espacio que se acercaron. El perfil humano del precandidato, amparado en una historia de vida de sacrificios paternos y anécdotas retratadas en video, fueron el pie para dejar en claro que el radicalismo quiere volver a tener un candidato propio, algo que los presentes celebraban al son de "volveremos otra vez, a ser gobierno como en el 83".
La concurrencia fue tal, que el precandidato, luego de finalizar su discurso, salió del teatro y se subió a un mini escenario que había en la puerta y saludó a sus correligionarios que vinieron a transmitirle su apoyo. Lo hizo acompañado de su esposa Tulia Snopek y su pequeña hija Guadalupe.
Para dar vuelta la Argentina deberá intentar que no se dé vuelta nadie en la coalición a la que pertenece, la cual se encuentra en un momento muy álgido en términos de disputa interna. La victoria o la derrota del oficialismo nacional ya dependen más de cómo termine la PASO de JxC que como termine la suya.