Es una chacra que ya le generó varios problemas. Tiempo atrás, la obligó a salir al cruce de una publicación que mostraba la ostentosa vivienda en construcción en un lujoso barrio privado de Exaltación de la Cruz. Ahora, vuelve el conflicto para una cuestión que parece más que habitual: las peleas con vecinos.
Los vecinos se enojaron con Carrió por la presencia constante de obreros y custodios.
Elisa Carrió no tiene paz. Cuando la diputada no está en el centro de la polémica por sus picantes declaraciones, el terremoto se produce en torno a su vida privada. En este caso, el manejo de una de sus propiedades, ubicada en el barrio Chacras de la Cruz, fue lo que provocó el enojo de vecinos del mismo barrio cerrado que no tardaron en expresar su malestar.
La diputada mantiene una guerra con sus vecinas del barrio privado. Mientras finalizan las obras de construcción de una vivienda sobre el terreno que compró años atrás en el norte del conurbano, la chaqueña alquiló una casa en el mismo barrio privado. El problema comenzó con su desembarco: detrás de ella, llegaron también sus custodios y también un grupo de obreros para llevar a cabo obras de refacción y remodelación. El problema con los trabajadores de la construcción es que también asisten los fines de semana, cosa que está prohibida.
En construcción. Años atrás, una revista difundió las fotos de la casa en construcción.
Los problemas comenzaron ni bien arribó. Primero, decidió pintar el exterior de la vivienda con un color “celeste furioso”, según describieron los vecinos. Sería apenas un problema de buen gusto si en el reglamento del club privado no estuviera estipulado que las propiedades sólo pueden ser de colores “tierra”, es decir, marrón o sus derivados.
Pero los problemas continuaban. La presencia de los custodios comenzó a incomodar a muchos vecinos del barrio. En particular, a vecinas que se sentían molestas con la presencia de los hombres de seguridad desplegados por el barrio. Pero fueron también los obreros que trabajan en la casa de Carrió los que generaron la molestia entre sus nuevos vecinos.
No es el primer inconveniente que tiene Carrió desde que arribó a ese barrio privado. Ella misma contó durante una entrevista tiempo atrás que decidió comprar el terreno y comenzar a construir luego de la derrota electoral del 1,8 por ciento en 2011. Incluso llegó a ser denunciada por enriquecimiento ilícito.
Por eso, ante la publicación que según ella fue malintencionada, decidió aclarar en 2013 que se trataba de una casa que aún no tenía techo y que la pagó con la venta de un departamento y un préstamo en 48 cuotas.
El documento que difundió la propia Carrió, donde muestra la compra del terreno.
En esa oportunidad, también destacó que la compra fue realizada luego de levantar una hipoteca. “A través de dos militantes empezamos a hacer la obra, primero con un arquitecto y después contratamos a los albañiles. Mi sueño es morir en el campo y creo que tengo derecho a eso”, relató en aquel entonces.