Del "váyanse a dormir" al "sí, se puede". Mauricio Macri llega a las elecciones con una única aspiración: intentar revertir el aplastante resultado de las PASO y alcanzar una segunda vuelta contra el candidato del Frente de Todos, Alberto Fernández. La calculadora del laboratorio del PRO y los números a los que apuesta el presidente para "darla vuelta". Creer o reventar.
"Esta marcha no termina acá. Tenemos una parada más que es el 27 y el 24 de noviembre que cambie la historia de la Argentina para siempre", arengó el jueves, en el cierre de campaña que tuvo lugar en Córdoba. En efecto, el presidente y la mesa chica de Juntos por el Cambio apuntan a una intrincada apuesta matemática para llegar a un eventual balotaje y repetir la postal del 2015, en la que se impuso ante Daniel Scioli por sólo 678.774 votos.
Incremento en el nivel de participación
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El porcentaje de participación en las PASO fue del 75 por ciento, de acuerdo a lo informado por el ministro del Interior, Rogelio Frigerio. La cantidad de votantes se incrementó sólo un punto en comparación con las primarias de las elecciones legislativas del 2017, en las que votó cerca del 74 por ciento del padrón. La apuesta del Gobierno es que suba la base de votantes y tiene en mente tres posibles escenarios.
Con un 81.07 por ciento del padrón: el escenario "de mínima" que espera el Gobierno
En las elecciones del 2015, la participación del padrón fue del 81.07 por ciento, mientras que en las PASO había participado el 72.37 por ciento. Este es el escenario "de mínima" que maneja el macrismo.Se sumarían 1.908.168 votantes nuevos. De ese total, Fernández debería sumar menos de 150.000 votos, es decir un 7.86 por ciento de los nuevos votantes. Mientras tanto, Macri debería absorber el 70.22 por ciento de los votos, para sumar al menos 1.340.000 sufragios.
Con un 83 por ciento del padrón: la apuesta que responde a la profundización de la grieta
En este escenario, se sumarían 2.561.688 nuevos votos. Para un eventual balotaje, Alberto debería sumar menos de 450.000 votos; un 17.57 por ciento. Macri, en cambio, debería sumar 1.300.000 de los "nuevos votantes"; un 50.75 por ciento.Con un 85 por ciento del padrón: el sueño de revivir la primavera democrática de Alfonsín
Se trata del escenario menos probable, dado que el nivel de participación se equipararía al de las elecciones presidenciales del 30 de octubre de 1983 en las que Ricardo Raúl Alfonsín se impuso con el 51.75 por ciento de los votos y dejó al candidato peronista Ítalo Luder en un segundo lugar, con el 40.16 por ciento de los votos. Esas elecciones, atravesadas por la primavera democrática, registraron el pico de participación del padrón con el 85.61 por ciento de los votos. Es decir: de los 17.929.951 ciudadanos registrados votaron 15.350.186.
De alcanzar este nivel de participación, se sumarían 3.238.910 votos. Alberto debería sumar menos de 750 mil: absorber menos del 23.16 por ciento. Macri, por su parte, aspira a sumar 1.250.000 (38.59 por ciento) y que la fórmula Fernández-Fernández no sume ni siquiera uno.
De Roberto Lavagna a Espert y Gómez Centurión: el drenaje de votos al que aspira el macrismo y qué espera que pase con el votante de izquierda
Macri insistió en la polarización con el kirchnerismo (se negó a reconocer la unión del peronismo) durante la recta final de su campaña con el objetivo de quedarse con los votos de las otras fuerzas, salvo los de Nicolás Del Caño. Para llegar a la segunda vuelta, necesita que ningún votante de otras fuerzas apueste por Alberto. Los números:
Lavagna, Gómez Centurión y Espert sumaron en las PASO 3.302.070 votos. Macri debería absorber la totalidad de esos sufragios. A Del Caño lo votaron 723.147 de argentinos. Consciente de la incompatibilidad ideológica con el votante del FiT, el Gobierno descarta que el candidato de izquierda sea quien sume los sufragios de las fuerzas de la "izquierda radical" que no lograron pasar el umbral del 1.5 por ciento de los votos. En total, son 179.461 de votos. Distinto es el escenario que se plantea con las fuerzas políticas que no lograron superar el 1.5 por ciento, pero cuyo votante responde a un perfil "conservador nacionalista". Macri busca quedarse con esos 128.077 votos.
El dilema de los votos en blanco: la forma con la que Macri aspira a diluir el caudal de Alberto y Cristina Kirchner
El voto en blanco siempre genera la misma pregunta: ¿a quién termina beneficiando y por qué? A diferencia de las PASO, los votos en blanco de las elecciones generales no serán tenidos en cuenta a la hora de calcular los porcentajes finales de los candidatos. Es decir: sólo se tomarán en cuenta los votos afirmativos para el escrutinio final que definirá si habrá o no una eventual segunda vuelta. El dato no es menor si se tiene en cuenta que se reduce la base del cálculo porcentual, lo que permitiría achicar los 15 puntos de diferencia entre Alberto Fernández y Macri.
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Dicho esto, desde el laboratorio del PRO se abrazan a la tendencia que se presenta desde el año 2011: el sufragio en blanco decrece de las PASO a las generales. Es decir que el votante manifiesta su "voto de disconformidad" en las primarias, pero termina definiéndose por alguno de los candidatos en los comicios generales. En las elecciones del 2015, por ejemplo, en las Primarias hubo 1.216.634 votos en blanco, pero en las generales bajó a 664.740.Cabe destacar que en las PASO de agosto, el voto en blanco bajó de modo significativo si se lo compara con el registrado en los comicios del 2015. En esta oportunidad, el escrutinio final determinó que hubo 882.658 votos en blanco. Macri busca captar a ese 3.41 por ciento del padrón, bajo el concepto del "voto útil".
El voto en el extranjero: "Hay mucha gente que está esquiando, el verano europeo es divino"
La noche del 11 de agosto, minutos después de que el Gobierno reconociera la derrota electoral y que el presidente mandara a dormir a la población, Elisa Carrió subió sola al escenario del búnker de Juntos por el Cambio y, entre otras llamativas evaluaciones con respecto a la aplastante diferencia de votos, sostuvo que hubo mucho votante de Macri que no participó de las PASO y que lo haría en las generales.
Pero, ¿cuántos son efectivamente los argentinos que votan en el extranjero? ¿Qué incidencia tienen en el resultado final? En efecto, se trata de 385.658 argentinos empadronados. El voto no es obligatorio y la participación suele ser reducida, en promedio sólo un cinco por ciento de ellos sufragan. Es decir que, en total, se esperan sólo 19.282 votos.