Un severo informe del ex diputado nacional y actual director del Banco Nación Claudio Lozano sostiene que el formidable endeudamiento de la firma Vicentín con la principal entidad financiera del Estado es consecuencia de “una maniobra fraudulenta” llevada adelante por la anterior conducción del banco, esto es Javier González Fraga, en connivencia con la máxima autoridad política hasta el 10 de diciembre de 2019: Mauricio Macri.
El trabajo elaborado por Lozano pone en cuestionamiento la decisión de la firma, una de las principales exportadoras de la Argentina, de declararse en cesación de pagos el 6 de diciembre, apenas unos días antes de que asumiera el nuevo gobierno de Alberto Fernández al aludir a una situación de “estrés financiero”, con deudas por unos 1000 millones de dólares, de los cuales 350 millones son con el Banco Nación.
"La empresa argumentó estrés financiero para declararse en cesación de pagos, pero de los balances no surge que tenga dificultades para cumplir sus compromisos, el 83 por ciento de sus ventas son en dólares, aumentó sus ventas año tras año y escaló en el ranking de la cúpula empresaria", dijo Lozano al diario Página 12.
"El Banco ya tomó la decisión de bajar la calificación de crédito de Vicentín a Situación 4 (la anteúltima categoría, antes de "Irrecuperable", la 5) y hemos hecho las previsiones para que la entidad pueda afrontar un eventual impago; pero vamos a intentar recuperar el crédito", explicó el economista.
"El dinero es recuperable, porque la situación de la empresa le permitiría pagar, pero estamos ante una maniobra compleja, fraudulenta si se demostrara que hubo otras intenciones por las cuales se decidió no pagarle al Banco Nación", agregó el ex diputado nacional, quien hace pocos días se incorporó al directorio de la entidad.
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Al analizar la situación de la empresa -la mayor aportante a la campaña de Mauricio Macri con 13,5 millones de pesos, a través de diferentes firmas- Lozano advierte que hubo un sucesivo crecimiento en el nivel de facturación de la compañía y de sus exportaciones durante los cuatro años de Cambiemos, con lo cual no se justifica que poco antes de la salida del gobierno anterior se declarar en cesación de pagos.
La deuda con el Banco Nación es de 18 mil millones de pesos, lo que representa el 20 por ciento del patrimonio de la entidad, lo que supera largamente lo previsto en las regulaciones de la entidad. La deuda es consecuencia de préstamos que se otorgaban para financiar exportaciones y que se debían renovar año tras año.
“Por otro lado, los 23.500 millones de pesos en los que está endeudado Vicentín en el mercado financiero doméstico representa el 20% de la facturación del 2018 (no de 2019) y dentro de ella, la deuda con Banco Nación de $18.000 millones es sólo el 15% de su facturación del 2018. No parece ser un caso de stress financiero, sostiene el informe elaborado por Lozano.
En 2018, Vicentín pasó a ocupar el sexto lugar entre las empresas argentinas por el monto de su facturación y el primero entre las principales cerealeras dedicadas a la exportación. Por eso llama la atención que luego de una seguidilla de cuatro años de aumentos en la facturación y en las exportaciones la compañía se declarara en cesación de pagos a comienzos de diciembre último.
Conclusiones del informe
Las conclusiones del informe elaborado por Lozano son elocuentes:
En el proceso de endeudamiento que fue acumulando Vicentin con el Banco Nación superó los límites a los que podía acceder en función de la normativa correspondiente fijada por el Ente Regulador para las Grandes Empresas.
Sin embargo y sin fundamento alguno la empresa obtuvo la refinanciación que requería sin hacer las cancelaciones correspondientes para volver a encuadrar en la normativa.
Extrañamente, la decisión de violar la normativa del Banco Central para grandes empresas no fue tomada por un acto administrativo del directorio del Banco. Fue una decisión que corrió bajo la responsabilidad de las Gerencias a cargo. Es decir las autoridades políticas del banco en la gestión anterior no quisieron dejar huellas respecto a esta decisión.
Sin embargo, los pasillos del Banco Nación cuentan que en las múltiples reuniones que existieron con la empresa Vicentín para tratar de imponerle la necesidad de volver a encuadrarse en la normativa, frente a las exigencias de los funcionarios del banco, los dueños de la firma cruzaban del Banco Nación a la Casa Rosada para hablar directamente con la Presidencia.
Eso luego se transformaba en un llamado desde la Presidencia de Mauricio Macri al ex Presidente del Banco González Fraga quien se encargaba de llamar la atención a los funcionarios del banco para que se allanaran a los requerimientos de la empresa.
Ninguno de los números disponibles justifica la repentina crisis financiera de Vicentin. El principal aportantes de “juntos para el cambio” en la última elección comenzó a incumplir con los pagos al Banco Nación casi en simultáneo con la elección de las PASO y la derrota de Mauricio Macri.
La compleja trama societaria, la existencia de empresas controladas en el extranjero, la naturaleza rentística que denota el comportamiento de la empresa a través de la información contenida en sus balances, obliga a desplazar el argumento empresario que vincula la crisis de la firma con lo que denominan estrés financiero.
Por si esto fuera poco, los juicios de la AFIP contra la empresa se asientan en dudas que apuntan a una sobre estimación de costos y a la alteración de la base sobre la que deben calcularse los derechos de exportación. Dicho de otro modo la AFIP supone que la empresa incurrió en el delito de sub-declarar exportaciones.
Claramente el “muerto” que la administración Macri - Fraga dejan en el Banco Nación es resultado de una maniobra fraudulenta de la firma en complicidad con la anterior conducción política del país y de la institución financiera.