05 Diciembre de 2016 11:41
La vida después de la separación. Política, intendentes y espiritualidad. La nueva vida de la gobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal, tras alejarse del padre de sus tres hijos, el intendente de Morón, Ramiro Tagliaferro, combina la zona dura de la política y su vida privada de soltera.
Hoy: el presidente Macri y la gobernadora Vidal en Moreno con un "vecino".
Mientras tiene guardado bajo siete llaves quién será el próximo ministro de Producción (tiene en mente a un intendente peronista), Vidal trabaja para destrabar el Presupuesto 2017 de la Provincia junto a su jefe de Gabinete, Federico Salvai. Para ello, recurre a Sergio Massa (con quien mantiene un buen vínculo) y a Florencio Randazzo, quien cenó con Salvai hace poco más de un mes en un bar palermitano.
Pero la vida de soltera la tiene ocupada. Una costumbre que comenzó en estos tiempos fueron los after office, en general los viernes, con una de sus mejores amigas. Aunque es difícil que pase desapercibida, un reconocido bar restaurant de comida japonesa la ha cobijado en varias oportunidades entre mojitos y risas (que suelen resonar a la distancia). En ese mismo lugar a veces almuerza con empresarios de medios y consultores también.
El mojito "vidalístico" con su amiga Brenda. Un clásico de los viernes.
Otras veces, es una cena en alguna casa. Siempre con amigas. Los jueves, por caso. Aunque también otros jueves ha invitado, con los chicos deambulando, a dirigentes políticos. Allí estuvo Elisa Carrió y, hace poco, Emilio Monzó.
Vidal, junto a Carrió a Michetti.
No cocina, asegura que no tiene tiempo, pero le pide a su asesora privada - y mejor amiga desde los dos años - Soledad, que encargue un buen catering. Vidal no disimula: aunque le encanta cocinar (le enseñó a hacer milanesas a las hijas este año), no puede hacerlo en la semana.
Vidal casera, con mate en mano.
En la última cena con Lilita su hijo más chico, Pedro, de nueve años, se acercó en varias oportunidades a su madre. Claro, la gobernadora no suele llegar antes de las 21 a la base aérea de Morón que arregló el joven Joaquín “Joaco” Gándara, el director de Arquitectura bonaerense. Vidal tiene preferencia por él: un día llegó a decirle que lo contrataría para que le "cambie el cuerito" a todas sus canillas. Chistes de gobernadora. Y chistes a los que lo sometieron sus compañeros de gestión.
Su vida política y pública no devoró a su vida familiar.
El fin de semana largo pasado tuvo un viaje distinto. Estuvo en Salta y visitó la Virgen del Cerro, un refugio espiritual a cargo de María Livia, una mujer que asegura tener contacto con la virgen. Hasta allí se dirigen todos los sábados miles de personas en un tour espiritual único. Vidal viajó con su amiga Laura, de la secundaria, y con Carolina Stanley, la ministra de Desarrollo Social y esposa de Salvai.
Livia es una sexagenaria de Orán que, durante la semana, es ama de casa, pero los fines de semana dedicada su vida a la actividad espiritual. Armó una fundación, donde trabajan unas 120 personas, y recibe decenas de cartas y e - mails. Una experiencia religiosa.
María Livia es amiga de la familia Salvai, quien había organizado un viaje con su mujer y sus dos hijos, al que se terminó sumando la gobernadora. Eso sí: estuvo en un hotel y no hizo usufructo de las propiedades de la familia de su jefe de Gabinete.
La política y una divertida despedida
No sólo eso la ocupa. Políticamente también traerá a segundo intendente más joven de los 135 municipios: Francisco Echarren, de 31 años y quien ganó la elección en Castelli con el sello del Frente para la Victoria. Será el nuevo secretario de Hábitat y así la gobernadora sumará 70 intendentes en su haber.
La llegada de Echarren fue parte de la gestión del subsecretario Alex Campbell, a quien, en broma, apodaron “el almacenero” porque realiza “los mandados” de los intendentes a pedido de la Gobernación.
Y ahora estará más cómodo: su primo, Joaquín de la Torre (ex intendente de San Miguel y peronista) es su nuevo jefe como ministro de Gobierno. De todas formas, De la Torre, que se suponía llegaba a La Plata para sumar dirigentes, no logró ni un consejero escolar.
Salvai, un hombre clave en la gestión de la gobernadora.
Por eso, Vidal lo mandó varios días por semana a Mar del Plata a colaborar con el alicaído intendente, Carlos Arroyo, quien maneja una Ciudad en ebullición. Acaso por ello De la Torre acusó no poder concurrir, el martes pasado, al club San Juan, donde la mezcla entre tenis y política divierte desde Eduardo Duhalde hasta el columnista de Clarín, Eduardo Van der Kooy.
Allí Vidal le organizó la despedida a Edgardo Cenzón, el saliente ministro de Infraestructura. Hubo asado, ensaladas, vino tinto y flan con dulce de leche y crema. Poco asado, en rigor: solo tira de asado. Faltó el matambrito (que suele cocina con paciencia china Federico Suárez, el secretario de Comunicación) o vacío, según los comensales.
Vidal le organizó la despedida a Cenzón.
Cenzón habló como nunca: contó su historia desde que llegó de su Marcos Juárez natal, su paso por la Dirección de Compras y Contrataciones de la Ciudad de la mano de Horacio Rodríguez Larreta y luego contó anécdotas de su relación con el propio Mauricio Macri.
Estaba prácticamente todo el gabinete. Cristian Ritondo (Seguridad) armó su propio show de imitaciones. La del vicejefe, Diego Santilli, era la mejor. Salvai y Gustavo Ferrari (Justicia) a su lado seguían el tren de las bromas junto al secretario de Medios, Mariano "el turco" Mohadeb. Vidal río, y luego alabó a Cenzón antes de partir cerca de las 23.
Cristian Ritondo (Seguridad) armó su propio show de imitaciones.
El secretario general, el influyente Fabián Perechodnik, llegó tarde: se quedó tomando examen a los alumnos universitarios. Una excusa valedera. También llegó tarde, sin excusa aparente, el reemplazo de Cenzón en la cartera de Infraestructura: Roberto Gigante, a quien apodaron graciosamente “serrucho” en el chat de Whatsapp que tienen los ministros.
Vidal con Ritondo.
Sonriente llegó el ministro de Agroindustria, Leonardo Sarquis, un fanático del tenis, quien seguía festejando la obtención de la Copa Davis. No tenía el mismo humor Julio Conte Grand, el secretario Legal y Técnico, quien estuvo muy callado, a pesar de que su acidez humorística es bien festejada entre los funcionarios. “Y bueno, lo sentaron con (Jorge) Elustondo al lado”, se reían en La Plata, en referencia al radical ministro de Ciencia y Tecnología.
En rigor, Conte Grand debería tener una sonrisa: antes de fin de año el Senado bonaerense aprobará su pliego para transformarse en Procurador bonaerense en reemplazo de la quilmeña María del Carmen Falbo.
Macri, Angelici y el juego
Como sea, Vidal pasa un gran momento con Macri: "Es más macrista que el presidente", la chicanean. El jefe de Estado la invita a dos o tres actos por semana. Sabe que hoy es la dirigente con mejor imagen: según la última encuesta que realizó Jaime Durán Barba la gobernadora supera el 70% de imagen positiva. Para no desperdiciar.
Con Macri, en el timbreo de hoy a un vecino de Moreno.
Aunque no son todas buenas noticias: todavía en La Plata quedan secuelas de lo que fue el amable "consejo" que le dejó Daniel "El Tano" Angelici a la gobernadora cuando quiso aumentar el impuesto a los Ingresos Brutos al juego.
Comenzó argumentando que era confiscatorio y que ponía miles de puestos de trabajo en riesgo. Pero el "consejo" fue subiendo de tono. "Te voy a meter una cautelar y no vas a cobrar un mango", la amenazó, con tonada italiana y campechana. Vidal no insistió y decidió dar marcha atrás. En la Gobernación aseguran que Macri apoyó a Angelici en su parada a favor de los bingos y casinos de la Provincia. La nueva política.