Érase una vez un pastor llamado Pedro, que se pasaba la mayor parte del día cuidando a sus ovejas en un campo cercano al pueblo donde vivía. Todas las mañanas salía con las primeras luces del alba con su rebaño y no regresaba hasta caída la tarde. El pastor se aburría enormemente viendo cómo pasaba el tiempo y pensaba en todas las cosas que podía hacer para divertirse.
Hasta que un día, que se encontraba descansando bajo la sombra de un árbol, tuvo una idea. Decidió que era hora de pasar un buen rato a costa de la gente del pueblo que vivían cerca de allí. Dispuesto a gastarles una broma, se acercó y comenzó a gritar:
-“¡Socorro, el lobo! ¡Viene el lobo!”
Un día el lobo sí apareció y nadie salió al rescate de Pedro, porque esa misma mentira se había repetido varias veces. Los que tenemos algunos cuantos años hemos escuchado este cuento como una forma lúdica de aprender que no hay que engañar al prójimo.
El autor de esta obra, Serguéi Prokófiev, se inspiró incluso en pasajes de la Biblia, donde se hace referencia a los falsos profetas. Este cuento, “Pedro y el lobo”, fue creada como una sinfónica y se estrenó en el Teatro Infantil de Moscú en 1936. Fue un fracaso. Casi 90 años después se sigue contando, paso de generación en generación en todas partes del mundo. Sigue siendo vigente en su mensaje.
¿Cuántos Pedros hay en la política Argentina actual? O, ¿hay que ser Pedro para ganar la elección?
Maria Eugenia Vidal es la principal vocera de la campaña de Mauricio Macri, y su salvación. Goza de una indiscutible buena imagen, es la misma suerte que corren todos los Gobernadores que ha tenido y que tendrá la provincia de Buenos Aires. Esto está ligado a cuestiones geográficas y demográficas: los 3 primeros cordones del conurbano son los más populosos y lo más cercanos a la Plaza de Mayo, con lo cual la referencia inmediata de esos vecinos son primero el intendente, luego el Presidente. No hay registro mediático, por ende, consciente del Gobernador.
María Eugenia Vidal es la principal vocera de la campaña de Mauricio Macri y su salvación"
Esa inmunidad que te da el sillón de Rocha precipita la actual exposición de Vidal. Esa notoria invisibilidad que la alejó de los incendios que provocó su jefe político, Mauricio Macri, en la economía doméstica de los argentinos la catapultó como el mejor producto ha vender de un proyecto de país en default.
Vidal tuvo que salir a vociferar que fue la que luchó y lucha contra un sistema viciado por la lógica del peronismo y los barones del conurbano. La realidad fue otra. En su campaña 2015, Vidal usó como slogan que ella lucharía contra el narcotráfico y señalaba la gestión de Daniel Scioli en ese sentido como pésima. Una vez Gobernadora, puso como Jefe de Policía a Pablo Bressi, que era el jefe de narcoticos del ex gobernador Daniel Scioli. Es decir, premió con un mayor rango al que según ella encarnaba la mala gestión.
Vidal premió con un mayor rango al que según ella encarnaba la mala gestión de Scioli"
También, se abastece de ese viejo sistema político para ganar distritos de la provincia. Un ejemplo podría ser Malvinas Argentinas. Vidal lleva como su candidato a intentendente a Jesús Cariglino. El ex intendente de esa localidad está mutiprocesado en causas que van desde la estafa a la negociación incompatible con la función pública.
Cómo si esto fuera poco, esta semana Vidal tiene que lidiar con el informe del Departamento de Estadísticas de la Procuración Bonaerense, en donde el organismo provincial alertó sobre el aumento sostenido de delitos penales durante el 2018. Este mismo informe detalla que los hurtos agravados (robos con armas) se incrementaron en un 63% y los casos de secuestros extorsivos en un 50.
Después de leer esto, es entendible la confesión televisiva de la Gobernadora de que tiene que tomar pastillas para dormir. ¿Cómo sostener el relato de la lucha contra la inseguridad si tú propio gobierno te contradice?
La Gobernadora que busca la reelección destaca las obras hidráulicas realizadas durante su gestión. Sin embargo, el año pasado canceló la obra del Río Colorado que beneficiaría a 450 mil bonaerenses y consistía en un acueducto de 120 kilómetros que uniría la localidad de Pedro Luro (ubicada a orillas del Río Colorado) con Bahía Blanca, uniendo varios pueblos de la zona más austral de la provincia.
Otro de sus caballito de batalla para retener el poder es la transparencia. Pero este magnifico producto de la comunicación no verbal hace agua hace apenas unos días en una entrevista con Luis Novaresio. Allí asume el delito de usurpación de identidad en la causa de los aportantes truchos de la campaña 2015 y 2017, y lo minimiza a “desprolijidad” y “errores administrativos”.
Por otro lado, cuando de obra pública se trata Vidal concesionó a Carlos Wagner, ex titular de la Cámara de la Construcción y procesado en la causa de los cuadernos de las coimas. Este empresario tiene a su cargo una autopista de cuatro carriles en las afueras de Bahía Blanca. El emprendimiento comprende una inversión de $1.952 millones e incluye, además, el desarrollo de viaductos y el mejoramiento de rutas en esa zona.
En la provincia de Buenos Aires, Esuco, la firma de Wagner, ganó además la licitación para la repavimentación y el ensanche de la ruta provincial 67, en el tramo Pigüé-Puán, en otra iniciativa por más de $230 millones.
La planificación en una campaña política es todo. Elegir un segmento etario y socioeconómico cultural, un slogan, un perfil, una forma, un tono de voz, colores, formas, luces, outfit, etcétera. Pese a la abundancia de información que produce desinformación, la sociedad segmentada en tribus exige rigurosidad en el contenido. Actúa como el juez que sentenciara la veracidad o la falsedad de lo que se está comunicando, o mejor dicho, vendiendo en el caso de los candidatos.
Es aquí donde María Eugenia Vidal hace agua. Se disfraza de Pedro y le grita a los bonaerenses que viene el lobo. La incógnita será que querrán creer esta vez los bonaerenses.