La semana pasada en el bar Blanca Deco & Cafe del barrio porteño de Las Cañitas, clientes discriminaron y agredieron a dos turistas que llevaban la bandera de Palestina y un pañuelo kufiya y esperaban un pedido en el lugar; en repudio a la pasividad con la que actuaron los encargados del lugar, la organización Judíes por Palestina (JpP) realizó un escrache. Cuando se iban, y a dos cuadras de allí, fueron cruzados por otro vecino con insultos fascistas, mientras agentes policiales les pedían sus documentos para conocer su identidad. Este ataque se viralizó mucho más, aunque la causa importante es la del genocidio que el estado de Israel comete en Gaza.
"¿Por qué vienen? Se tienen que ir de acá. Váyanse de acá con esas banderas de mierda. Hijos de puta. Hijos de puta. Sobre todo vos. Seguí filmando, hijo de puta", repitió el agresor de identidad reservada a los militantes contra el genocidio en Gaza. "No interactuamos. No interactuamos", sostuvo uno de ellos mientras los separaba de este frenético hombre.
"Váyanse de mi barrio. Váyanse de mi barrio con esas banderas de mierda. Hijos de puta. Asesinos de mierda. Vuelen de acá", continuó este. "¿Por qué no lo detenés a él?", le preguntó una de las militantes a la agente policial que separaba al hombre como si fuera una pelea en un boliche bailable, pero que no lo reprimía por sus ataques.
"Porque tengo toda la razón del mundo. No me van a detener. ¿Y sabés cuál es la diferencia? Yo soy rico y ustedes unos negros de mierda. Váyanse. La gente rica no va presa", sostuvo el agresor fascista, con todos insultos cargados de discriminación, xenofobia y una concepción en el peor sentido de la palabra clasista. "Seguí vos, la concha de tu madre. Váyanse de acá. Pajero, te vas de mi barrio. Te vas de mi barrio. Vos y todas esas banderas de mierda. Negra de mierda, volá de acá. Soreta. Asesinos de mierda. Son unos asesinos. Se van de acá. ¿Por qué vienen acá?", agregó.
Lo cierto es que, mientras este hombre agredía de forma desmedida a la protesta pacífica, también hubo quienes apoyaron la iniciativa de JpP. "Es mi barrio también. Se pueden quedar acá", gritó una mujer para defenderlos y para cuestionar el accionar vergonzante y cargado de odio de este sujeto.
Horas antes, los militantes habían estado en la confitería de la calle Sinclair en donde la discriminación original se había dado; allí habían sido atacados los dos turistas. Uno de ellos, de usuario @Hussein.squared en Instagram, lo había denunciado en sus redes sociales. Al lugar habían llegado tras una manifestación en la Embajada de Estados Unidos del Comité Argentino de Solidaridad con el Pueblo Palestino.
"La barista tomó nuestro pedido y fuimos a buscar una mesa afuera. Nos acercamos a la ventana para retirarlo y una mujer, que parecía genuinamente interesada, nos detuvo y nos preguntó de dónde era esa bandera, a lo que respondí educadamente que era de Palestina. Luego, me preguntó si estábamos haciendo esto por los rehenes judíos. No entendía nada, pensé que mi español estaba fallando. Miré a mi amigo y él le explicó que veníamos de una protesta sobre el genocidio que está ocurriendo en Palestina", detalló Hussein en una historia.
"En ese momento, la amiga de la mujer entró diciendo explícitamente que no hay ningún genocidio. Todo hace clic en mi cabeza y respondo que no hablamos con sionistas. Le dimos la espalda y nos fuimos a sentar. Se acercaron a donde estábamos sentados y empezaron a gritar que estábamos ahí con la bandera para provocarlos", continuó el discriminado turista.
El hecho terminó con una agresión desmedida en la cual le arrojaron hasta medialunas a estos dos jóvenes. "Uno nos ofreció comprarle un café a mi amigo si nos íbamos, a lo que le informamos que no teníamos ninguna razón para irnos y que íbamos a seguir tomando nuestros cafés ahí", confesó Hussein. Además, desde el bar luego subieron una historia en la que aseguraron que "no iban a aceptar ningún acto antisemita en el lugar". Aunque al final borraron la acusación gratuita de antisemitismo.
Fue a ese lugar al que fueron a escrachar desde JpP. Allí se enfrentaron al encargado y a los pocos minutos se fueron. Cuando los detuvieron a dos cuadras para constatar su identidad, estos no se negaron en ningún momento, aunque allí fue que el agresor fascista sintió que tenía pie para hacer su espectáculo violento.
BigBang habló con Iván Zeta, miembro de JpP, que estuvo presente en el lugar de los hechos y vio cara a cara al hombre que se viralizó durante el último fin de semana a partir de una confesión que revela lo más injusto de la sociedad actual: que las cárceles son para los pobres, porque los ricos no van presos.
- ¿Cómo se dio la agresión hacia ustedes de este hombre que aseguró que porque era rico no iba a ir preso y que la Policía defendía?
Concluido el acto de desagravio, estábamos a dos cuadras del lugar guardando las banderas para retirarnos, dialogando con la policía que se acercó a consultarnos qué había sucedido, cuando este sujeto comenzó a increparnos y a agredirnos de forma racista, elitista y violenta.
Luego otras vecinas nos defendieron, diciendo que ese también era su barrio y que bancaban a Palestina.
- ¿Lograron identificarlo? ¿Pretenden iniciar alguna acción legal contra él?
No lo conocemos, no buscamos identificarlo y no realizaremos ninguna acción legal. Su exposición ante todo el país en redes sociales, en medios y en la TV son suficientes para que esta persona analice mejor la próxima vez que tenga estos impulsos violentos.
-¿Acaso la exposición que hizo no es suficiente para que un fiscal tome cartas en esa amenaza?
Es posible, pero dijo el propio agresor, en la única verdad que pronunció, 'las personas ricas no suelen ir presas'. Los fiscales en Argentina suelen estar más atentos a accionar a favor de los intereses del sionismo, acusando de antisemitismo a quienes defienden los derechos humanos del pueblo palestino, como es el caso de las acciones legales contra la diputada nacional del Partido Obrero en el Frente de Izquierda Vanina Biasi.
-En el mundo son cada vez más masivas las acciones de repudio al genocidio que comete Israel en Gaza, ¿por qué consideran que en la Argentina esto está más silenciado y que no tiene la masividad que sí alcanzó en Europa y Estados Unidos?
El sionismo tiene un peso muy fuerte en la comunidad local, pero por sobre todo hay un apoyo cerrado de todos los sectores políticos a Israel, tanto del gobierno como de la oposición. Las acciones de la DAIA y del poder político para judicializar y perseguir a quienes alzan la voz contra los crímenes de Israel son también un factor para silenciar las protestas.
-¿Cuál fue la respuesta de la colectividad a su organización de Judíes por Palestina? Más allá de los lógicos repudios que puedan recibir, ¿hubo apoyos?
De parte de la dirigencia sionista obviamente hay difamación, ataques, amenazas, negación de nuestra condición judía y acusaciones de traición. Pretenden convertir al judaísmo en una ideología política, y echar a quienes no piensan como ellos. Recibimos apoyo, gente que se suma, aunque hay mucho miedo porque el sionismo opera para excluir de la comunidad a aquellos que no avalan el apartheid sionista y el genocidio. Tenemos numerosos colaboradores que no se exponen públicamente por posibles represalias laborales, sociales, familiares.