“Los problemas no los tienen los dirigentes, los tiene la gente”, dijo la senadora bonaerense María Teresa García el viernes en un reportaje radial. Esta semana en la que el ataque especulativo contra el dólar llevó la divisa al borde de los $ 500 y el Banco Central utilizó reservas para frenar la moneda. La medida que estaba vedada por el acuerdo con el FMI implementada por Sergio Massa rindió sus frutos, pero dejó el sabor amargo de una victoria pírrica. Los precios que sube el dólar nadie los baja y achican el bolsillo de los trabajadores que está cada vez más exiguo.
En un contexto inflacionario que no ha podido ser detenido y vaticina un número aún mayor para el mes de abril, las discusiones internas dentro de cada espacio político aumentan en intensidad. Los pronósticos anuales auguran un aumento hacia fin de año que rondaría entre el 130% y el 150%, muy lejos del planteado por Sergio Massa del 60% anual.
¿Ha ganado algún oficialismo en la Argentina con esta inflación y un horizonte tan poco claro? Las respuestas a las consultoras de sus entrevistados revelan que las expectativas para el año próximo no son optimistas. Inclusive, suponiendo que el oficialismo triunfe en las elecciones de este año, está instalada la necesidad de hacer un ajuste. En la oposición ese es un caballito de batalla. Desde Javier Milei hasta Patricia Bullrich, pasando por Horacio Rodríguez Larreta, Facundo Manes o Gerardo Morales. ¿Qué otra cosa puede significar la propuesta de Milei de dolarizar la economía o implementar las escuelas voucher? ¿La idea de Bullrich de eliminar ministerios o atacar la Ley que permitirá jubilarse a 800.000 personas? ¿Cómo llegaría al 1,5% o 2% de inflación el titular de la UCR si no es a costa de congelar los salarios y detener la carrera con los precios?
Mientras tanto, el peso político del Gobierno se ha desplazado hacia el Ministerio de Economía luego de la definición de Alberto Fernández de no ir por un segundo mandato. Massa reaccionó esta semana con una medida “original” que deja a las claras su pragmatismo y fue resaltada por Cristina Fernández de Kirchner en el Teatro Argentino de La Plata. De excelentes relaciones con los sectores financieros de los EEUU y llegada a funcionarios destacados de la Casa Blanca la disposición implementada esta semana no debe haber pasado desapercibida para esos interlocutores.
El permiso por parte del gobierno de Xi Jin Ping de utilizar yuanes depositados como garantía en el Banco Central para comprar productos de origen de ese país en lugar del dólar es sin dudas importante. De esta menara libera reservas de la moneda estadounidense y no interrumpe la provisión de bienes intermedios necesarios para abastecer la industria nacional y sostener el ciclo productivo. La otra pata la conforma esta mesa de diálogo que empezará a funcionar en los próximos días con trabajadores, movimientos sociales y empresarios para trazar un camino para los próximos 90 días. Un plan de estabilización en sus propias palabras.
Sergio Massa sigue siendo la persona que más concita las miradas como candidato del Frente de Todos a pesar de la inflación y el aumento del dólar. Si logra superar con éxito “pequeñas batallas” como sostener el valor de la moneda y lograr esa mesa de estabilización podrá consolidarse como tal.
Cuando el río suena
“Primero los que hacen barullo deben dejar de hacerlo. Entonces podremos hablar”. BigBang recibió esta frase desde el despacho de Alberto Fernández, con la cual dieron por tierra por el momento con la posibilidad concreta al pedido planteado esta semana por el ministro Gabriel Katopodis. El titular de la cartera de Infraestructura señaló el martes que “frente al ataque contra nuestro país necesitamos que Alberto, Cristina y Sergio se junten”.
Más específicos hicieron llegar una contestación a este portal. La sugerencia fue exclusiva del ex intendente: “Esa es una frase de Kato, no de Alberto”. En definitiva, no hubo agrado en que de alguna manera el ministro le marque la cancha al Presidente, Desde el entorno del funcionario expresaron lo mismo, pero aclarando que el pedido se lo había hecho en privado tanto a Alberto como a Sergio; y que Cristina lo había recibido la a través de sus voceros más cercanos.
Horas después de la presentación de Cristina Kirchner en La Plata, Alberto Fernández en un acto en el Centro Cultural Kirchner acompañado por Sergio Massa volvió a reiterar el concepto, pero de un modo más amplio; “lo ideal sería que los argentinos bajemos el barullo tanto en la política, veamos como el mundo ha cambiado y nos dediquemos a construir nuestro futuro”.
El barullo de la política es una frase que viene siendo utilizada desde hace varios meses por el Presidente. No solo hace referencia a las voces altisonantes y las discusiones en voz alta que se dan con la oposición sino también y fundamentalmente dentro del gobierno.
El titular del ejecutivo condiciona cualquier tipo de diálogo interno a no discutir a cielo abierto las medidas que deben llevarse adelante. Luego de la derrota de las PASO de 2021 la discusión y posturas divergentes dentro del oficialismo han estado en carne viva y a disposición del espectador. Unos meses antes, el 18 diciembre de 2020, ya la Vicepresidenta en el estadio Diego Armando Maradona de la capital bonaerense había alertado sobre la necesidad de alinear los salarios y jubilaciones con los precios de los alimentos y las tarifas.
Hay una línea común entre las palabras de Máximo Kirchner en Ferro carril Oeste el sábado en Buenos Aires y las de Cristina Kirchner en la Plata: la necesidad de acordar para el próximo candidato elegido por el Frente de Todos, o como se denomine la coalición que encabece el justicialismo, un conjunto de diez, quince o veinte puntos que conforme un programa de gobierno que se deberá mantener a rajatabla.
Hoy, luego de haber dejado de lado una nueva postulación al sillón de Rivadavia el espacio de poder del Primer Mandatario se ve aún más acotado. Se ha puesto como objetivo ser garante de las PASO para este año, dejando atrás el dedo iluminado, a pesar de él mismo haber llegado al cargo de ese mismo modo.
“Alberto está enojado”, interpretan cerca de Cristina. La Cámpora entiende en la negativa del Presidente a sentarse en una mesa conjunta que ellos son los culpables de todos los males del Gobierno. También que está golpeado por ser el primero que terminará su mandato y no se presenta a la reelección. Describen la continuidad de estos 40 años con este relato: Alfonsín se tuvo que ir acorralado por la inflación, De La Rúa por la situación económica y social, la represión y los muertos; y Néstor por continuidad con Cristina. “No queremos que el dólar esté a $ 460 ni a $ 470, somos parte de este gobierno y necesitamos que le vaya de la mejor manera” se descargó nuestro interlocutor y arega que “no le respondemos a Aníbal (Fernández)”. Indican como para demostrar la buena voluntad propia. El titular de Seguridad ha tenido varias sentencias contrarias a Máximo Kirchner y La Cámpora en el último tiempo. También recordaron que en el acto de Ensenada de Victoria Tolosa Paz el sábado 23 no habían invitado a ningún dirigente de su sector, mientras que “aquí abrimos las puertas a todos, están presentes ella misma y Juan Manuel Olmos entre otros”.
Más allá de la negativa del Presidente a una convocatoria, desde otros espacios siguen insistiendo que la Vice es quien debe ordenar el espacio y llamar a las principales figuras. Uno de los ministros cercanos al gobernador Axel Kicillof señaló el jueves, a BigBang: “si Alberto no participa por decisión propia nosotros seguimos adelante”. Algunas cartas están jugadas.