18 Julio de 2016 07:28
Cuando sonreímos nos vemos más accesibles, más amables, generamos un ambiente de bienestar y confianza entre los que nos rodean. Las sonrisas son gratis y contagiosas. Si sentís que no tenés ganas de mostrar tus dientes por cómo se ven, tené en cuenta que además de una higiene rutinaria y visitas periódicas al dentista, tu alimentación también es clave.
Los aliados:
Agua:
Ayuda a arrastrar y eliminar los restos de azúcar, bacterias y otras sustancias agresivas para la dentadura. Si no podés lavarte los dientes después de las comidas, al menos enjuagá la boca con agua, alrededor de 30 segundos antes de escupirla, para reducir la presencia de bacterias y restos de alimento.
Enjuagar la boca con agua después de comer, un buen hábito.
Manzanas, apio y zanahorias:
Se los conoce como "alimentos detergente" o "limpiadores naturales". Van limpiando la dentadura mientras masticás y ayudan a evitar la acumulación de sarro, fortaleciendo las encías.
Además de los dientes, mejoran la vista. ¡Incluílas!
Frutillas:
Contienen xilitol, un polialcohol de probadas propiedades anticaries, y ácido málico y vitamina C, sustancias que contribuyen al blanqueamiento. Además, el ácido málico estimula la producción de saliva y puede reducir las bacterias. No en vano es un ingrediente habitual de muchas pastas dentífricas. Podes preparar un blanqueador casero: hacés una pasta con dos frutillas, una cucharada de bicarbonato de sodio y el jugo de medio limón. Con esta pasta combatís el sarro y blanqueás a full: el limón es un blanqueador nato, ya que su característica principal es la acidez. También es rico en vitaminas y minerales, principalmente en vitamina C.
¿Sabías que las frutillas te blanquean los dientes?
Verduras de hoja verde:
El brócoli, el repollo y las espinacas requieren mucho masticar, lo que estimula la secreción de saliva, rica en compuestos antibacterianos.
Los enemigos de la boca:
Cítricos y alimentos ácidos:
Limones puros, naranjas, pomelos, tomates, el vinagre en sí y los alimentos macerados en vinagre -pepinos, ajos, cebollas, zanahorias- amarillean los dientes por su alto grado de acidez. Además, provocan caries y sensibilidad dental. Después de consumirlos, enjuagarte bien la boca y esperá al menos 30 minutos para cepillarte los dientes.
Los cítricos son sanos, pero no para todo el cuerpo.
Dulces, caramelos, refrescos y frutas deshidratadas:
Contienen mucho azúcar, alimento que abastece a las bacterias bucales, con la consecuente segregación de ácidos dañinos para los dientes.
Café, té y vino
Nos encantan... pero hay que moderar su consumo. Contienen taninos que, aunque pueden combatir la aparición de caries, por otro lado tiñen el esmalte y pueden provocar manchas y sequedad.
¿Café? Para cuidar los dientes, mejor no.
¡Cigarrillo!
No hace falta describir lo nocivo que es. Amarillea los dientes (¡y los dedos!), y deja un aliento horrible. Mancha los labios y queda muy feo. Un no definitivo.
¿Te importa que tus dientes se vean blancos? ¡No fumes!
Un truco para maquillarse:
Los labiales en tonos coral o rojo crean un efecto óptico de dientes más blancos. Por el contrario, los más claros -como rosas pálidos- tienden a resaltar el color amarillento de la dentadura.
El labial in red resalta la blancura de la sonrisa... ¿o no?