13 Diciembre de 2022 16:59
Cuesta comenzar la nota de otra manera, pero hay que escribirlo: la tienen a-den-tro. Absolutamente adentro. Después de las críticas clasistas y anti argentinas que recibió injustamente el equipo dirigido por Lionel Scaloni, la Selección Argentina cumplió, jugó un partidazo frente a Croacia en la Semifinal de Qatar 2022 y ahora la Scaloneta se metió en la final del mundo.
A diferencia del partido anterior, el choque con Croacia fue un mimo al alma. Una absoluto orgasmo futbolero. Todos afilados, todos en sintonía, todo fue perfecto. El resultado fue un contundente 3 a 0. Pero, sinceramente, eso es lo que menos importa ahora. La Selección demostró hoy que el trabajo que lleva adelante Scaloni desde hace cuatro años funciona. ¡En su cara, detractores!
Y a 90 minutos de la gloria eterna, la emoción de la hinchada acompañó desde Qatar y desde la Argentina. Como era de esperarse, las redes sociales estallaron durante el partido, aunque el clímax llegó después del tercer gol; cuando el resultado ya se advertía irreversible y el equipo de Scaloni ya estaba completamente adentro de la final y el "Muchachos, otra vez nos volvimo a ilusionar" retumbaba en el Lusail.
Las furiosas críticas que recibió la Scaloneta por parte de un sector del "periodismo deportivo" fueron el puntapié para potenciar la creatividad de los verdaderos hinchas de la albiceleste, los que la viven como si estuvieran dentro de la cancha y no detrás de un escritorio, cumpliendo con las órdenes editoriales de sus patrones o canalizando, por qué no, miserias propias.
Argentina llega a la final sin haber jugado contra un equipo campeón del mundo. Es cierto. Tan cierto como que Arabia Saudita, México, Polonia, Australia, Países Bajos y ahora Croacia pueden decir que sí se cruzaron con un equipo bicampeón. Y a excepción de los primeros, que cumplieron con el partido de su vida en la primera fecha y se volvieron a su casa en la primera ronda, el resto de los equipos sufrió con la Scaloneta. Con un Messi en su mejor momento, dentro y fuera de la cancha. Con el indiscutido capitán de un equipo en el que la premisa es bien maradoniana: "Si tocan a uno, nos tocan a todos".
Desde la redacción de BigBang, todavía con la piel de gallina y el orgullo que no nos entra en el pecho, les decimos: felicitaciones muchachos. ¡Somos orgullosamente vulgares, populares y finalistas!
