Mientras su entorno busca dar con el responsable de filtrar una escandalosa foto de su internación en el Hospital Italiano, la salud de Jorge Lanata presentó en los últimos días una notable mejoría que llevó al personal médico a bajarle el nivel de sedación. Si bien su vida aun corre serio riesgo luego de atravesar diversas intervenciones quirúrgicas en pocos días por su isquemia intestinal, el conductor se encuentra bajo revisión médica y ya presentó leves mejoras. "Le bajaron el nivel de sedación y está entre despierto y adormecido", informaron desde América TV, que mantiene un móvil en el nosocomio para informar minuto a minuto de su evolución.
Según detallaron, después de las cuatro cirugías a las que fue sometido a causa de la isquemia intestinal (trastorno que puede ocurrir como resultado del estrechamiento de los vasos sanguíneos a causa de una aterosclerosis o un coágulo sanguíneo), al periodista le colocaron "una válvula para evitar que el contenido del intestino grueso pase al delgado y de esta manera evitar contaminación por bacterias". "Está más despierto, se le va a ir lavando la sedación con el paso de los días. Tolera bien los periodos en los que se le apaga el respirador", contó Andrea Rodríguez, ex pareja del periodista y madre de Bárbara Lanata, al ser consultada por la salud del conductor.
Cabe destacar que Rodríguez viene de denunciar que tenía prohibido el ingreso al Hospital Italiano hasta que la Justicia le dio la derecha a su hija. "Estoy bien. Yo tenía prohibido entrar al hospital, eso es verdad, por supuesto. Ahora puedo porque me autorizó Bárbara", había revelado a un móvil de Socios del espectáculo. Según Daniel Ambrosino,"tuvo que intervenir el sector de legales del Hospital Italiano" para autorizar la entrada de Rodríguez. Al respecto de cómo sigue la salud del conductor de PPT, detallaron que "el intestino está cicatrizando y funcionando bien, y pronto van a probar pasar de la alimentación parental, por sonda, a la nasogástrica".
A pesar de que el periodista mejora, su entorno enfrenta una guerra sin cuartel y la reciente filtración de una fotografía de él en la camilla del Hospital Italiano, cuando se supone que no está permitido el ingreso a la habitación con dispositivos móviles. La imagen la publicó una cuenta de Twitter que fue creada hace unos días y no tiene seguidores. La familia del periodista investiga la IP de la cuenta para rastrear al responsable para poder iniciar acciones legales. Además, su hija Bárbara enfrentó las cámaras y habló de los conflictos entre entre la actual esposa de su padre, Elba Marcovecchio, ella y su hermana Lola.
La tensión se hizo evidente en torno a decisiones sobre las visitas permitidas al periodista, la suspensión de empleados y la gestión de su patrimonio. Incluso, escaló cuando las hijas del conductor cuestionaron la conducta de Marcovecchio, acusándola de tomar decisiones que perjudicaban la salud de su padre y de apropiarse de objetos valiosos de la casa. Bárbara explicó que su madre, Andrea Rodríguez, fue finalmente incluida en la lista de personas autorizadas para visitar a Lanata, algo que antes solo podía decidir Marcovecchio. Este cambio permitió que Rodríguez pudiera ver a su ex marido en el hospital.
La mayor de las hijas del mediático también destacó lo agotador que ha sido este tiempo, tanto física como emocionalmente, pero se mostró aliviada por la evolución favorable de las cirugías de su padre. "Estoy bien... Cansada porque cualquiera que tiene un familiar internado sabe que es agotador física y emocionalmente, pero contenta porque las cirugías salieron bien", dijo la productora radial. El conflicto entre las partes había llegado a su momento más álgido cuando Marcovecchio suspendió a dos empleados de confianza de Lanata, lo que provocó la inmediata respuesta de Sara "Kiwi" Stewart Brown, ex esposa de Lanata y madre de su hija menor, Lola.
La mujer utilizó un poder recíproco firmado por Lanata para revocar las decisiones tomadas por la letrada, argumentando que iban en contra de los deseos del periodista. Según ella, Lanata jamás perjudicaría a personas que lo acompañaron fielmente durante más de dos décadas. Marcovecchio respondió con una carta documento, en la que rechazó la revocación del poder y defendió su derecho a administrar el patrimonio de Lanata. La abogada argumentó que había tomado decisiones para ajustar los costos y poder seguir cumpliendo con la cuota alimentaria de Brown, acusando a esta última de apropiarse de facultades que no le correspondían.
Consultada al respecto, Bárbara aclaró que el poder utilizado por Brown era legítimo y que siempre había estado en manos de la ex esposa de su papá. Insistió en que la disputa no era por cuestiones económicas, sino por actos específicos durante la internación de su padre, como la restricción de visitas. También expresó su escepticismo respecto a una afirmación de Marcovecchio, quien había dicho en redes sociales que Lanata le había advertido que sus hijas y ex esposas se "matarían por la plata". "Me parece que eso habla más de ella que de nosotras, la verdad. Además, yo estoy segura de que mi papá nunca dijo eso", sostuvo Bárbara.
Y añadió: "Y si lo dijo, que ahora ella salga a contarlo, me parece muy bajo, sobre todo para mi hermana, que es chica. Además, nosotras nunca hablamos de plata. Nosotras cuestionamos actos. Actos en determinados momentos de la internación. No cuestiones de plata. No hay temas económicos. Para mí, que se quede con todo. Todo esto empezó por falta de comunicación familiar. Si hubiese habido una comunicación más fluida desde el principio, no hubiese pasado. Y cuestionamos actos en ciertos momentos de la internación de mi papá que no estuvieron buenos. Y además, cosas como la lista; que mi mamá no pudiera entrar".
Respecto a la relación con Marcovecchio, Bárbara dijo que siempre fue distante. Mientras que ella, ya adulta, solía ver a su padre los fines de semana a solas, su hermana Lola, más joven, tenía una relación algo más cercana debido a que pasaba parte de la semana en la casa de Lanata. Por esta razón, Bárbara atribuyó los conflictos a una falta de comunicación familiar y resaltó que una mayor claridad desde el inicio habría evitado muchos problemas. "A mi papá lo veía los fines de semana. Almorzábamos juntos, solos, porque ella no venía. Lola tuvo un poco más de relación porque es chica y pasa la mitad de la semana en la casa de mi papá", detalló.
Finalmente, Bárbara se refirió a la aparición de Marcovecchio en un evento en el Palacio Duhau, en preparación para el cumpleaños de 15 de su hija Allegra y si bien evitó opinar al respecto, remarcó: "Eso es muy personal. Me habían comentado que era el cumpleaños de 15, pero no sabía cuándo... No sé. Si lo quiere hacer, está bien. No quiero opinar de los chicos, no soy mamá y no sé qué haría en esa situación. Nadie tiene ganas de pelear. Es una situación de mierda para todos. Estoy cansada igual que todos. A esta altura es muy complicado que nos sentemos a tomar un café. Lo intenté en su momento y no me contestó los mensajes", cerró.