Fogosos. Calientes. Temperamentales. Diego Maradona y Rocío Oliva, de ellos hablamos, volvieron a ser retratados en una situación poco fotogénica. Ahora, Pelusa posa ante la lente con las manos en los pechos de su pareja, que sonríe satisfecha ante la escena. En la mesa, restos de una hamburguesa completa y de una gaseosa.
Ayer nomás, los tortolitos futboleros se tiraban con todo y vivían una situación violenta que fue vista por miles de personas en la web
Pero antes de la escena violenta habían sido retratados dentro de una pileta en situación más que íntima, cuando el diario Muy publicó fotos de Maradona acariciando la parte delantera de la malla de su mujer. Amor-odio-amor. El corazón de Diego es enorme, y sus manos, bastante largas.