La princesa Alexia de los Países Bajos, conocida en estas tierras como "la segunda hija de Máxima Zorreguieta", cumplió la mayoría de edad el pasado 26 de junio y decidió marcar una fuerte distancia con su hermana mayor, Catalina Amalia, primogénita de los reyes de Holanda y natural heredera al trono. De su debut formal como "princesa en funciones", a sus desplantes adolescentes y su determinación de no quedar jamás "en un segundo plano".
Alexia se recibió en los últimos meses del lujoso colegio UWC Atlantic College de Gales, en donde fue compañerita de escuela de la princesa Leonor de España. Durante su estadía en el Reino Unido, Máxima y su marido sufrieron las esquirlas mediáticas de no contar con la estricta protección mediática que sus hijas (y toda la familia real) goza en territorio local.
Las fotos de la adolescente disfrutando de la vida fuera del aula, de fiestas y tomando alcohol generaron una crisis institucional para los Orange, acostumbrados a blindar y prohibir cualquier imagen o información vinculada a la familia real que no haya sido autorizada por el Palacio.
Ahora, Alexia disfruta de su año sabático y, a diferencia de su hermana mayor (quien demoró lo más que pudo el desembarco en la arena pública), celebró su "bautismo real" con su primer acto oficial a solas y con ella como protagonista. La joven de 18 años se mostró en el puerto de Rotterdam para inaugurar un barco bautizado en su honor y dio la nota al reutilizar uno de los looks más elogiados de Máxima: el famoso vestido azul marino de Oscar de la Renta.
La posición actual de Alexia es similar a la que en su momento tuvo el príncipe Harry. El hijo de Lady Di y el actual Rey Carlos III creció bajo la atenta mirada de los medios de comunicación, pero su posición en calidad de segundos en la línea de sucesión los obligó a forjar su propia identidad y rol en la monarquía.
Durante su adolescencia, los "celos" de Alexia por la atención recibida por parte de su hermana mayor lograron trascender el blindaje del Palacio. A sus 14 años, la princesa les habría anticipado a sus padres su decisión de ser actriz y modelo; al tiempo que resaltó el desagrado que le generaba la diferencia de tratos recibida por parte de Catalina Amalia, la mayor.
"¡Yo también existo!", le habría espetado Alexia a Máxima. Según la prensa holandesa, la princesita pasaba horas en Internet y estaba obsesionada con la atención que recibía su hermana mayor. Por ese entonces, sus padres decidieron que ya era hora de que la heredera al trono comenzara a "levantar su perfil" y empezara a prepararse para su futuro rol como reina; algo que disparó la interna entre las hermanas.
Durante esos años, Máxima y su marido decidieron sumarla a la mayoría de las actividades oficiales de la Corona; pero el rey Guillermo tuvo que abocar su atención en Catalina Amalia. La formación de la futura reina es una de las obsesiones de los reyes, pese a que son cuidadosos a la hora de no hacer diferencias con sus otras dos hijas. “Sabe que está en una situación privilegiada y es esencial que pueda desarrollar su propia personalidad como cualquier niño. Por eso no la educamos de forma distinta a sus hermanas Alexia y Ariana”, advirtió el rey tiempo atrás.
Todo cambió ahora que Alexia terminó el secundario y decidió tomarse un año sabático para viajar e incrementar sus apariciones públicas. Y es que, pese a que en su adolescencia soñaba con convertirse en modelo y actriz, los medios europeos señalan que su nuevo objetivo es encontrar un rol definido dentro de la Familia Real.
"Quiero esperar un poco más para hacer planes de futuro. He vivido dos años llenos de acontecimientos, por lo que creo que lo mejor para mí ahora es tener un año sabático. Tengo muchas ideas, pero todavía no tengo nada planeado. Me gustaría trabajar, viajar y hacer un poco de todo", explicó la princesa a los medios europeos.