Andrés Calamaro practicó uno de sus deportes favoritos de esta etapa de su vida: el bardo en las redes sociales. El Salmón incursionó en este caso en la política argentina y aprovechó la ocasión para prenderle fuego al ministro de Educación, Nicolás Trotta. ¿Qué hizo el ministro para justificar que Calamaro lo trate como sus amados toreros tratan a los toros? Un tuit bastante, digamos, cándido, donde el ministro mostraba su aspecto antes y después del corte de pelo. Una pavada, bah, ante lo cual Calamaro saltó con los tapones afiladísimos y de recontrapunta. Igual que Trotta, pero no el ministro sino Roberto Trotta, aquel rudo marcador central que se destacó en Vélez Sarsfield en los 90.