Después de más de diez años de soportar la absoluta tutela legal de su padre, Britney Spears puso en marcha el "operativo libertad" el miércoles pasado, cuando inició los trámites para dar por anulada la medida judicial que le otorgaba a su padre, Jamie Spears, no sólo la administración de todos sus bienes, sino también el resguardo físico y emocional de la cantante. En línea con su decisión de retomar las riendas de su vida, la ex princesa del pop puso a la venta la impresionante mansión que adquirió en el año 2007, luego de firmar los papeles de divorcio de Kevin Federline.
"Para Britney, esa casa le trae los peores recuerdos. Fue ahí en donde vivió su peor pesadilla", reconocen desde el círculo íntimo de la cantante. "En el año 2012, después de insistirle mucho a su padre, logró mudarse a otra propiedad. Pero, como Jamie es quien administra sus bienes hasta ahora, nunca la pudo vender. Para ella es importante desprenderse de la mansión que le recuerda de modo constante los que fueron sus peores años", suman.
En efecto, la propiedad lleva más de dos años en venta y no hay compradores a la vista. En un principio, la cantante pedía casi once millones de dólares, tres menos de los que desembolsó en el año en el que la compró. "La casa se hizo famosa porque era el lugar en el que los fotógrafos asediaban a Britney. Es una de las propiedades más lujosas del barrio, pero nadie quiere siquiera acercarse porque todos la relacionan con esas imágenes", reconocen.
En las últimas semanas, Britney volvió a bajar sus expectativas y pide ocho millones de dólares, un precio que se ubica muy por debajo de su valor del mercado. "Ya no le interesa ni siquiera la plata, lo único que quiere es venderla. Además, tiene que invertir una fortuna todos los meses para poder mantenerla y ya se cansó. Quiere hacer un borrón y cuenta nueva".
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La mansión es de estilo italiano y tiene más de 700 metros cuadrados a puro lujo:
Entre las comodidades se encuentra un spa privado. Una sala de cine de última generación. Seis dormitorios y la habitación principal, con una terraza privada con vista al jardín de 85 mil metros cuadrados. Un envidiable vestidor de 45 metros cuadrados. Siete baños -todos ellos con jacuzzi- Un gimnasio moderno y un centro de belleza, que ella misma diseñó.Leé también | El motivo por el que Britney Spears fue internada otra vez en un psiquiátrico
Mientras da batalla por vender su mansión, Britney también enfrenta al juez que definirá si está apta o no para poder tomar sus propias decisiones. La reciente enfermedad de su padre aceleró los tiempos y la cantante buscó en su madre, Lynne, una aliada: le pidió que, en caso de que la Justicia insista en que todavía necesita supervisión legal, sea ella quien se encargue de asumir el rol que hasta ahora cumplía su ex marido.
"Britney confía en ella y le pidió que forme parte activa de la tutela. Considera que la ayudará a tener más autonomía", reconocen desde su entorno. Sin embargo, el sitio estadounidense TMZ accedió a la historia clínica de la cantante, quien lleva más de diez años con asistencia psiquiátrica. "Su medicación hace tiempo que dejó de funcionar y los médicos no consiguen dar en la tecla para volver a recuperar su estabilidad mental y emocional", advirtieronn.