21 Julio de 2021 09:00
Este 21 de julio, Robin Williams habría cumplido 70 años. Pero su decisión de quitarse la vida truncó su camino en agosto del 2014 y dejó muchos interrogantes en relación a su salud mental.
El actor se ahorcó en su casa de Paradise Cay, en California, y un examen forense de su cerebro sugirió que sufría signos tempranos de demencia difusa con cuerpos de Lewy, una enfermedad neurodegenerativa. Además, tiempo atrás había sido diagnosticado con Parkinson.
De acuerdo al vocero de la Asociación de Demencia con Cuerpos de Lewy de Estados Unidos, Dennis Dickson, el reporte de la autopsia de Williams confirmó que "tenía depresión, ansiedad y paranoia, lo cual puede suceder tanto en pacientes con Parkinson o en demencia con cuerpos de Lewy".
"Fue una enfermedad"
En ese sentido, un año después de la tragedia, Susan Schneider, su última esposa, reveló el motivo por el cuál el actor tomó esa decisión: “No fue la depresión la que mató a Robin, fue una enfermedad”.La viuda de Williams reveló que el actor padecía DCL, una enfermedad neurodegenerativa.
“No fue la depresión la que mató a Robin, fue una enfermedad. Él sabía que estaba perdiendo el juicio
Las últimas horas del actor fueron, según su mujer, misteriosas. “Yo estaba en la cama y él vino a la habitación un par de veces. Me dijo: 'Buenas noches, mi amor', y se marchó con su iPad. Parecía que tenía algo que hacer y pensé: 'Esto significa que está mejorando'. Fue la última vez que lo vi”, recordó en diálogo con la revista People.
“Pasé este último año tratando de encontrar qué fue lo que 'mató' a Robin”, dice Schneider.“Era consciente de que estaba perdiendo el juicio. No había nada que se pudiera hacer al respecto. La enfermedad era más rápida y más grande que nosotros. El final era, de igual manera, la muerte”, reconoció Schneider.
“Robin padecía DCL, una enfermedad neurodegenerativa
"He pasado este último año tratando de encontrar qué fue lo que 'mató' a Robin, entender lo que estábamos luchando lo que fuimos en los combates trincheras. Hasta que uno de sus médicos me dijo: 'Él era muy consciente de que estaba perdiendo el juicio y no había nada que pudiera hacer al respecto", agregó la viuda.
“Tuvo ataques de ansiedad que lo paralizaban. Una vez calculó mal al cerrar una puerta y acabó con la cabeza ensangrentada y con rigidez muscular", recordó. "Era incapaz de decir qué le había pasado. Sin embargo, su equipo de médicos no pudieron identificar qué le pasaba hasta que le realizaron la autopsia”.