Ya es un icono del humor en su provincia natal y su nombre suena cada vez con más fuerza en la Ciudad de Buenos Aires. Camilo Nicolás se encuentra transitando una popularidad que se ganó con esfuerzo y trabajo, en medio de una pandemia mundial que afectó a miles de artistas en todo el país. Pero el caso del cordobés es distinto, ya que decidió realizar un cambio rotundo en su carrera semanas antes de que explotara el COVID-19 en el país.
Y es que durante más de siete años, Camilo hizo dupla con su colega Nardo Escanilla, a quien no solo recuerda con cariño, sino que afirma que sigue siendo su gran amigo a pesar de este distanciamiento profesional. Además, en medio de la pandemia fue papá de Paz, quien llegó a este mundo el 14 de mayo del 2020 para demostrarle que el "verdadero amor existe" y que no existirá nadie "que te rompa tanto los h... con ella" (resalta con mucho humor y risas).
Al mismo tiempo, Camilo puede alardear de haber conocido en persona a Lionel Messi y, sobre aquel día que compartió con Nardo, aclaró: "Se puede decir que ese día nos recibimos de cagones". Mientras se prepara para regresar a los escenarios los días 13 y 14 de agosto -realizará su obra en la sala Pablo Neruda del Teatro Paseo La Plaza ( la obra estaba prevista para mayo cuando volvieron las restricciones)- el cordobe?s, actor y comediante, tal y como se define, dialogó con BigBang sobre las dificultades de ser artista durante la pandemia, de la actualidad de los humoristas y recordó el día que conoció a La Pulga y no se animó a hacerle un show por su cumpleaños número 32.
Estuviste casi una década trabajando con Nardo Escanilla ¿Por qué decidiste lanzarte como solista?
- Estuvimos siete años juntos haciendo reír a la gente y esta decisión. vino de la mano de los tiempos de cada uno. Yo soy más "culo inquieto". De hecho, metí 58 funciones en dos meses y medio, mientras que Nardo buscaba otro ritmo. Además, él durante este tiempo fue papá y quería pasar más tiempo con su familia. Igualmente somos muy amigos, hermanos. Trabajamos por última vez juntos el 7 de marzo.
Pero bueno, esta separación se debió a los diferentes ritmos que manejamos ambos. Subirme al escenario es algo que me gusta hacer y ante eso decidimos con Nardo tomar caminos diferentes, pero no hubo ningún problema personal ni nada por el estilo. No tuvimos razones para separarnos, salvo esa. ¿Si nos vamos a volver a juntar en algún momento? No tendría ningún problema, pero en lo personal no me gustaría porque significaría que no me fue bien solo.
¿"Es un montón" (su show) debe su nombre a todo lo que te ocurrió en este año y medio?
- Tal cual, sí. Viene de la mano de eso. Este fue el primer show solo que hice y encima en medio de la pandemia y a poco de ser papá por primera vez. Mi primer unipersonal fue por streaming, donde hice tres shows: "Es un montón” volumen 1, 2 y 3. Gracias a Dios fue con muy buena repercusión, tuvo más de 10 mil tickets vendidos. Después volví al café concert, que fue el lugar donde arranqué, en bares que fueron los primeros habilitados por el COE.
Yo fui papá el año pasado, arranqué la conducción de un programa de radio y de tele, reinventándome en ese sentido. Y ¡es un montón! (risas). El principal error es comparar el show presencial y el streaming. Para mi, fue una gran salida laboral poder realizar mi show de manera online, pero el punto débil que tiene es que no tiene conexión con el público.
Eso para un humorista es letal. No le ves la cara a las personas y no sabes si está funcionando lo qué haces. Las risas y los aplausos son el motor del humorista para saber si es gracioso o no lo que está haciendo. Igual amo el vivo e improvisar, pero el streaming fue un desafío interesante que me dio la oportunidad de afrontar mi carrera en medio de la pandemia.
Paz ya tiene un año ¿cómo es ser padre primerizo en medio de una pandemia?
- Yo siempre digo que hay dos lados. Un lado A, donde digo que Paz fue y es lo más lindo que me pasó en la vida y que no va a ver un amor más grande que este, y un lado B, donde aclaró que tampoco voy a encontrar nunca a nadie que me rompa tanto los h... . Igualmente, la pandemia en ese aspecto fue una bendición porque me permitió estar un año bien presente.
Ahora con las giras, la radio y la televisión, el tiempo que paso con Paz es más espaciado, pero igual de valioso. Es intenso y si uno realmente tuviera la posibilidad de saber lo que va a vivir durante la paternidad, seguramente tomaría la decisiónantes. Soy un padre presente.
¿Cómo te está tratando la pandemia y cómo fue volver a pisar un escenario después de tantas restricciones?
- La presencia más fuerte fue durante en el verano. Arrancó la temporada y trabajé de lunes a lunes con 12 funciones por semana. Tenía temporada de Carlos Paz y funciones privadas. Mi 2020 estaba destinado a hacerle frente a mi separación con Nardo y tuve la “suerte” de comenzar rápido a pesar del momento delicado que atraviesa el país.
Estoy seguro que los humoristas corrimos con la ventaja de que las personas necesitaban relajarse y reír en medio de tanto drama. En temporada hice 73 funciones en 58 días. Hice vivos a la noche que tuvieron repercusión, de lunes a lunes entre tres y cuatro horas. Uno ya sabe cómo se vive y que todo lo que se hace en este momento no será así siempre. Esto permite disfrutar del momento y no especular tanto.
¿Si me genera cierta molestia no saber si me voy a poder presentar hasta el último día por la pandemia? Si es para cuidarnos, bienvenido sea. Si los casos crecen y no se puede hacer el show, seré el primero en aceptarlo. Yo me cuido mucho para no contagiar, para cuidar a mi hija y a mi familia.
¿Cómo ves el humor hoy? ¿Es difícil tocar algunos temas para hacer reír?
- A la gente le gusta separar el humor de antes y el de ahora. Hay humor para cada época. Si sos humorista y no sabes cómo vienen los avances en términos de humor, hay un error. Yo me considero de una nueva camada de humoristas que no hace chistes, pero me crié con Porcel y Olmedo que hoy no durarían ni un segundo en la tele. El humor, mientras más incluya, mejor.
En mi monólogo en vivo trató de incorporar a la gente al show, pero sin agarrar de punto a nadie y sin apuntar a un defecto físico. Lo más complicado es tratar de llegarle a la mayor cantidad de gente posible. Creo que no es que hay un humor bueno y un humor malo, sino diferentes tipos de humor. La diferencia radica en eso y es la gente la que termina dando la aprobación del tipo de humor que hacés, si les gusta o no.
¿Es diferente hacer reír a un porteño o un bonaerense que a un cordobés?
- Me pasa mucho en Buenos Aires que hay muchas palabras que uso, que para mi son normales, que para ellos son graciosas. Mi tono les causa gracia. Buenos Aires, Córdoba y Rosario te marcan la vara de cómo te va a ir en otros lugares y te da la pauta de si el show viene bien o no. Yo tengo el tono cordobés muy marcado, hice propagandas por mi tonada y a la gente le divierte mi forma de hablar. ""Qué abuso", "qué calorazo" o "culeado" son más graciosas afuera de Córdoba que adentro.
2019, Copa América y se te dio la oportunidad de conocer a Lionel Messi, ¿cómo se armó y se dio aquel momento? ¿Es cierto que no quisiste hacer un show frente a él?
- Se puede decir que con Nardo nos recibimos de cagones. Tuvimos la oportunidad de ir a la Copa América y como manteníamos un buen diálogo con Paulo Dybala, nos contó en qué hotel se iban a alojar. Ya en el hotel, Dybala, Matías Suárez y Renzo Saravia nos preguntaron si queríamos ir a comer con ellos y obviamente aceptamos.
Estaba Messi con la familia y nosotros ahí comenzamos a comer hasta que en un momento dado, comenzaron a cantarle el feliz cumlpleaños a Messi. ¡Era el cumpleaños! Estábamos en el medio de todos, éramos dos astronautas, nada que ver. Le preguntamos a Dybala si le podíamos pedir una foto a Messi y el nos cagó a pedos, nos dijo que si no lo hacíamos nosotros, lo hacía él.
Después de la foto, Dybala nos preguntó si queríamos hacer un show y dijimos que no, nos cagamos. Fue un rato, nos saludo muy bien, se estaba yendo, no nos animábamos a pedirle foto y cuando estaba bajando la manija de la puerta dijimos 'lo perdemos', entonces Nardo se disfrazó de cara de yunque y le pidió. Nos cagamos hasta para pedirle una foto. Nos saludó, charlamos un ratito con él, pero debe tener los huevo inflados de que le pidan fotos.