La periodista y conductora televisiva Viviana Canosa bebió anoche en vivo en su programa de Canal 9 varios sorbos de dióxido de cloro, el peligroso químico que hace meses es promocionado en diversos países del mundo como una cura o un modo de prevenir contagios de coronavirus. Aseguró que “no recomienda”, pero tomó directamente de la botella varias veces antes de despedirse del público en la emisión del miércoles. "Nos preocupa que comunicadores generen esa situación que puede ser peligrosa", aseguró esta mañana la secretaria de Acceso a la Salud, Carla Vizzotti, en declaraciones a Radio Con Vos.
El llamativo episodio ocurrió al final del su programa en Canal 9, que en las últimas dos semanas ya fue epicentro de varias polémicas. Canosa se estaba despidiendo de sus compañeros y del público cuando de pronto leyó una frase que decía “dejen de prohibir tanto porque ya no alcanzo a desobedecer todo”, y de inmediato bebió directamente desde la botella el líquido con una tonalidad amarillenta.
“Voy a tomar un poquito de mi CBS, oxigena la sangre, viene divino, yo no recomiendo, les muestro lo que hago, los quiero, chau, hasta mañana”, cerró la conductora de Canal 9.
El video desata una nueva polémica, luego de que esta semana Canosa contara en ese mismo programa y también a través de su cuenta de Twitter que estaba bebiendo Dióxido de Cloro (CBS), un peligroso químico, con el objetivo de “prevenir” un contagio de coronavirus. La ingesta de ese producto fue cuestionada por la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica, así como también como la Organización Mundial de la Salud y la Organización Panamericana de la Salud.
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De hecho, ayer en un comunicado la ANMAT afirmó que “debido a la circulación en las redes sociales y medios digitales relacionados a la utilización de dióxido de cloro para el tratamiento de COVID-19 u otras enfermedades, se reuerda que el producto mencionado no cuenta con estudios que demuestren su eficacia y no posee autorización para su comercialización y uso”.
Según la Organización Panamericana de la Salud, la ingesta de dióxido de cloro y clorito de sodio “reaccionan rápidamente en los tejidos humanos y si se ingieren pueden causar irritación en el esófago y el estómago, dolor abdominal, náuseas, vómitos, diarrea e intoxicaciones severas, entre otras complicaciones que pueden incluir graves trastornos hematológicos, cardiovasculares y renales”.
A diferencia de la hidroxicloroquina, el medicamento que promocionaron Donald Trump y Jair Bolsonaro como un “tratamiento” para el coronavirus y que luego fue descartado porque se descubrió que no tenía efectos, el dióxido de cloro ni siquiera es un medicamento autorizado, no sólo en la Argentina, sino en ningún país del mundo. Para la propia Organización Mundial de la Salud no está demostrado que la preparación combata al COVID-19.
El doctor en ciencias químicas y vicedecano de la Facultad Nacional de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA, Luis Baraldo, dijo al sitio web Chequeado que “el dióxido de cloro es un oxidante energético y poco selectivo que sirve para atacar al virus en una superficie inerte como una mesada o una pileta, pero en nuestro cuerpo es reactivo frente a las moléculas que constituyen el organismo”.
Además, el experto dijo que no se recomienda beber el dióxido de cloro porque el químico “no va a distinguir entre el virus y nuestros tejidos y va a reaccionar sin distinguir con muchas moléculas, algunas del virus y otras de nuestras vías respiratorias”. Es decir, la ingesta del producto que bebió Canosa en vivo y del que hizo una sutil recomendación es peligrosa.