25 Enero de 2022 10:07
La muerte del baterista Martín Carrizo no solamente conmocionó al mundo del rock nacional, ya que se trataba de uno de sus máximos exponentes de los últimos años, sino que también tomó una trascendencia aun mayor debido a que su hermana, Cecilia Julia “Caramelito”, también es una de las celebridades que tiene la farándula argentina. Reincorporada a sus labores como panelista en América TV, se tomó un minuto para recordar a su hermano y hablar de él.
"Martín está en paz, como se merece. Me dejó un legado inconmensurable. Me enseñó a vivir y a morir. Lo vi morir, estaba al lado suyo cuando se fue. Me regaló su última mirada, y yo le regalé la mía”, dijo ya entre lágrimas.
La lucha de Martín Carrizo ante la ELA: desde su viaje a Miami hasta sus últimas horas
"Él, y cada persona que atraviesa una enfermedad así, conviven constantemente con la aceptación. Es la dualidad de aceptar y luchar contra la muerte. Es muy fuerte”, agregó.
“Tenemos culturalmente un concepto de la muerte, a la que le tememos, le escapamos. Pero les aseguro que yo me amigué con la muerte", afirmó Caramelito en otro de los pasajes del mensaje que buscó dejar.
“Los cinco discos que hice los hice con él. Cada canción me la hizo grabar mil veces. Eran las cuatro de la mañana y me decía que lo hiciera de nuevo porque lo podía hacer mejor. Ese legado de trabajo, lucha, excelencia, amor y risas me deja. Y esa última mirada también me la regaló", cerró Caramelito para luego continuar con el programa.
Carrizo, tenía cincuenta años y desde hacía años padecía Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA). Su situación se había hecho muy conocida dentro del ambiente musical, sobre todo después del supuesto distanciamiento que tuvo con el cantante Carlos “Indio” Solari, quien finalmente salió a apoyarlo.
Cultor del bajo perfil cuando describió su enfermedad en 2016, el último recital que hizo fue justamente ese año en Tandil junto al Indio Solari. Tiempo después, de cara a lo que iba a ser el de Olavarria en 2017, Carrizo decidió dar una entrevista para dar a conocer su situación y evitar cualquier tipo de especulaciones.
"Cuando empiezo a programar las máquinas, como ingeniero de sonido, comienzo a sentir una debilidad rara. No podía poner en marcha mi camioneta. Supuse que era por mi cansancio. Soy muy sano, jamás fumé, nunca tomé alcohol, nunca tomé drogas. Y me dije que debía estar estresado, porque me sentía bien”, relató.
Sin embargo, mientras se acercaba el show el baterista no estaba al 100% de sus capacidades, pero no decidió hablarlo con sus compañeros por miedo a que se suspendiera el recital. "Arrancaron los ensayos fuertes y más o menos pude asumirlo. A Tandil llegué a un 30% y nadie se dio cuenta. Fue mi último show. Después no pude tocar más”, agregó.
Con el show en el espejo retrovisor, empezó con una serie de consultas a especialistas en neurología para determinar cuál era el problema que le impedía usar de forma correcta su cuerpo. Ahí fue cuando le diagnosticaron ELA. "Y me anuncian que no tiene cura, y que si tengo algún sueño por cumplir que lo haga ya porque pronto no me voy a poder valer por mis propios medios", había dicho en declaraciones al programa El visionario de Hoby De Fino.
Luego por tres años Carrizo evitó los micrófonos para concentrarse en su tratamiento. En 2019 viajó a Miami, en los Estados Unidos, para encarar una terapia de inyecciones musculares que tenía como objetivo compensar lo que la enfermedad deterioraba. Sin embargo, según él mismo se encargó de contar, no dio el resultado que esperaba. Llegó hasta allá recomendado por otro paciente a quien la terapia le había hecho muy bien, pero no ocurrió lo mismo en su casa.
Después de eso, la propia conductora contó que aunque la enfermedad no había mejorado, su hermano no perdía las esperanzas y que seguía con toda la actitud puesta en mejorar.
Según explicó Caramelito en varias oportunidades, esta enfermedad no tiene cura y cada paciente es distinto respecto a cómo tratarlo. “Es muy importante respetar la dignidad de esa persona, la independencia, porque sigue siendo la misma que era. Respetarle el deseo, la libertad, ayudándolos en la enfermedad pero considerándolos como una persona íntegra”, sostuvo a mediados del año pasado.