De martes a domingo, Carla Conte se nutre de risas y aplausos. Que cada vez son más -y se multiplican- considerando que “El Divorcio”, la comedia que protagoniza con Luciano Castro, Natalie Pérez y Pablo Rago en el Teatro Mar del Plata, lidera la taquilla desde su estreno en la costa argentina.
“Yo me enamoré de esta obra, aunque no tenía idea cómo me iba a organizar, pero ya llevo media temporada y vengo bastante bien. Y no me gana el cansancio sino la felicidad de todo lo que estoy haciendo. Mis hijos me bancan un montón y como son más grandes me pueden entender desde otro lugar. Creo que no sería la madre que soy si no hiciera el laburo que hago y me hace bien”, analiza Conte, sobre la pieza teatral -con dirección y libro de Nelson Valente y producción de Javier Faroni- que la reconectó con su actriz.
“Estoy feliz. Cuando me llamaron igual me pareció muchísimo porque estoy haciendo el programa 'Noche de mente' en Buenos Aires entonces los lunes me voy a grabar allá mientras mis compañeros descansan. Ahora vinieron mis hijos a Mar del Plata y tengo todo organizado. Estamos parando en un lugar re lindo, vamos a la playa y están fascinados con el teatro. Facundo, el más chico que cumplió 9, quiere venir todos los días y tengo que frenarlo. Nunca me habían visto en teatro, aunque se criaron en canales de televisión. Está siendo toda una experiencia familiar y artística hermosa”, define.
-Y arrancaron con buenos augurios, cuando el Chiqui Tapia, presidente de la AFA, fue a verlos a Mar del Plata con la Copa....
-¡No entendía nada! Tuve la Copa del Mundo en la mano, después vino la “Chiqui” Legrand. Lo que está pasando con la obra es hermoso, ya desde que estrenamos en Rosario en octubre hicimos una pequeña gira de un mes buenísima. Escuchar las risas de la gente y lo que pasa es hermoso. Salir al escenario, que yo le digo salir al aire...
-El chip de la conducción.
-Total. Primero fue un vértigo porque hace un montón quería volver al teatro, pero no imaginaba cómo hacer con tantos años en tele, que lo considero mi trabajo principal. Yo soy conductora más allá de que hice algunas otras cosas, pero es lo que hago hace casi 20 años. Y era un vértigo también porque el elenco es increíble. Pero en el primer ensayo ya vi una aceptación de todos.
-¿Te reconectaste con tu actriz?
-Me pasó que nunca hice una obra de texto tan grande. Lo más groso fue cuando no era conocida. Después hice obras comerciales, pero con personajes chiquitos. Capaz cuando hice “El Show de las divorciadas” que era una obra más coral, pero fue hace mil años. Siento que no me costó, pero todo el tiempo estoy descubriendo cosas. Con actores y actrices que laburan desde que son chiquitos, con Pablo Rago que es un lujo porque nació actuando.
-¿Te sentís a la par?
-Sí, somos re compañeros. Ellos me hacen sentir y me siento una par. Creo que estoy a la altura también y para mí es una emoción enorme. Claramente me han ayudado mis compañeros que son un lujo absoluto.
-La comedia no es para cualquiera y en vos parece ser un género que te sienta cómodo.
-Tiene un montón de cosas que las vas aprendiendo. Yo tuve la suerte de hacer, embarazada de Mora, “La cena de los tontos” con Adrián Suar y Guillermo Francella. También siento que fluyo bien en la comedia, que tiene que ver con cómo yo me muevo. Algo entre el humor que me resulta muy cómodo arriba y abajo del escenario. Mismo en un estudio de televisión. Hay algo de mi lenguaje.
-¿Sentís que el público te siente cercana por eso?
-Un poco, sí. Porque me gusta divertirme, jugar, no en todos los programas que estuve pude, pero ahora en “Noche de mente” nos matamos de risa. Creo que es un lugar donde se me identifica.
-En el “El Divorcio” se exploran aspectos de la vida cotidiana en un matrimonio. ¿Podrías dar cátedra de alguno de estos temas?
-Cuando mis amigas me vieron en el escenario me dijeron: “Es re para vos el personaje”. Porque se cree mil y la tiene clarísima. Y yo, en muchos aspectos de la vida soy muy así, cuando tengo información de algo la bajo con mucha autoridad (risas) y me siento re identificada en ese sentido.
-¿Seguís bailando?
-El año pasado había empezado a tomar clases con Gustavo Wons y después con una amiga. Pero después siempre me pasa lo mismo, no lo logro o no llego. Pero había encontrado unos espacios que estaban buenísimos y los voy a volver a encontrar porque lo necesito poder poner el cuerpo en movimiento.
-¿Algo para vos... fuera del circuito laboral?
-Para mí y no tanto también porque ahora volví al escenario, yo no dejo de soñar con hacer una comedia musical algún día. Tomar clases de canto y encontrar el espacio. Y sobre todo ahora que volví actuar y abrí esa puerta nuevamente, no me quiero bajar.