Sin duda, Carolina Ramírez es una "Reina", pero no del Flow como muchos creen, sino de la vida en general. Respetuosa, atenta y carismática, muchos la conocen por su gran papel como Yeimy Montoya (el personaje de la exitosa tira de Netflix que paga una injusta condena en Nueva York tras haber sido engañada por el hombre que amaba) pero ella quiere mucho más. "Seguiré insistiendo en ser yo, por eso apostaré a proyectos que no me encasillen", la cuenta a BigBang.
La Reina del Flow es una de las series colombianas más populares de Netflix y fue ese éxito, el que catapultó la carrera de Carolina, quien desde su niñez buscó convertirse en bailarina y fue aquella destreza la que le facilitó el camino por el mundo de la actuación. "Empecé queriendo ser bailarina, pero de una compañía de ballet donde es importante la destreza física. ¡Son intérpretes y desde que empecé mi formación, lo que más me gustaba de bailar era estar en el cuerpo o mente de Don Quijote, por ejemplo. La actuación viene muchos años después y con una madurez mental y artística plena. La actuación se puso a mis pies con todos los elementos que aprendí de la danza", remarcó.
Su primera pasión fue el baile. Estudió danzas clásicas y comenzó a caminar por los escenarios desde los 9 años. Atravesó 16 mudanzas, siempre con el ballet como motor y recién a los 19 años se subió por primera vez al escenario de un teatro, pero esta vez como actriz. "Cuando yo me paro por primera vez en un escenario tenía 9 años y cuando a los 19 lo hago por primera vez en el teatro, no se me hizo difícil gracias a las enseñanzas de la danza", explicó. Fue un casting para un comercial el que le abrió las puertas de la actuación. La eligieron para una seguidilla de publicidades y luego para un programa infantil, Jack El Despertador.
En los próximos días, Carolina cumplirá el gran anhelo que tiene desde que conoció a Mariano Bacaleinik, el productor argentino con el que sale desde hace más de una década: ser parte de la Calle Corrientes. Será la protagonista de "Lo que queda de nosotros" en el Teatro Multitabaris. La obra se estrenará el 1° de julio y se presentará únicamente por tres semanas, con funciones de miércoles a domingo. Nata y Toto protagonizan esta historia; ella, una mujer sin apegos, alejada de todos esos "pequeños afectos" que puedan lastimarla, y él, un perro que ama incondicionalmente y que anhela estar en brazos de su dueña sin importar las circunstancias.
Es una puesta en escena que invita a pensar :¿qué es lo que queda de nosotros cuando alguien se va? "Es una obra a la que le tengo mucho cariño porque mi marido me dijo 'buscá un unipersonal' y cuando buscamos y escarbamos nos topamos con esta obra que me identificaba. La encontramos en México y creo que es un espectáculo que moviliza y transforma porque a mi me pasó algo cuando la vi. Me cambió y me parecía una obra pertinente para el público argentino, pretenciosa, con muchos desafíos actorales y personajes que interpretamos con nuestra voz, cuerpo y sin otros recursos como escenarios distintos. La conciencia que despierta esta obra con respecto a la responsabilidad es impresionante", resalta.
Carolina y Mariano se conocieron en un boliche donde bailaron e intercambiaron mails. En aquel momento, ella tenía pareja y él no se animó a dar otro paso. Pero cinco meses después, Carolina viajó a Buenos Aires ya que su hermano debía estudiar en dicha ciudad y fue allí, cuando se reencontró con él. "El flechazo fue desde el primer momento. En realidad no conocí a la Argentina hasta que conocí a Mariano. Fue en 2008 cuando bailé con Mariano en un boliche, pero no sabía nada de él. Cinco meses después, vengo a Argentina porque mi hermano tenía que estudiar acá y le digo ´tengo un amigo en Argentina, lo voy a llamar´. Y así lo hice (risas)”, contó.
Mariano es uno de los productores más importantes de teatro en Colombia y según recordó la actriz en diálogo con este sitio, él la pasó a buscar por el aeropuerto y durante cada salida que compartió con ella, le aseguró "Amigo tuyo no voy a ser". Los primeros dos años fueron novios a la distancia, hasta que ella decidió mudarse a Buenos Aires. "Fue Mariano el que me mostró el universo teatral argentino y su cultura. Fue amor a primera vista. En Latinoamérica, a la cultura y el arte la tenemos que remar en dulce de leche y es impresionante que acá en Buenos Aires se genere un espacio público y artístico tan maravilloso como este. Me atrevo a decir que es único en Latinoamérica", destacó.
Con respecto a la obra que significará su debut en el país, destacó que ”Lo que queda de nosotros” ya la presentó en Colombia en 2019 junto a su compañero Carlos Torres. "Es de un autor que se llama Alejandro Ricaño con el que yo había trabajado en una obra anterior (El amor de la luciérnaga). Mariano y yo fuimos a México a ver esa obra y fue muy conmovedora. Nos movilizó. Construir el personaje de Nata fue difícil pero uno de alguna manera también aprende de ella, aprende de empatía y mucho más allá. A veces juzgamos mucho lo que una persona hace y no conocemos su historia. Es importante mostrar una realidad donde más allá de la acción de Nata con su perro, es lo que le pasa a ella con la familia", dijo.
En ese sentido, la actriz destacó que la obra busca mostrar "todas esas facetas" que atraviesa una persona en un momento de crisis. "Ha sido un desafío actoral muy divertido de hacer. La corporalidad siempre fue fundamental en mi desempeño como actriz y bailarina, y me gusta mucho el teatro. Lo que queda de nosotros nos invita a reflexionar sobre el amor, la amistad, la responsabilidad y el dolor. Sobre nuestro lugar como seres humanos en la configuración del mundo. Habla de dos seres atravesados por dos grandes tragedias, una circunstancial y la otro el abandono. Uno le enseña al otro el valor de la vida, la amistad y el amor", destacó.
Carolina siempre mostró en sus redes sociales el amor y compromiso que tiene con sus mascotas y para ella, "los seres humanos creemos que tenemos todas las respuestas cuando la realidad es que las soluciones están en la naturaleza. "El teatro no solamente es un lugar para entretener, sino que también debe invitar a la reflexión. Más vale que así sea. Es un acto político y social. Al ser arte, el arte debe tener como función invitar a la reflexión, generar el pensamiento y me gusta creer que todavía se defiende eso, que el teatro deja de ser solamente una cámara de entretenimiento para ser una de transición política y social", manifestó.
Particularmente de la obra que protagonizará a partir del 1° de julio, la actriz sostuvo que la situación particular de abandono que atraviesa Toto (el personaje de Alberto Ajaka) invita a generar conciencia. "Es lo primero que vemos del personaje y eso nos instala a preguntarnos qué hemos hecho ante esa realidad cuando nos hemos encontrado con estos seres que dependen de nosotros, de cuál ha sido nuestro rol con este tema, cuántas veces hemos dado vuelta la cara y no nos hemos detenido a preguntarnos si ese perro está herido, enfermo o tiene frío. El abandono es una palabra muy poderosa que debería pellizcarnos de vez en cuando", remató.
Al final de la charla con este portal, Carolina se tomó unos minutos para hablar de su rol como Yeimy Montoya y si realmente está dispuesta a protagonizar una tercera parte de La Reina del Flow. "Me paran por la calle al grito de Yeimy y no hay nada que hacer. Uno se traza esa carrera y para muchos soy Yeimy. Realmente, uno es sus personajes en el imaginario de los demás, pero particularmente seguiré insistiendo en ser yo, por eso apostaré a proyectos que no me encasillen tanto en un personaje. Además, no me parezco en nada a Yeimy. Ni siquiera en como me visto, hablo o me muevo. Igualmente, soy una agradecida de las posibilidades que he tenido", dijo.
A pesar de esto, Carolina fue clara al graficar que la televisión "te come" la vida porque se demora mucho en terminarse el producto. Por esta razón, consultada si estaría dispuesta a ser parte de una tercera temporada, concluyó: "Para una tercera temporada falta, pero ahora sí estaría dispuesta. En un principio no lo estaba y estaba muy cerrada a esa posibilidad, pero por el cariño que la gente le ha demostrado a este personaje me hizo cambiar de parecer. Pero dependerá de qué más van a contar porque si realmente hacemos una tercera temporada, si o si deberá estar a la altura de las dos primeras. Hay mucha tela por cortar y si la historia está a la altura, me apunto".