Corría octubre del 2009 y la noticia de la internación de Celeste Cid en un centro de rehabilitación por su adicción a las drogas conmocionó a la farándula. La actriz, de por entonces 25 años, enfrentaba la dualidad de un exitoso presente profesional, pero un duro momento en lo personal.
La actriz se animó a hablar de todo a los 33 años / Gentileza: Gente.
Ocho años después y luego del nacimiento de su segundo hijo Antón, de once meses, la ex protagonista de Resistiré habló por primera vez de su adicción. “Lo que viví no fue joda y rock and roll, sino el momento más triste de mi historia. Tiempos de duelo, de 'duelar' fantasmas personales y temitas familiares”, reveló en diálogo con la revista Gente.
Celeste en 2009. Una de las primeras fotos tras su internación.
Las declaraciones más personales de Celeste Cid
“Todos somos sobrevivientes de lo que nos toca yo sólo flaqueé un poco. En realidad, fue una hecatombe”.
"Me perdí en el afuera, en los veintipico, ese lapso de crisis y rupturas, y me desconecté de mí misma y de todo lo demás".
“Trabajo desde muy chica, rodeada de cuidados y cariño, pero también obligada a pensar y a responder como adulta, con cargas horarias, comiendo en el auto entre la escuela y un estudio. La decisión era mía hasta ahí, hasta que pesó”.
Trabaja desde chica, pero su explosión fue en el año 2003 con el protagónico de "Resistiré".
“Ya no me avergüenza. Al principio, cuando estaba internada, con lo que implica esa enfermedad y extrañando mucho a mi hijo (André, de cinco años en ese momento), salía esquivando autos y fotógrafos. No niego lo que viví pero no voy a maquinarme con el tema”.
"Eran momentos de tener la mirada en el adentro; no quería que me invadiese cualquier otra. Con el tiempo, empecé a responder consultas de personas en las redes sociales o de amigos, que me preguntaban si tal o cual lugar me había funcionado".
"(El éxito) Es encontrar afuera lo que uno es adentro, vivir en consecuencia a tu voluntad y a tu deseo".
Sufrió una recaída en 2011 y fue internada en un neuropsiquiátrico.
"Uno siempre sabe cuáles son sus patas rengas. Sólo necesitaba enfrentarlas y poner orden. Cuando decidís sanar esos lugares, te das cuenta de que a cada persona de tu entorno le corresponde un pedacito de la pelota".
"Tuve padres maravillosos, que supieron acompañar muy bien algunos aspectos, pero otros no tanto. Como, de alguna u otra manera, le pasa a cualquier hijo".
"A mí me pasó algo particular con toda esta experiencia. Nunca me enganché con el lema del 'sólo por hoy'".
"No niego lo que viví, pero no voy a maquinarme con el tema. Siempre desafié a Cortázar y su frase: 'La verdadera cara la tenemos en la nuca, mirando desesperadamente para atrás'".
Volvió a ser mamá hace once meses.
"Recuerdo que el terapeuta me decía que, con el tiempo, las dosis de medicación disminuirían, pero que estaría medicada para siempre".
"Yo me sentía mejor, volvía a retomar mi cotidianeidad, mis amistades -porque es un modelo de vida que ponés a funcionar otra vez-, y le dije: 'Si cuando estoy engripada tomo un analgésico y me curo, ¿debo tomarlo siempre, por las dudas? No'. Me respondió: 'Es mi forma de trabajar'. Entonces contesté: 'No es la mía'".
"Considero que no soy una persona que necesite vivir “empastillada”. Busqué otros recursos. Siempre deberé estar atenta a las conductas. Y soy atenta. Durante un par de años hice terapia con un psicólogo que me acercó al mindfullness, hasta que me di de alta".
"También está bueno liberar al paciente (que es uno mismo) y autorregularse. Desde hace tiempo comencé una terapia que no tiene que ver tanto con la palabra ni con el recurrente viaje al pasado, sino con la conexión con el instante, con el día".
Quien te hace feliz .. ?? @michelnoher ????? PH: @luz.chiappe
Una publicación compartida de celeste cid (@mcelestia) el 9 de Sep de 2016 a la(s) 5:26 PDT
"Hoy, si me cuesta dormir, pongo en práctica métodos de meditación, de respiración... Me propongo estar consciente de qué es lo que me pasa o hace falta. Al fin de cuentas, nunca es tanto lo que se necesita. ¡Estoy re zen!".
"A mí me movió mucho. Lennon dice: 'No hay errores, sino posibilidades'. Yo no sería la mujer que hoy está frente a vos de no haber atravesado por eso. Sé que soy fuerte para ahondar, indagar, meterme con todo en quien soy".
"La foto de mi vida de hoy es el reflejo de aquel anhelo: mi casa, mis hijos, mi amor, mi trabajo, mi propia marca de ropa, que no es poco".
Su hijo mayor, André, tiene 13 años. "Sabe que lo que viví es un bajón".
Por último, una de las protagonistas de la exitosa tira Las Estrellas habló de cómo trata el tema de las drogas con su hijo mayor, que hoy tiene 13 años. "Pregunta y tanto su papá (Emanuel Horvilleur), como yo, somos abiertos al diálogo fluido, en casa se debate. Sabe que lo que viví es un bajón. Voy contándole mi situación de acuerdo a su desarrollo madurativo. Porque tengo claro que cuando pasa algo así en una familia, afecta a todos: hacia atrás y hacia adelante".