Rocky es una de las sagas más populares de toda la historia y la responsable de catapultar la carrera de Sylvester Stallone hacia la cima. La primera parte del film (cuenta con ocho entregas en total) cuenta la historia de Rocky Balboa, un boxeador de poco prestigio y de clase baja, y recaudó más de $115 millones de dólares solo en Estados Unidos. Además, fue premiada con tres premios Oscar, convirtiendo a Stallone en toda una celebridad.
Pero si bien actualmente Sylvester Stallone es una de las personalidades más aplaudidas de Hollywood, detrás de esta producción existe una gran historia que marcó la industria cinematográfica y, sobretodo, la vida del actor. Rocky se estrenó en 1976, pero en la década de los 70 el protagonista de Rambo no gozaba de la fama que actualmente tiene. De hecho, por aquel entonces se vio envuelto en un difícil momento económico.
Esto lo llevó a buscar alternativas para conseguir más ingresos y así fue como escribió el guión de Rocky. Stallone se acercó a varias casas productoras para llevarlo al cine y no se detuvo hasta lograr que lo dejaran protagonizar la cinta. En varias entrevistas, el actor contó que su intención siempre fue la de contar la historia de un “héroe anónimo” que, pese a la adversidad, lograra alcanzar la admiración y respeto de propios y extraños.
Pero la historia que traspasó la pantalla grande gracias a su estilo y a su emblemática música está basada en un hecho real. Stallone comenzó a escribir el guión de Rocky después de ver una pelea en la que Chuck Wepner le aguantó 15 asaltos, y mandó a la lona, a Muhammad Ali, quien por en ese entonces era uno de los boxeadores más famosos del mundo. Aunque Wepner perdió el combate fue reconocido como un talentoso deportista.
De hecho, allí recae la primera gran coincidencia: en su primera entrega, Rocky lucha de igual a igual contra Apollo Creed (Carl Weathers), pero termina perdiendo por decisión de los jueces. Durante la película, el vigente campeón elige al azar a Rocky como su oponente en una pelea por mantener el título. De la mano de su entrenador, Mickey, y gracias al apoyo de Adriana, quien sería su esposa en el film, muestra su valía.
Lógicamente, al estar basada en su historia, el caso de Wepner es muy similar. Por entonces, el boxeador tenía 36 años y se enfilaba hacia el final de su carrera cuando el promotor Don King -que aparece representado en la quinta entrega de la saga como el manager George Washington Duke- hizo valer la promesa que le había hecho tiempo atrás y le arregló una pelea contra uno de los mejores boxeadores de todos los tiempos.
En 1974, Don King -que le había prometido que antes de su jubilación le daría una pelea contra el campeón- organizó la pela. Por ese combate, Wepner conocido como "Bayonne Bleeder" (el 'Sangrador de Bayona), apodo que se ganó por la cantidad de veces que le habían tenido que coser las cejas (acumuló 329 puntos de sutura en esa zona), se llevaría a casa ubicada en Bayona, Nueva Jersey, la suma de 100.00 dólares.
Vale destacar que en su carrera, hasta ese entonces había luchado 42 veces arriba del ring ( 35 victorias -17 de ellas por K.O.-, 14 derrotas y dos empates) lo máximo que recaudó por pelea habían sido 10 mil dólares. Wepner no gano títulos, pero fue derrotado por los más grandes boxeadores de su época: George Foreman, Sonny Liston, Joe Bugner y Duane Bobick. Todas sus derrotas fueron por K.O. o K.O. técnico.
Al igual que el personaje de ficción, al momento de su combate más famoso Wepner se ganaba la vida dando peleas de box en clubes de aficionados contra rivales de baja calidad. Sin embargo, la derrota con Alí lo llevó a la fama. En principio, "el sangrador de Bayonne" había acordado una pelea, contra el por entonces campeón George Foreman, pero éste fue derrotado por Ali en una extraordinaria pelea realizada en Kinshasa (Zaire).
Pero lejos de rechazar aquel enfrentamiento, el vigente campeón accedió a enfrentar al veterano pugilista el 7 de enero de 1975, jugándose en el cuadrilátero los títulos de la WBC y la WBA. Las apuestas eran 30 a 1 en contra del retador, un hombre calificado como demasiado viejo para retar a un campeón vigente y que nunca había pertenecido a la élite del boxeo.
Pero lejos de rendirse, Wepner entrenó como nunca en su vida como profesional. La meta no solo eran los 100 mil dólares que percibiría por el enfrentamiento (Ali se llevó la suma de 1.500.000 de dólares), sino que su intención siempre fue la de derrotar al campeón. En primer lugar abandonó por un par de meses su labor en la distribuidora de bebidas, mientras Phyllis, su primera esposa, trabajaba de noche.
Mientras que del otro lado, Ali se preparó con cierta desidia para el combate creyéndose vencedor desde el minuto uno. “No le pegaré ni una vez en la cara. Voy a ganar esta pelea recostado en las cuerdas. Él va a lanzar golpes hasta no poder más, se va a cansar y después voy a pegarle en el estómago, en el pecho, pero ni un golpe en la cara. No quiero excusas de cortes”, avisó el campeón durante la conferencia de prensa.
Lejos de acobardarse, Wepner redobló la apuesta. “Estoy contento porque los pronósticos serán altamente desfavorables y pienso apostar por mí". La revista Sports Illustrated describía a Wepner antes de la pelea con Ali como "Un ancho bloque de corazón y sueños, uno de los últimos peleadores de clubes, de esos que te dan todo lo que tienen, que convierten al ring en un mar púrpura y siguen pidiendo más".
La pelea fue el 24 de marzo de 1975. Muhammad Ali y Chuck Wepner o Apollo Creed y Rocky Balboa, se encontraron frente a frente y ante 14.847 espectadores en el Richfield Coliseum de Ohio, inaugurado cinco meses antes. La pelea empezó con el campeón dominando a su rival, mientras Wepner sólo se defendía hasta que en el noveno round, el retador decidió atacar con todas sus fuerzas a Ali.
Sangrando como siempre, Wepner le propinó un golpe certero que llevó al "más grande" a caer sobre la lona por primera vez en muchos años, lo cual sorprende al público. El árbitro Tony Pérez comenzó la cuenta regresiva, hasta que el vigente campeón se puso de pie. Una vez devuelta en la pelea, la actitud de Ali cambió y arrancó un ataque mucho más potente contra el ignoto boxeador que, 19 segundos antes del final, perdió por K.O. técnico.
Lo curioso es que, al igual que en la película de Rocky, ante el daño sobre las cejas de Wepner el árbitro se dirige a la esquina para preguntarle al retador cuántos dedos ve. Totalmente ciego, Wepner responde tres, gracias a los tres pellizcos que le da su preparador. Aquella pelea fue vista por miles, sobre todo por Sylvester Stallone, que se encontraba en la habitación de un hotel de Los Ángeles, y lo inspiró a crear la leyenda de Rocky.
Wepner, que había estado en contacto con el actor durante las grabaciones de la primer entrega de Rocky, demandó a Stallone en 2003 por haber comercializado películas y productos, "sin consentimiento y sin compensación". En 2006 la disputa se resolvió amistosamente, sin llegar a divulgarse la cantidad que Sly pagó al ex púgil. Al igual que Rocky en las últimas entregas, Wepner actualmente atiende un bar o licorería.