Una vez más, Cinthia Fernández vuelve a estar en el ojo de la tormenta, pero esta vez no por sus polémicas en televisión o por sus idas y vueltas sentimentales, sino por algo mucho más grave: fue denunciada por promocionar el juego ilegal en redes sociales, en un país donde la ludopatía juvenil crece en silencio y sin control. En un video difundido en su cuenta de Instagram, la mediática celebró emocionada que sus seguidores usaran su código de descuento en la plataforma Stake, una casa de apuestas online prohibida en la Argentina. "Algo que empezó como un juego terminó en algo muy positivo", dijo con tono triunfal, asegurando que había recibido mensajes de personas que lograron "pagar sus deudas" gracias a las apuestas. La escena, de por sí alarmante, generó una inmediata respuesta de los organismos de control.
La Asociación de Loterías Estatales de Argentina (ALEA) y Lotería de la Ciudad reaccionaron con firmeza: denunciaron a Fernández por fomentar el juego clandestino y por enviar un mensaje "sumamente irresponsable" que "induce al juego patológico, asocia el azar con el éxito personal y genera falsas expectativas". La situación ya fue notificada a la Fiscalía Especializada en Juegos de Azar, y podría tener consecuencias penales para la influencer, en virtud del Artículo 301 Bis del Código Penal, que establece penas de hasta seis años de prisión por operar juegos de azar sin autorización.
Pero más allá del marco legal, lo que genera mayor repudio es el peligroso mensaje encubierto que promueve Cinthia: vender la ilusión de que el juego es una vía válida -e incluso noble- para salir de la pobreza o superar crisis económicas personales. Y lo hace, además, sin advertencias, sin controles, y con una llegada directa a millones de jóvenes que la siguen en redes. Un cóctel perfecto para fomentar la ludopatía y el consumo compulsivo de apuestas online. "Este tipo de acciones no ayudan en el trabajo que venimos haciendo para prevenir la ludopatía entre los jóvenes", advirtió Gonzalo Atanasof, presidente de Lotería de la Provincia.
Al mismo tiemno, señaló que estas plataformas no solo carecen de regulaciones, sino que ni siquiera impiden el acceso a menores. Lo grave no es solo la promoción de un delito, sino su presentación como un gesto altruista y empático: Cinthia, la salvadora que da "esperanza" a los desesperados. Un relato cínico y profundamente irresponsable. La modelo, que supo coquetear con la política como candidata a diputada, parece ignorar -o despreciar- el impacto de sus actos como figura pública. En 2020 ya había sido cuestionada por promocionar una presunta estafa piramidal vinculada a la marca Nuskin.
Ahora, vuelve a cruzar una línea peligrosa, poniendo en juego no solo su reputación, sino la salud mental y económica de miles de personas. Desde ALEA advierten que más de 100 influencers ya fueron reportados por promocionar apuestas ilegales y que Meta (la empresa detrás de Instagram y Facebook) procede a dar de baja estos perfiles. La Ciudad de Buenos Aires cuenta con una Ley de Prevención del Juego Patológico (Ley 6.330), que prohíbe expresamente cualquier asociación del juego con ideas de éxito, dinero fácil o superación personal. Pero en las redes, la impunidad todavía reina.
La influencer podrá borrar el video, decir que fue un malentendido o que no sabía lo que hacía. Pero el daño está hecho. Promover el juego ilegal en un país donde la desesperación es moneda corriente no es entretenimiento: es una irresponsabilidad criminal. Porque cuando una figura pública convierte el azar en una salida mágica, lo que está haciendo no es ayudar. Es empujar a los más vulnerables al borde de un abismo del que no siempre se vuelve.