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Cóppola: "Nadie se tiene que meter entre Diego y Claudia"

El ex manager de Maradona habló con BigBang y analizó la polémica y millonaria acusación del futbolista contra la madre de sus hijas mayores: “Lamento lo que está pasando, pero no me atrevo a opinar. Siento que de alguna manera se va a arreglar, porque conozco la sensibilidad de ambos”, se esperanzó.

23 Julio de 2015 07:23
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Guillermo Cóppola conoce como pocos la intimidad de Diego Maradona, en especial la relacionada al vínculo que lo ató y todavía lo ata a Claudia Villafañe. Después de 18 años al lado del Diez, su ex representante habló con BigBang y analizó el conflicto judicial que hoy divide en dos al clan Maradona: “Nadie se puede meter entre Diego y Claudia”.

Guillermo, Claudia y Diego en el cumple número 35 del Diez.

La relación laboral de Cóppola y Maradona comenzó en octubre de 1985, un año después de que el futbolista y su novia de Villa Fiorito dieran el “sí” con un mega evento en el Luna Park. Guillote vivió como pocos la intimidad del matrimonio que se disolvió legalmente en 2003, misma fecha en la que se terminó su vínculo con el Diez.

“Los respeto mucho y lamento esto que están pasando. De todos modos, siento que, de alguna manera, se va a arreglar, porque conozco la sensibilidad de ambos. Y Dios quiera que todo termine en paz”, reconoció.

Respetuoso y muy medido, el manager evitó hablar de más. “No hablo del tema, por respeto a las personas, a las que me une un sentimiento profundo. Además, siento que no corresponde, porque estoy lejos y porque me gusta el respeto. No es un tema que a mí me competa”.

“MI PELEA CON DIEGO NO FUE POR LA PLATA”

El abrazo que, pese a la expectativa, sólo marcó un final.

Guillermo y Diego se reencontraron el 25 de junio de 2015 en el velorio de Don Diego, tras doce años de distancia y acusaciones mediáticas. El abrazo fue capturado por un testigo presencial y pronto se viralizó en la red. Todos pensaron que esa fría noche iba a marcar el inicio de una reconciliación.

Pero la ilusión duró poco. “Quise verlo. Quise que se despidiera de mi papá y eso fue todo. Lo de Guillermo fue un pasado hermoso, pero no me ata nada más. Fue mi amigo, pero me cagó. Con él maté la palabra amigo. Amigo tuve uno y no habrá otro. Nunca voy a tener una relación de amistad como la que tuve con Cóppola”, disparó el Diez en el ciclo El diario de Mariana.

Pero ni la crudeza de las palabras logró que Cóppola abandonara su postura conciliadora, la misma que mantiene desde que Maradona lo acusó de robarle 200 mil dólares, producto de la recaudación del partido homenaje que se le realizó en noviembre de 2001 en la Bombonera. “Siempre he sido un agradecido a su persona y lo seguiré siendo hasta que deje de existir. Para bien o para mal, él fue quien me catapultó al conocimiento internacional”, destacó.

Compartieron 18 años de carrera y amistad.

El abrazo, al igual que para Maradona, significó un final para él. “Diego es tan grande que, una vez más, me permitió cerrar una página de un libro que estaba abierto. Él dijo que la palabra amigo la enterró al separarse de mí y que tuvimos un pasado hermoso. Pero, así como dije las buenas, también escuché las supuestamente malas. Dijo que no hay marcha atrás en la amistad. Además, agregó: 'Me cagó'. ¿Por qué digo que son supuestamente malas? Porque yo nunca supe el motivo de su enojo y él, en esos momentos tan dolorosos, me lo hizo saber. Por eso digo que es tan grande, porque ahora sé de qué se trata ese: 'Me cagó'”.

Aunque el futbolista lo trató de “traidor” en los medios y dijo que había sido estafado por su exmanager, Coppola descartó esa hipótesis:

“Nada tiene que ver con lo económico, absolutamente nada. No fue el partido, ni la plata, ni la plata de las nenas. Eso me encargué de aclararlo en la Justicia y firmamos un acuerdo. Esa fue mi forma de demostrarle a un amigo que, por ahí, estaba teniendo una visión equivocada”.

Pese a la pelea, Guillermo llevó el cajón de Don Diego.

Entonces, ¿cuál fue la traición que dinamitó su relación con el Diego? “El motivo de la pelea quedará, indudablemente, en mi intimidad. Por lo menos de mi parte. Si el día de mañana él lo quiere decir, lo dirá”, remató.

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